¿la esposa del Ceo mudo?

Capítulo 27: El epílogo del amor

La vuelta a la mansión Volkov se sintió diferente. Ya no era una jaula de oro, sino un hogar lleno de vida y risas. Kiara y Alexander habían dejado atrás el pasado y se habían sumergido por completo en su futuro. Juntos, trabajaban en proyectos de robótica, diseñando robots que pudieran ayudar a las personas mayores y a aquellos con discapacidades. El fondo de ayuda para jóvenes programadores que Alexander había creado era un éxito, y su padre, un miembro orgulloso de la junta directiva, se sentía más feliz que nunca.

Una mañana, después de un desayuno en silencio pero lleno de amor, Kiara se sintió extraña. Sentía náuseas y su cuerpo, una mezcla de cansancio y de una emoción que la dejó sin aliento. Se dirigió al baño y, después de unos minutos, salió, su rostro lleno de una mezcla de alegría y de asombro.

Alexander, que la esperaba en el salón, la miró. Y en su rostro, vio un cambio. Un cambio que lo dejó sin palabras. Se acercó a ella, y Kiara, con lágrimas en los ojos, lo abrazó con fuerza.

—Alexander... —susurró Kiara, su voz llena de una emoción que la dejó sin palabras—. Estoy embarazada.

Alexander se quedó sin aliento. Su rostro, siempre inexpresivo, se llenó de una felicidad que le iluminó los ojos. Se arrodilló, y besó el vientre de Kiara. Un beso lleno de una promesa de amor y de un futuro que se sentía brillante y lleno de esperanza. En ese momento, se dio cuenta de que su amor por ella no era solo un amor que había roto un guion, sino un amor que había creado una nueva vida.

El abuelo, al enterarse de la noticia, se sintió más feliz que nunca. Su dinastía, que había sido construida en el poder y el miedo, ahora se construiría en el amor y la bondad. Anastasia y Eleonora, por su parte, al enterarse de la noticia, se sintieron abrumadas por la ira. La pareja que habían intentado destruir, ahora tendría un hijo, un heredero, que representaría un futuro que ellas nunca tendrían.

El pasado, con todas sus heridas y dolor, había sido borrado. Y un nuevo capítulo se había abierto, un capítulo lleno de amor, de coraje y de un futuro que, esta vez, estaba en sus manos.