La esposa del duque

Capítulo 5

Ariadna: eso jamás sería posible y mi hermano tampoco lo permitiría. Además, él nunca se ha interesado en mí de esa manera y siempre me ha visto como la hermana de su mejor amigo.

Helena: necesito decirle que él no la ve así. Porque en sus ojos siempre he visto que la mira de una manera completamente diferente y como le dije antes debería de pensarlo.

Ariadna: seguramente deben de ser imaginaciones tuyas. Él no puede tener sentimientos por mí, ahora no voy a poder dejar de pensar en cada una de tus palabras.

Helena: solo le dije la verdad. Mi consejo sería que se lo pregunte directamente, pero sé que eso jamás se lo dirías por la educación que tienes.

Ariadna: sería algo demasiado extraño si le hiciera esa pregunta y se vería mal que una joven lo haga. Solamente que debo de cuidar mi reputación, si algún día quiero casarme.

Helena: entonces siempre se va a quedar con la duda. Nada más que eso sería respetable y necesita esperar a que el duque le confiese sus verdaderos sentimientos.

Ellas siguieron su conversación hasta que algunas de las sirvientas las interrumpes para decirles que duque de Norfolk quería hablar con Ariadna, pero ella se sorprendió, porque ellos no tenían nada de qué hablar y mucho menos sin la presencia de su hermano. Ella le dice a la sirvienta que lo haga pasar al despacho de su padre y le pida a Helena que la acompañe, ellas llegan primero para después tomar asiento y él llega al último para hacer lo mismo

Ariadna: como comprenderá no debemos de estar solos en un mismo lugar sin la compañía de nadie y por eso le he pedido a mi doncella que esté presente y ahora quisiera saber el motivo por el cual pidió verme.

Humberto: eso lo entiendo, señorita Thompson. Necesito decirle que me he enterado de lo que está pasando con su prometido y únicamente he venido a verla para hacerle una propuesta.

Ariadna: el problema con mi prometido muy pronto se solucionaría. Además, he decido romper nuestro compromiso y el acepto, porque tenía otros planes para casarse con otra joven y no pensaba ser un impedimento para que fuera feliz con la mujer que amaba y me siento feliz de haberlo hecho, solo que no entiendo de que propuesta me quiere hablar.

Humberto: acaso no lo puedes adivinar. Solamente he venido a pedir tu mano en matrimonio y quiero que me aceptes como tu futuro esposo.

Ariadna: te das cuenta lo que me acabas de pedir. No puedo creer lo que escuche y debes de olvidarte de esto, porque mi hermano se opondrá.

Humberto: me encargare de que el acepte nuestro matrimonio. Así que no te preocupes por algo que tiene solución y estoy decido en convertirte en mi esposa.

Ariadna: te recuerdo que yo no te he aceptado y a la primera que necesitas convencer es a mi antes que, a otra persona, pero necesito saber cuáles son tus verdaderas intenciones al hacer esto.

Humberto: como seguramente sabes necesito una esposa y tú eres la más indicada para mí, también debes saber que si me aceptas te amare para siempre.

Ariadna: esa sí que no fue una propuesta de matrimonio si una hermosa declaración de tu parte y lo más seguro es que este equivocada y me lo dijiste en otro sentido completamente diferente. Porque solo dijiste tus palabras por decirlas o me equivocó.



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En el texto hay: boda, romance, fea

Editado: 30.05.2023

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