Narra Young:
El pequeño niño vestido de traje negro, llora cerca del arreglo floral donde están las fotos de sus padres. En el velorio, no hay casi nadie, solo él arrodillado en el suelo mientras es un mar de lágrimas, y tres personas que parecen ser del gobierno, son unas estatuas, ¿acaso no tienen sentimientos?, ¿por que no consuelan al niño?, solo están ahí, de pie, con sus caras serias.
Yo, solo observo. Mi abuela murió, por eso yo también estoy aquí, pero a diferencia de él, el cubículo donde la están velando está lleno de personas, tal vez por eso me llamó la atención, debe sentirse muy solo, no imagino que es perder a tus padres a la vez, ¿Cuántos años tendrá?, ¿ocho?...
-Young. -Me dice mi padre acercándose y toma aire, ya que su respiración es agitada- Hija aquí estas, te estuve buscando por todos lados. Vamos, ya es hora de irnos.
Me toma de la muñeca y trata de dar un paso, pero al ver que no me muevo vuelve a mirarme.
-Oye linda, ¿Qué ocurre? -me pregunta colocándose a mi altura y dirige su mirada a donde yo estoy viendo- ah, pobre niño.
-¿Por qué está tan solo? -continuo sin dejar de mirarlo-
-Esos parecen ser sus padres, el pequeño se parece mucho al de la foto. Y esos son los que lo llevaran al orfanato.
-¿Orfanato? -le dirijo la mirada a mi padre-
-Si, hay es a donde llevan a los niños que no tiene padres para que los adopten.
-Lo se, pero, ¿no es muy pronto?
-Tal vez. La vida a veces es muy dura. -Dice para volver a mirarme y se levanta- ¿Vamos?
-Bien. -digo finalmente-
...
Me dirijo hacia los baños, si, no nos hemos ido, mis padres son así, se quedaron conversando, otra vez.
Sin haber llegado aún, escucho un llanto, aunque es normal en este lugar, pero me deje guiar por el sonido tras una pared, en una esquina oscura. Ah, es el mismo niño. Creí que se lo habían llevado ya.
Reviso uno de mis bolsillos y saco unas galletas.
-Si sigues llorando, se te hincharán los ojos.
Le digo extendiéndole una galleta. Pausa su llanto al verla y levanta la mirada.
-Ten.
-Pero, es tuya. -Responde mientras limpia sus lágrimas-
-No, esta es para ti y esta... -saco otra galleta- es para mi.
-Gracias. -la recibe tímidamente con sus dos manos-
-Soy, Song Young. -continuo con una sonrisa y me siento a su lado-
-¿También estas de luto?
Pregunta viéndome con mi vestido negro.
-Así es. Mi abuela murió, éramos muy cercanas. Cuando mis padres trabajaban me quedaba con ella, y nos divertíamos todo el día. Pero, ya no está, y estoy segura que me sentiré más sola que nunca -Suspiro-.
Agacha la cabeza después de escuchar lo que le dije.
-Hyun. -me dice y volteo a mirarlo-
-¿Mmm?
-Mi nombre es Kang Hyun.
-¿Cuantos años tienes?, ¿ocho?
-Tengo diez.
-Sonrío- Y creí que tenías menos.
-No soy tan pequeño.
-Tal vez no en tu estatura, pero tu cara aún parece la de un bebé.
-No te burles.
-Suelto una corta risa tratando de contenerla- No me estoy burlando.
Veo como sus labios se arquean, y por un momento me hace sentir aliviada.
-Y ¿Por que estas solo?, ¿no tienes familia?
Niega con la cabeza, y veo como vuelve a desvanecerse esa sonrisa.
-Solo a mis padres, y ahora ellos tampoco están.
Vuelven a deslizarse lágrimas por sus mejillas y se las limpia.
-Oye, ya no llores mas. -Digo y me le acerco más a él- sé que debe ser doloroso. Pero, qué tal si comes tu galleta, aun no la has probado.
-Gracias, pero, la verdad, no tengo hambre.
-Entonces... hagamos una cosa, vas a darle un pequeño mordisco a esta galleta cada vez que te sientas triste y te acordaras de mi, ¿esta bien? -continuo tratando de animarlo-
Asiente mientras mira la galleta. Paso mi mano por su espalda para dar leves palmaditas lentamente, lo que ayuda a calmarlo. Nos quedamos en silencio, él un poco pensativo, y yo suspiro al verlo tan decaído, pero es interrumpido por uno de los agentes al hablar.
-He encontrado al niño. -Informa a sus demás compañeros por el radio que cuelga en su saco negro. Es intimidante- Eres muy escurridizo, eh niño. Vaya, parece que hiciste una amiga... -Dice y nosotros solo lo miramos, sin expresión- despídete, es hora de irnos.
Expresa finalmente para acercarse y tomar al pequeño por el brazo ayudándolo a levantar, aunque un poco brusco. Me coloco de pie, él voltea a mirarme y puedo ver en su expresión que lo invade la tristeza nuevamente, despidiéndose inclinando un poco su cabeza. Empiezan a dirigirse a la salida, siendo seguidos por mi a varios metros de distancia, y luego se les unen los otros dos, una mujer y otro hombre para ser exactos.
-¿A donde lo llevan? -les pregunto rápidamente-
-No te preocupes niña, estará bien. -responde la mujer sin la mínima intención de querer mirarme-
-Pero...
Me interrumpe
-A tu amigo no le faltará nada, y gracias por preocuparte. -Me dice con voz seca-
-No dejaré que se lo lleven!
Agrego finalmente testaruda, al ver que se acercan a un auto negro y me trato de alcanzarlos.
-Es mejor que no te metas en esto, pequeña. -Me aclara uno de los hombres al voltear para detenerme-
-Pero... -Veo cuando lo suben al auto- No se lo lleven, ¿es que no ven lo triste que está?
-Son órdenes.
Continua el hombre de saco para alejarse y subir al auto, me mira con algo de melancolía para cerrar la puerta. Sin aún ser convencida salgo corriendo y al llegar a la calle, el auto empieza a andar, acelero mi paso, tratando de seguirlo, alcanzo a ver al niño que gira y alza su mirada para verme por el vidrio trasero, su mirada que es aún más triste, la baja poco a poco hasta sentarse derecho.
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Editado: 03.11.2021