La esposa falsa del protagonista

Prólogo

«Rosas de oro y lágrimas de vino» publicó su primer capítulo cuatro años atrás, en una de las aplicaciones de lectura más famosas de la época. A pesar de todas las controversias que giraron alrededor de ella, se mantuvo dentro del top 100 de libros más leídos de la plataforma hasta el día en que finalizó.

La trama era sencilla a simple vista: Rania Clifford, hija del duque y protagonista femenina, se enamoró del primogénito de una familia de asesinos, Dante Wright.

A pesar de que la familia Wright era reconocida por la realeza —ya que ellos se encargaban de los «trapos sucios» de la familia real— y contaban con una gran fortuna, la sociedad consideraba que era una burla que alguien de la nobleza contrajera nupcias con ellos. 

Así que el duque se las ingenió para separar a los amantes, poniendo en el camino al príncipe heredero y enviando a Dante a una misión a las afueras del país.

Para cuando Dante regresó a la capital, Rania ya se había casado con el príncipe y él quedó relegado a segundo plano. 

En ese punto de la historia, la escritora comenzó a cambiar la personalidad de Dante, pasó de ser un hombre leal y fiel a sus principios a una persona egoísta, celosa e impulsiva. Todo empeoró cuando en el capítulo treinta describió cómo Dante consiguió una mujer muy parecida a Rania y se casó con ella. Según la narración, de este modo Dante superaría la ruptura, pero solo fue el inicio del declive del personaje. Después de todo, el objetivo de la autora era convertirlo en el villano de la historia mientras que el príncipe pasaba a ser el interés amoroso y protagonista.

Las fans de Dante mostraron su disgusto ante esa decisión creativa e iniciaron una guerra campal en contra de la autora y, en consecuencia, comenzó a perder visitas, comentarios y con ello ganancias. 

En un acto desesperado de enmendar su error, la autora comenzó a acercar a Dante y a Rania por medio de situaciones sin sentido —escenas de celos, drama innecesario y muchas traiciones—; del mismo modo, convirtió al príncipe en un patán hasta que finalmente tuvo una excusa para poder juntar a Rania y Dante. 

En el proceso el número de lecturas aumentó estrepitosamente ya que los conflictos no cesaron: las fanáticas del príncipe heredero intentaron boicotear la novela sin éxito, la novela recibió diversas críticas por la estructura de la historia e incluso se formó un grupo de fans que proclamaba su odio hacia Dante.

Diana no encajaba en ninguna de esas categorías, a pesar de que era consciente de que la historia tenía varios errores y la trama era problemática, la leyó fielmente durante cuatro años porque quería conocer el final de uno de los personajes: la esposa de Dante.

Porque si, todo el amorío entre Dante y Rania se desarrolló desde la infidelidad, ambos estaban casados e incluso con hijos y por culpa de su autora un amor que debería ser memorable y apasionado causó mucho dolor.

Según la novela, la esposa de Dante tuvo cinco hijos y sufrió mucho por la falta de cariño de su marido. En un punto de la historia, Dante la expulsa de la mansión y la envía a recluirse con las religiosas, negandole de este modo su libertad.

El personaje era tan secundario que la autora no se molestó en otorgarle un nombre y era llamada vulgarmente como «la esposa sustituta» o «la esposa falsa», ya que Rania en contadas ocasiones se hizo pasar por ella para poder vivir junto a Dante.

Diana consideraba que la historia de la mujer era demasiado trágica como para terminar de esa forma, así que leyó los más de doscientos capítulos de la novela con la esperanza de que la autora le diera un final feliz.

Lo que no sabía, era que el día en que la novela finalizara, ella moriría.




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