La esposa fea del Ceo descarado

Capítulo 3: Amparado en un falso amor.

Jeremy había salido de la mansión hecho una fiera, desconoce que su padre ha sufrido un ataque al corazón, motivado por la riña, que sostuvo con su hermano Tomás. Agarra su celular y llama de inmediato a la ingenua de Andrea:

—Amor, pasó algo terrible, ¿Dónde estás?

—En casa de mi madre, ¿Qué pasa, Jeremy? —pregunta con ligereza.

—Me quitaron la presidencia, por culpa de mis hermanos, que conspiraron en mi contra.

—¡Rayos! ¿Ahora qué harás? —se asombra Andrea.

—¿Cómo que haré, Andrea? Tenemos que seguir con nuestros planes y la nueva productora. Por favor renuncia mañana, te lo ruego.

—Pero, Jeremy, tengo mucho tiempo trabajando allí, me da pena con tu padre, no quiero fallar a su confianza. Pensé que tú, trabajarías en ella a tiempo completo junto con Bobby.

—Mi padre es un malagradecido, me echo como a un perro y tú eres mi esposa, ¿No pensarás dejarme solo en todo esto? ¿O sí? —la acorrala valiéndose de su amor por él.

—No amor como crees, si yo te amo. Jamás te dejaría solo—sonríe descaradamente, al comprobar que es dueño de su voluntad.

—Entonces demuéstrame ese amor, renunciando al canal, y firmando el contrato de la nueva empresa. Sin ti, jamás saldría adelante, te necesito, en nombre de ese amor, que nos tenemos—finge para que ceda a sus caprichos.

—Está bien, amor, mañana mismo renuncio y firmo el contrato legal de la productora. No te voy a dejar solo en esto, iniciaremos juntos el nuevo proyecto. Solo cálmate, estás muy alterado.

—No es para menos, mi familia me acusa injustamente todo el tiempo, para ellos soy la oveja negra de la familia. Eso duele—expresa el muy cretino, para afianzar su vulnerabilidad.

—No digas eso, si yo te adoro. Tengo mucho amor, para ti mi vida.

—Gracias amor mío, que haría yo sin ti—frunce el ceño y ladea la cabeza.

—Adiós, amor, nos vemos más tarde y resolveremos todo, solo serénate—lo consuela Andrea.

—Está bien mi vida, hasta luego.

—Te espero en casa—comenta muy emocionada.

Sale su madre de la cocina y la mira muy fijamente:

—¿Hija y esa cara, con quien hablabas?

—Con Jeremy, mi esposo tuvo un problema familiar, su familia no lo quiere.

—Por algo será—expresa su madre sin tapujos.

—No pienses mal de Jeremy, es bueno, solo que algo alocado y su familia no lo entiende.

—¡Ay hija! Estás tan enamorada de ese hombre, que no visualizas lo obvio —se conmociona con las palabras de su madre antes de contestar.

—No te vayas a poner como, Brad, suficiente tiene el pobre Jeremy, con su familia.

—Mejor me callo. Bueno, voy a seguir en la cocina y cambia esa cara. Deja los problemas de Jeremy a un lado, ya tu hermano debe de estar por llegar.

—¿Está trabajando?

—Sí, me dijo que vendría comer. Anda con Jessica de arriba para abajo, al menos él sí supo escoger bien a una Dixon—expresa su madre con ironía.

—Basta, mamá. Yo también elegí bien—proyecta Andrea una sonrisa nerviosa.

—Ya vuelvo, voy a seguir con la comida—asienta su madre poniendo sus ojos en blanco.

Tocan a la puerta y es su mejor amigo, Elvis, es el ser más relajado del mundo, quien trabaja como jefe de maquillaje en el canal, Elvis es gay, muy ocurrente y noble. Abre de inmediato:

—Cariño—se le lanza encima Andrea a Elvis.

—¿Qué tienes, primor? —pregunta Elvis con rareza.

Desde la cocina grita su madre:

—¿Quién es, Andrea?

—Soy yo, Eva. Elvis—responde.

—Está bien, hijo, en un rato estará la comida.

—Gracias—Grita Elvis.

—Elvis, siento mi corazón dividido. Ven vamos a mi antiguo cuarto, tenemos que platicar.

Entran rápidamente y se sientan en la cama:

—¿Ahora qué pasó con Jeremy? —la mira incrédulo.

—¿Recuerdas que te platiqué lo de la empresa, que estamos constituyendo?

—Sí, ¿Qué pasa con eso?

—Bueno ya es un hecho, Jeremy, me pidió que renuncie, para que yo la dirija.

—No veo el alboroto, estás haciendo una tormenta, en un vaso de agua por tus inseguridades.

—No es eso, Elvis. Sino que me da pesar dejar el canal, son muchos años que llevo allí, le tengo mucho cariño al señor William, quien nos ayudó a mi hermano y a mí. Siento que estoy siendo malagradecida al renunciar.

—No lo veas, desde el punto de vista de la nostalgia. Piensa que, tendrás una nueva oportunidad al lado del papacito de tu esposo, quien a su manera te quiere y te tiene confianza. Está colocando millones en tus manos.

—Si lo sé, pero aun así no dejo de sentirme mal.

—Ay mi dulce niña, siempre pensando en los demás. Ya deja el sentimentalismo a un costado y haz lo que te dice, Jeremy.

—No estoy segura.

—Haz lo que te digo, has tripas corazones y manos a la obra, amiga.

—Tienes razón, tengo que apoyar a mi esposo ¿Y cómo te fue hoy en el canal? Tuve una junta con los directivos y no tuve tiempo de pasar a saludar.

—De maravilla, ¿sabes quien estuvo por allá, para que la arreglara?

—¿Quién?

—Tu suegra, la misma vieja esa que no te traga.

—La señora Victoria, es muy presumida y se deja llevar por las apariencias.

—Vieja ridícula, me provocó quemarle el pelo. Solo que, soy todo un profesional y no lo hice—sonríen ambos ante el comentario.

—Esa señora es insoportable.

—También estuvo con ella, Cynthia Greco, esa mujer es guapísima tiene todo en su lugar.

—A la señora Victoria, le hubiese gustado tener una nuera cómo ella.

—¡Ay amiga! Como te dije una vez, disfruta tu momento con el galanazo de Jeremy, mientras duré. Ese amorío tuyo, con él no durará toda la vida.

—No seas cruel.

—Vamos, Andrea, sabes que busco de ser, lo más afable posible contigo, porque te quiero. Por eso evito decirte unas cuentas verdades. La verdad a veces es dolorosa y lo que menos quiero, es hacerte sufrir.




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