La estrella que no pudimos apagar

Capítulo 12

Petra

—No deja de patear —solloza Salomé. La felicidad y muy probablemente las hormonas del embarazo, la tienen mal —, ¡Amor!

Todas las féminas terminamos aglomeradas a su alrededor, viendo su hermosa panza crecida. Esta despedida de soltera se siente más como una noche de chicas, y eso es tan fantástico, no hay excesos, no hay ruidos, no hay estrés. Solo todas las chicas que nos conocimos en secundaria; aunque muchas ni éramos amigas.

Pese a todo, nos llevamos bien. Veo a Jules, hermana del futuro esposo de Soph, a Gael, Hailey, Salomé, Clover y por supuesto, Soph. Somos tan diferentes.

—¿No es hermoso? —me dice Hailey, mientras juega con su largo pelo rubio.

—Claro que sí —respondo. Nunca fuimos muy cercanas. Incluso, siempre me daba ansiedad estar cerca de ella, porque Hailey es el sol hecho persona. El mismo Asher confirma.

—¿No sueñas con ser mamá? Yo sí…

—No suelo pensar mucho en cosas tan a futuro —me limito a decir, mientras me doy un sorbo de sidra —, me pierdo cuando voy tan lejos.

—Yo suelo pensar demasiado en el futuro.

—Yo solía hacerlo también.

—¿Y qué pasó? —me pregunta delicadamente.

Hailey siempre fue tan positiva, cálida y confiada, que realmente no logro entender como a Asher le llegamos a gustar ambas en momentos diferentes; somos contrarias.

—Me rompieron el corazón —respondo, y ella deja de sonreír; yo comienzo a hacerlo —. Me volví un poco reticente a pensar en cosas tan futuras y permanentes.

—Oh…

—Sí —hay un segundo de silencio —, está buena la sidra. Deberías probar.

—¿Chicas? —viene Clover —¡¿Qué hacen tan lejos?!

La hermosísima y chillona Clover borracha viene y nos busca. Mientras contornea sus caderas en un zigzag, nos obliga a ambas a acercarnos a todas otra vez. Ya Salomé ha dejado la llamada con su esposo, Bastian, y Clover, por otro lado, trenza el pelo de su cuñada, Gael.

Todas acá tienen sus vidas, sus realidades, sus amores. Digo, todos sabemos que Hailey y Asher han estado frecuentando más, que Gael y Hayes viven juntos, que Salomé y Bastian están más enamorados que nunca, y que Jules y Shawn son la pareja suburbana perfecta. Y Soph ni se diga, en 48 horas será Soph Avery. Clover y yo somos las que menos podemos encajar en este rompecabezas.

—No saben como extraño mi cuerpo antes del embarazo —dice Salomé subiendo las piernas en la mesa —, ahora no aguanto mis pies, si estornudo me orino, si como vomito, si no como me mareo, si corro me sofoco, si río me dan patadas…

—Y espera a que empieces a amamantar —dice Jules mientras se da un largo sorbo de jugo —, esos melones se vuelven uvas pasas.

—Admito que no me desagrada ese síntoma del embarazo —responde pícara Salomé.

—Al que no le desagrada es a Bastian —ríe Clover.

—Y ni hablar del parto —susurro.

—Hay dos formas de parir —dice Soph —, y no me gusta ninguna.

Es curioso como todas ponemos cara de horror, pero a la vez, todas sonreímos al imaginarnos un pequeño bebé en nuestro grupo. Jamás he visto a la hija de Jules, pero me dicen que es hermosa, quisiera conocerla.

—¿Qué me recomiendas para el posparto? —dice Salomé.

—Que no pretendas tener vergüenza. Bastian va a verte todo, en todos los ángulos. No luches contra eso.

—Shawn… —empiezo a decir.

—Sí, lo que sea que vayas a decir, sí —nos reímos —, ¡Hasta me depiló!

—¡¿Te depiló!?

Asiente.

Respira profundo —No puedo creer que volveré a pasar por lo mismo…

—¿Estás embarazada? —pregunta Sophie emocionada.

Todas celebramos.

Mientras ellas tienen sus conversaciones, yo solo pienso en dos cosas, como a Sophie no le molesta para nada que la conversación sea sobre el bebé en el vientre de Jules o de Salomé, o cualquier otro tema que llegue a colación, y… ¿Qué tengo yo en mi vida que sea tan único como las cosas que se mencionan?

Clover va a graduarse. Quiere tener su propia clínica.

Sophie va a casarse con su único amor.

Hailey y Asher por más que quieran ser discretos, sabemos que tienen una conexión.

Gael tiene un hogar con su amor.

Salomé va a tener un bebé con un hombre que mataría por ella.

Jules será madre por segunda vez, con el hombre que la ha amado años antes de que ella lo aceptara.

¿Qué tengo yo?

¿Viajes? ¿Recuerdos? ¿Un futuro incierto?

¿Qué tengo yo?

Podría imaginarme mil razones por las que debo estar agradecida, feliz, encantada. Pero… nada que de verdad yo desee sobre cualquier otra cosa.

Y la verdad, no puedo negar que he amado mi vida estos años. Pero le extraño. Extraño amarlo. ¿Y si eso solo está en mi corazón, en mi pasado? ¿Y si solo está en mi recuerdo? ¿Y si eso que él siente por mí no es más que nostálgia, y solo yo siento este amor?

Las horas pasan, las chicas intentan unirme a su conversación, pero no oigo nada. Solo releo sus mensajes. No volvió a escribir más nada luego de su última expresión.

¿Qué le puedo responder a eso? No tengo palabras qué puedan completar lo que siento…

Salgo a la calle, solo a respirar un poco de aire. ¿Debería buscarlo?

+

Thomas

Las despedidas de soltero jamás me han parecido interesantes, sin embargo, aprecio realmente que mis ahora comprometidos amigos hayan decidido no hacerla de forma inmoral. Y es curioso, porque usualmente sus aspiraciones eran totalmente distintas.

Anker va a casarse, Bastian está en espera de un bebé, Shawn tiene una relación estable, entonces… Supongo que el amor sí les ha dado fruto. Por otro lado, estamos Adam y yo, que aunque solteros, jamás hemos disfrutado mucho de esos “placeres” que incluyen strippers y alcohol desmedido.

Anker, el novio, y futuro celebrado, nos ha prohibido mencionar cosas como “Tu última noche libre”, cosa en la que estoy de acuerdo, porque él no considera que casarse con Sophie le quitará nada, ni que perdió su libertad. De hecho, no quiso ni que planearamos una noche realmente. Solo decidimos venir al departamento, sin hijos, ni señoras, (esposas, prometidas, novias, exnovias).




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.