La extraña muerte de Levi Richards

Parte I. Tauren.

¿Eres alguien curioso, lector?

 

Descollante, de una impresión famélica y adusta. Los hombres de antaño; cuando las tierras poseían un nombre que se merecía el desapruebo de las lenguas que jugarán con la procesión de sílabas precursoras a dicha palabra; solían pensar en una tierra ominosa, un oasis que fuera antágono a este. El infierno a mitad del vesánico mar que ruge desde la India y que recibe así su nombre.
Para Inze y su tripulación que se anegaban en problemas ulteriores durante el s155, Taured supuso, entonces, un oasis extenso, literal a la disposición que ellos buscaban, y fueron los nativos los que recibieron las palabras de un idioma extranjero, recibiéndolos y encumbrándolos por el anticipo ya conocido de su llegada, sabiéndose bendecidos por el contacto con el mundo exterior. Inze y su tripulación naufragaron después de media legua de tormenta en las costas de la actual Olidea, al norte de la Isla. Mediante un ensalmo bien conocido por la población, Inze y sus hombres fueron atendidos debidamente, sesgando su deshidratación y los traumatismos causa del entumecimiento y desvarío emocional presentado a su llegada.
Como advenimiento divino, Inze y el contramaestre despertaron rodeados de frutos de temporada, así como de una enfermera velando a su salud, la suntuosa brisa marina del norte de la isla deba un dejo salado al tacto y al gusto, sin embargo, para ellos resultó paradisíaco y palatino el recibimiento. Con señas caducas, Inze logró entenderse superficialmente con los nativos, a quienes preguntó, o eso pensaba, el nombre con el que llamaban aquel erial; recurrentemente parecían contestar todos: «Taured».
Gracias a un intérprete con conocimientos más puntuales de lenguaje corporal, Inze comprendió ser prisionero de la gente de Taured, disculpando su intromisión y aduciendo su inocencia con la adveración de los restos de su bastimento, del cual sólo sobreviviría indemne el azarado trinquete, en donde se hollaban las uñas del alférez y el contramaestre que se aferraron durante el vendaval.
Vefone, que tal era el pronunciamiento de quien parecía ser patriarca o presidiario en la jerarquía de Taured, los puso en libertad inmediata, alegando sus pruebas suficientemente fehacientes para probar su inocuidad para con la isla. Inscritos, pues, como forasteros residentes, Inze y su tripulación fueron instruidos en la lengua de Taured, aprendiendo junto a los infantes la sintaxis y morfología del lenguaje; fue entonces que la preparación en lenguas de un par de marineros los llevara a comprender el lenguaje sucintamente.
Rebautizados como Deles y Vier, Sam Jones y Leroy Jee fueron los primeros intérpretes directos de la tripulación. Y fue en el año s158 cuando se resolvió el porvenir de cada marino de la tripulación. Inze, Deles, Vier y otros quedaron en perenne estupor ante la lozanía de Taured, con sus montes crispados de nieve durante el invierno y el posterior descongelamiento anunciado por extraños tintes purpúreos en el cielo justo antes del deshielo; ellos, junto a diez marinos sobrevivientes coligieron en no abandonar la Isla, y aún más, confraternar de manera carnal con los nativos, mezclando ambas razas.
Los otros se sentían atraídos por el pecuniario que ofrecía una pingüe explotación de los minerales y recursos naturales presentes en la Isla, como las minas de jaspe y ágata en las pocas zonas accesibles, pues Vefone temía horriblemente el que hoy se conoce como «Desfiladero del diablo», y que era únicamente accesible durante la temporada de monzón, cuando los habitantes de la comarca costera del norte comerciaban con los mortecinos habitantes de la comarca central; donde se extraían las frutas exóticas de que ellos gozaban durante una corta temporada.
Inze resolvió que aquellos que buscasen abandonar la Isla dieran la noticia del naufragio y ulterior defunción de los marinos presentes en Taured, esperando mantener el comercio secreto con ellos y solo ellos. Inze fue nombrado patriarca por las contribuciones económicas hechas con la Isla, sus descendientes mantenían las relaciones mediante un bergantín negro y una galera siniestra que zarpaban desde Taured los días brumosos, haciéndose báculo en las historias que los descendientes de los marinos se encargaron en dar acicate.
La historia de Taured continúa por siglos de conquista y guerra hasta que fue consumada la independencia de la Isla de Tauren (nombre colegido por conveniencia) en el año d155, dos mil años después del naufragio de Inze y su tripulación.  Sin embargo, la historia referida es concedida un par de siglos antes de la adveración de la isla, durante el periodo comprendido entre el año p890 y el p893, debido a imprecisiones históricas y el desacuerdo entre estudiosos de la materia.
Sin embargo, consideró importante introducir la historia del honorable capitán Inze, para que no sea novedad al lector el desarrollo en la hermosa isla de Tauren. Y antes de comenzar, permitirán introducir el lugar donde conocí esta conmovedora historia: la ciudad de Terión, en la comarca agreste del río Pigmeo. 

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.