Al otro lado del pueblo montañoso de Necrolis, zona que jamás había frecuentado, encontrabas una nueva cuesta, una nueva carretera con pendiente y curvas constantes. Tenía su origen cerca del instituto, y cerca de mi futura universidad, y subía serpenteante rodeada de mansiones de ricos, como en la montaña de los Dark. A los pocos minutos pasamos cerca del gran cementerio de Necrolis, y poco después alcanzamos el asilo psiquiátrico.
La puerta metálica que daba acceso al lugar era parecida a la de la mansión Dark, aunque los muros que la rodeaban eran más altos y rodeados con alambre de espino. Cuando el abuelo Abraham tocó el pequeño timbre con su viejo coche la puerta se abrió y entramos en un hermoso campo de flores y árboles que rodeaban una gran casa de ladrillo blanco. Al sud se encontraban extensos jardines con balcones que acababan cerca de un barranco desde el que podías ver el mar y el puerto de Necrolis, allá en la parte más baja de la ciudad. El abuelo frenó el coche cerca de la gran puerta.
─ Hablaré con su enfermera ─ dijo ─. Mientras, podríais buscarle en los jardines.
─ Así lo haremos abuelo ─ respondió Quinn.
Los jardines estaban repletos de gente, con el uniforme blanco de los pacientes y negro de los cuidadores contrastando entre los colores de la naturaleza del lugar.
─ Esto es demasiado grande ─ dijo Quinn ─. Así que nos separaremos para buscarle.
─ ¿Cómo? ─ pregunté entrando en pánico ─. ¿Separarnos aquí? ¿No es peligroso? ¿Y cómo voy a saber lo que busco?
<<¿Qué clase de personas residen aquí?>>.
─ Jeremy es alto, guapo, con el pelo castaño hasta los hombros, nariz un tanto larga, ojos verdes. Tendrá un año o dos más que tú. No hay muchos como él por aquí.
─ De acuerdo…
<<Supongo>>.
Quinn ya se había marchado, así que decidí ir en dirección contraria y acercarme a los balcones y a los jardines colgantes. Me senté en un banco pintado de azul relámpago y empecé a buscar con la mirada. Un chico regordete con gafas hablaba con un árbol, tenía una conversación bastante fluida y al poco rato empezó a abrazarlo. Pero enseguida pude ver a Jeremy, o al menos alguien que encajaba perfectamente con la descripción de Quinn. Sí que era guapo, y alto. Vestía de blanco rodeado de flores de todos los colores y en su mano reposaba una gran mariposa, casi parecía un ángel. Me acerqué cuidadosamente a él y me quedé en el camino de tierra, justo antes de pisar las flores, a escasos metros de él.
─ Eres Jeremy, ¿verdad?
─ Hola, qué bonito día hoy, ¿no crees? ─ respondió a lo que me quedé un tanto descolocada y pensando. <<¿Cómo puede este ser de luz formar parte de la familia Dark?>>. Incluso la luz del Sol brillaba intenso justo encima de él, como si hubiera bajado del cielo.
─ Sí, un día precioso ─ respondí ─. Mi nombre es Sookie, Sookie White. He venido con tu hermana Quinn y tu abuelo Abraham.
─ Hola, Sookie White ─ contestó y se limitó a mirar la mariposa durante unos instantes en silencio, moviendo la cabeza de un lado a otro lentamente y sonriendo. Luego me miró a mi ─. Tú también eres bonita.
Me sonrojé como una tonta al instante.
<<¿Qué haces?>>, me dije a mi misma. <<Se está comportando como un niño, no te sonrojes>>.
─ Muchas gracias, Jeremy ─ respondí intentando fingir que no se me había acelerado el corazón ─. Hemos venido a buscarte por qué es tu día libre. O eso me han dicho.
─ ¿Ya es el día? ─ preguntó y empezó a acercarse a mí. La mariposa salió volando ─. ¿Ya ha llegado el día?
─ Em, sí… ─ se plantó justo delante de mí, alto, muy alto, y muy guapo, y con una increíble sonrisa y me cogió de las manos.
─ ¡Es el día! ¡Es el día! ─ empezó a dar saltitos en el sitio.
─ Sí, es el día ─ respondí con mi mejor sonrisa.
─ Vamos Sookie Sookie, vamos a ver a mi hermana ─ dijo bastante entusiasmado.
<<¿Sookie Sookie?>>.
Me cogió de la mano y empezó a correr dando grandes saltos con sus largas piernas. Intenté seguirle el ritmo, con las mejillas más rojas incluso que antes.
<<Pero, ¿qué me está pasando?>>. <<¿Por qué reacciono así?>>. <<No es la primera vez que te agarran de la mano, no seas estúpida>>. Estaba casi paralizada.
─ ¡Quinn! ¡Quinnie! ─ gritó Jeremy cuando vio a su hermana a lo lejos.
Cuando la alcanzó la abrazó con fuerza, aun sin soltarme la mano y entonces agarró la suya y empezó a saltar en círculos con las dos.
─ ¡Qué día más feliz! ─ exclamó.
─ Oh, no… ─ dijo Quinn ─. Hoy es Jeremy Entusiasta.
─ ¿Cómo dices? ─ pregunté ─. ¿Qué significa eso?
El abuelo Abraham salió de la gran casa blanca con la enfermera de Jeremy, y este al verlo corrió hacia él, soltándome la mano.
─ Sookie, mi hermano está aquí encerrado por dos motivos. Uno es su habilidad. El otro es su problemilla con las personalidades múltiples.
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Editado: 15.09.2024