Capítulo 15

Las siguientes horas en el hotel fueron un auténtico caos. Logan no paraba de perder sangre, y Penélope tenía toda la atención centrada en él. Hasta que llegamos nosotros, claro. Hasta que Michael llegó con una fea herida en el ojo izquierdo y Quinn con nueve dedos en las manos en vez de diez. De repente me convertí en enfermera sin serlo. Jeremy, Elliot y yo tuvimos que aguantar pañuelos ensangrentados sobre heridas abiertas mientras Penélope cosía, curaba y hacía milagros. Una hora más tarde pudo sentarse por fin en una cama y soltar un sonoro, largo y merecido suspiro.

─ Esto ha sido intenso, joder ─. Se la veía agotada. Como si llevara noches enteras sin dormir ni comer.

─ ¿Diagnostico final? ─ preguntó Elliot.

─ Estamos hechos una auténtica basura ─ contestó Penélope ─. Logan se pondrá bien, si dedico todas las horas de los próximos días a que no se le infecte nada. Es una herida grande, pero él también es grande y eso ayuda…

Sus manos aun ensangrentadas jugaban con una toalla que antaño había sido blanca y ahora era roja.

─ El dedo de Quinn es lo menos grave. Aunque me hubieras traído el dedo… no habría podido hacer mucho para recuperarlo. No en estas condiciones y estas instalaciones. Te va a doler de verdad, pero…

─ ¿Qué hay de Michael? ─ pregunté. El niño estaba sentado en la cama de Jeremy junto a Winona, y llevaba un parche blanco en el ojo.

─ No creo que vuelva a ver por ese ojo, lamentablemente ─ dijo Penélope mirándolo fijamente ─. Aunque el cuchillo no se ha clavado muy hondo, y el ojo lo conservará. Lo más probable es que sea sin visión. Lo siento niño.

Michael se limitó a bajar la cabeza y Winona le agarró la mano.

─ Quizá sería un buen momento para marcharnos a Necrolis ─ sugirió Penélope ─. En este estado…

─ Debo sugerir lo contrario ─ intervino Elliot y todos lo miramos fijamente.

─ ¿Qué has descubierto? ─ le preguntó a Quinn.

─ Me colé en el despacho del samurái antes de que llegaran. Encontré cosas interesantes ─ respondió y sacó tres sobres blancos.

─ ¿Qué es eso? ─ preguntó Jeremy que se encontraba de pie ante la ventana.

─ Es una invitación para el samurái, Emery, y Jake, con un acompañante cada uno, para la gala anual en la mansión de la duquesa. ¿Os suena?

─ Otra de las generales. La que queda ─ dijo Quinn.

─ Es mañana noche. Y es una fiesta de gala con máscaras, en casa de la mismísima duquesa y su marido. Si nos damos prisa…

─ Podríamos fingir que somos ellos ─ contestó Quinn.

─ Exacto.

─ ¿No os cansáis de todo esto? ─ preguntó Penélope alzando la voz un tanto ─. Echar un vistazo a vuestro primo y a Michael. ¿Cuánto más vais a sacrificar?

Me quedé callada observando a Penélope y Quinn que por primera vez desde que las conocía, tenían opiniones contrarias en algo. Casi parecía que salieran rayos laser de los ojos de ambas e impactaran a medio camino. Ninguna de las dos se atrevía a pestañear.

─ Hay un problema en ese plan ─ intervino Jeremy ─. Es un día entero, es probable que la duquesa acabe enterándose de la muerte de los otros generales. Y tenga la vigilancia puesta en la entrada, por si alguien finge ser quien no es.

─ Es un riesgo que tendremos que asumir ─ contestó Quinn todavía mirando a Penélope, quien se rindió la primera y centró de nuevo su atención en Logan.

─ Creo que esta vez voy a diseñar yo el plan ─ dijo Elliot ─. Tengo algo bueno en mente.

─ Adelante ─ intervino Quinn y volvió a mirarse de reojo con Penélope ─. Estoy cansada de ser la mala.

<<Joder, cuanta tensión>>.

─ Por razones obvias, los niños, Logan y Penélope tendrán que quedarse en el hotel esta vez ─ dijo Elliot.

─ Estoy de acuerdo ─ dijo Penélope ─. Quizá tendríais que dejar de arrastrar a Sookie en esto también. No tiene poderes ni años de entrenamiento como la mayoría.

─ Yo… ─ empecé a decir.

─ Necesitaré a Sookie para que esto funcione bien ─ dijo Elliot ─. Sin embargo, no voy a obligar a nadie a hacer nada.

─ ¿En qué podría servirte yo? ─ pregunté con curiosidad y me llevé una mirada desaprobadora de Penélope.

─ Es probable que el accidente en el restaurante de sushi acabe por llegar a oídos de la duquesa ─ empezó Elliot ─. Sin embargo, lo ocurrido con los gemelos no tendría por qué. No usaremos la invitación del samurái. Pero usaremos las de los gemelos y acompañantes.

─ Entonces… ¿nos haremos pasar por los gemelos? ─ pregunté.

─ Sí. Yo seré Jake ─ dijo Elliot ─. Y Quinn será mi acompañante. Sookie será Emery y Jeremy será su acompañante.

─ Lo van a notar ─ dijo Quinn ─. Es rubia con el cabello hasta el trasero y tu tienes medio cabello naranja.

─ Es por eso por lo que mañana dedicaremos gran parte del día a una larga sesión de peluquería, sastrería y dibujo, pues tendremos que tatuarnos un par de falsas arañas.

<<Oh no, ni hablar>>. <<Mi pelo no>>.