Prologo

Bárbara Majluf

Estoy feliz, mi hermano Moad será el nuevo rey de Omán. Mi padre, aunque yo considero que es aún muy joven, mi padre ya quiere abandonar el trono para poder dedicar los últimos años de su vida a viajar y disfrutar con mi madre y en eso si le doy la razón. Desde que mi hermano era un bebé mi padre a reinado Omán, no ha sido como otras naciones en la que el rey entrega su corona en su lecho de muerte o en caso de una muerte repentina.  

Nuestra nación ha sido muy dichosa desde que mis padres subieron al trono. Todo bajo las leyes y cultura de nuestro pueblo por supuesto, pero con otras oportunidades y derechos humanos. Mis padres han sido innovadores en sus treinta y cinco años de reinado. Sus continuos viajes le dieron la visión para llevar a nuestro pueblo a la cúspide, haciendo que sea uno extraordinario. En muchas cosas estamos a la vanguardia con algunas potencias.

Salgo de mi habitación con una sonrisa en mis labios, quiero llegar para ayudar a mi cuñada Valentina con mis pequeños traviesos. Llego hasta el salón de ceremonia que mi hermano escogió para hacer la transición ya que el evento se planeó para realizarse en Nueva York, lugar donde vive mi hermano. No sé cómo lo va a hacer ahora cuando ascienda al reino pues este no va más que de visita, cuando mis padres pasan mas de seis meses sin venir a América.

Tengo pensado más adelante pedirle que me deje en la organización de Beneficencia para seguir ayudando como hasta el momento. Amo lo que hago, cuidar a mi gente y velar que estén bien es uno de mis pasatiempos favoritos. Me lo enseñó mi amada madre que es todo bondad. Con mi cuñada me llevo bien, así que podemos seguir el legado que nos deja mi mamá. Veo a mi madre y a Valentina hablando al lado de sus esposo.

— ¿Qué se siente ser reina? —pregunto con el deseo de saber cómo será poder estar al lado de un hombre como mi hermano, tan importante en los negocios como para una nación no debe ser fácil.

Yo en lo personal no me gustaría ser reina consorte de ningún niño de mami. Los hombres en las naciones aledañas a Omán son unos trogloditas que solo piensan en la mujer como la madre de sus hijos, nada más. Yo no nací para ser una esclava de ellos. Yo lo siento, pero no.

—No es nada del otro mundo. Y tú, ¿Cuándo te piensas casar con el pobre de Noah? —blanqueo mis ojos al escuchar su pregunta. No entiendo por qué todo el mundo se empeña con casarme con el baboso ese. Noah es el hijo mayor del consejero Aziz, uno de los más importante de toda la asamblea de ancianos. No me interesa casarme con él, ni con nadie. Nací para ser la tía libre, con gatos, pero ellos aún no se enteran de que en mis planes no está el casarme.

—Nunca, él lo sabe, no es merecedor de mi amor. —contesto cruzándome de brazos enojada. Él sabe que no me interesa, pero ahí va de insistente. No soy responsable de que se haya formado un futuro inexistente en su micro cerebro.

—Por favor, Bárbara, ya dale la oportunidad. Lleva años detrás de ti. —vuelvo a blanquear mis ojos. Por mí que me espere toda su vida, simplemente no me voy a casar con él, ni con nadie. Volteamos a ver la ceremonia, ya mi padre estaba coronando a mi hermano y nosotras perdiendo el tiempo hablando de indeseables. En el auditorio se encuentran algunos mandatarios de diferentes países musulmanes, consejeros y sacerdotes. Nosotras estamos en el estrado junto a los hijos de Moad y mi hermano Robert.

—Yo Moad Majluf, nuevo rey de Omán cedo mi corona a una persona que merece más que nadie este lugar. Siempre ha sido parte del crecimiento de nuestro pueblo. Una persona dedicada a la obra y las buenas causas. Es mi mayor orgullo y hoy haré algo que nunca nadie se imaginó … —veo como se va quitando la corona que mi padre acaba de poner en su cabeza—. Bárbara ven conmigo. —lo miro asombrada, no puedo creer lo que este esta haciendo. Los sacerdotes y concejeros lo van a degollar. El no puede hacer esto. Camino mientras pienso en todo lo que pasara si hace lo que pienso que va a hacer. Si el consejo no hace nada yo soy quien lo va a matar por ponerme en esta situación.

—Querido pueblo de Omán. Aquí les presento a su nueva reina, Bárbara Majluf. —mis ojos se llenan de lagrimas cuando este me pone su corona sobre mi cabeza. Mi corazón se hincha de emoción al escuchar al ovación de mi pueblo desde donde se pasaba la coronación. Escuchar como vitorean mi nombre me hace sentir que no merezco tanto amor. Miro a mis padres, mi padre aplaudía mientras negaba con una hermosa sonrisa en sus labios, mi madre solo limpiaba sus lagrimas de alegría. Voltee a la cámara para saludar a mi pueblo.

—Amado pueblo de Omán me ciento sorprendida por las acciones de mi hermano. Mis nervios no me dejan reaccionar como yo quisiera, me encantaría estar a su lado para demostrarle el inmenso amor que siento por ustedes, mi gente hermosa, pero pronto estaré frente a ustedes y podre decirles todo lo que nace de mi corazón. Por el momento solo puedo decirles que siempre estaré disponible para ser su reina y ayudar a mi nación a salir adelante. —me despido de mi pueblo y la ceremonia se da por terminada.

Pasamos al banquete que se iba a dar en el área del comedor de la mansión de mi hermano. Hay tres mesas a lo largo, una es para nosotros los Majluf, la segunda es para los miembros del parlamento y la tercera es para los invitados de otros países hermanos. Nos acomodamos y comenzamos a cenar.

— ¿Desde cuándo lo habías planeado? – pregunta mi padre rompiendo el silencio.

—Desde que convencí al consejo a hacerlo acá. Busqué información y si era el rey podía ceder mi corona. Así que aprovechando que todos aman a mi hermana y con justa razón. Les dije que si lo hacía acá era más fácil para que ella fuera la reina y ellos aceptaron muy felices. —me siento feliz por lo que cuenta mi hermano, nunca pensé en que sería la reina, pero pondré todo de mi parte para ser la mejor.