La fuerza de Ciro

Primero pelea

Primera pelea 
Debía marcharse cada uno a sus “misiones” pero no lo hicieron ya que William estaba esperando a Calixto, Circe y sus alumnas para estudiar la magia con la que fueron atacados e incluso Cy fue a la villa Licaón ya que también atacaron a su gente, y era magia que no conocía, era bien conocido en el mundo vampírico que Cy conocía los secretos de la magia ya que se decía que el mismo Lucifer y su madre Lilith fueron sus maestros, se reunieron solo las personas indicadas, los demás salían sobrando. 
En esa reunión no estaban incluidos no Ciro, ni Darío los hermanos se concentraron en su vida cotidiana, es de día el sol se encuentra en todo lo alto, Elián metido en la sala de guerra con los indicados, Ciro en sus asuntos leyendo mapas donde estaban asentado las antiguas manadas, memoriza cada mapa, cada región, se mete de lleno con los escribas buscando a los Axenas, Darío, manda llamar a sus mejores hombres para que en cuanto den la orden de partida se dividan e inicien la cacería, el menor cansado sale de la casa a pasear por los jardines,  lleva con el una botella de vino que va bebiendo directo y sin escalas, enciende un cigarrillo, con la mente en blanco se sienta debajo de un árbol para matar el tiempo, cierta sus ojos, da una fumada, a sus oídos llega el sosillo, reconoce muy bien de quién es, no hace caso a su razón va hasta donde está el origen de los ruidos, alza la mirada al árbol que tiene enfrente, se empina la botella. 
_ No sabía que trepadas. 
_ Lo hacía de niña, deje de hacerlo por obvias razones, pero desde que Ulises me cambio puedo volver hacerlo y es genial. 
_ Baja para que me digas por qué lloras. 
_No estoy llorando. 
_ - Manos a la cintura - _ Baja o subo por ti. 
_ No nos va a aguantar la rama. 
_ - Retira los zapatos y casi de un salto llega hasta ella- _ Secu – limpia las lágrimas de ella- _Te conozco a la perfección, y sabes bien de lo que hablo, así que habla. 
_ Solo estoy triste. Me invadió un sentimiento de tristeza y de la nada estoy chillé y chillé y no puedo controlarme, así que me vine a esconder, no quiero preocupar a Elián ni a nadie. 
_- Se acomoda en la rama de arriba no es mucha la separación de las ramas así que con facilidad puede tomar mano de ella- _ Aquí estoy para ti. 
_ Hirieron a muchos, mataron a otros tantos, Darío, no los quiero ver morir ¿qué voy a hacer sin ustedes, sin Elián? ¿ qué voy a hacer sin ti? 
_Mi Secu – acaricia la mejilla derecha - _ Nada está escrito y si ya nos toca morir solo te pido que coloques las monedas en mis ojos y que cuides de ti. 
_ Que ánimos me das. 
_ No quiero morir, estoy seguro de que mi hermano tampoco, pero es una posibilidad muy grande y debes estar preparada para lo que venga, eres la esposa de Elián, lo más importante eres mi cuñada, no me puedes dejar en vergüenza. 
_ No te dejare en vergüenza ni a Elián. 
_ Gracias. ¿ Secu? ¿Amas a mi hermano? 
_Ya sabes la respuesta, con todo mi corazón.  
_ ¿ Y yo? – pregunta sin pensar - 
_¿ Tú qué?  
_ Mi amor por ti. 
_ ¡ Oye! Sabes que te quiero mucho, pero eres mi cuñado así te quiero. Punto, tu y Fernando son mis mejores amigos, los quiero mucho, pero Elián es el hombre que amo. 
_ Y por mi culpa. 
_ ¿Tu culpa? 
_ Si, si esa noche que llamó me hubiera ido él nunca hubiera ido a buscarme a Hermosillo, nunca lo hubieras golpeado, tu aroma y tú golpe jamás lo hubiera marcado y fueras mía. 
_ Déjate de jaladas. Darío, escucha bien, gracias a ti y a Fernando le hice caso a ese hombre, y gracias a usted dos soy feliz, a pesar de mis inseguridades. 
Secundina se deja caer del árbol seguida por Darío que le va gritando, ella frena en seco lo encara empezando así una fuerte discusión obviamente en español. En la sala de guerra se discutía a profundidad el ataque y como es que Will pudo contrarrestar el ataque, Elián atento a las palabras ideando en su cabeza la manera de mover todo de la forma más estratégica y lo más importante las menos bajas posible, las manadas del mundo aún siguen mermadas por la guerra contra Zaqueo, a pesar de que la manada de la rusa se integró a la suya no confía en ellas, pasa su mano por la barbilla pensando, se levanta para servirse agua, pasa por la ventana, pasa de largo , se regresa en corto, se talla los ojos, no cree lo que ve, Secundina le acaba de dar dos cachetadas a Darío, el menor no le pega pero si la toma de los hombros, la estruja fuerte, Secundina manotea liberándose del menor, ella se encamina alejándose de él, el menor se encamina a encontrarla, le coloca su mano derecha en el hombro izquierdo la gira a él y con la izquierda la bofetea, Secundina iba a responder, una lista de azul mezclilla la deja con la mano extendida, da la media vuelta Elián tenía contra un árbol a su hermano sujetándolo del cuello de la camisa. 
_Como te atreves a tocar a tu reina. 
_Suéltame, sabes bien que no te conviene pelear contra mí, llevo las de ganar. 
_No me importa que seas mejor que yo, no voy a permitir que golpees a mi mujer, 
_No es tu mujer. 
_Entonces de quién es ¿Tuya o de Fernando?  
 A pesar de la posición los hermanos se pueden ver directo a los ojos, va a responder, soltar la bomba y que pase lo que tenga que pasar, pelearía por su pareja, no la piensa dos veces, Elián no lo suelta a pesar de que Darío está cambiando a bestia. El mayor lo suelta, Darío da el primer golpe lanza a su hermano por los aires al caer al suelo Elián ya estaba como bestia. Dejando a un lado la hermandad el mayor se abalanza sobre el menor. Esta vez no es pelea amistosa, esta vez sí se golpean a matar. Darío da un zarpazo al vientre del mayor, este responde con un zarpazo en la espalda y ambos aúllan del dolor. Secundina llega corriendo ya con Ciro a su lado. 
_Has algo se van a matar. 
_Eso veo, ve a dentro yo me haré cargo – al ver que ella no se mueve sigue viendo como los dos están pelando como si fueran enemigos- _ Cuñada obedece, lo que voy a hacer te va a causar dolor. 
_Pero, pero, pero... 
_Tú y Nereida vayan a esperar en la enfermería, vete y escuches lo que escuches no mires para atrás porque no quiero perder tu cariño ni tu respeto.  
Secundina obedece de mala gana, se lleva las manos a las orejas cuando escucha aullidos de dolor, quiere voltear a ver, pero no quiere ver porque lloran tan feo Elián y Darío, busca a Nereida, da el mensaje, media hora después entra Calix con Elián en brazos hecho hombre demasiado golpeado y herido e inconsciente, lo mismo Talio con su padre y en las mismas condiciones, detrás de ellos Ciro que también iba golpeado, pero no tanto como sus hermanos.




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