La fuerza de Ciro

Miedo

Miedo 
Ramsés llega con Ciro el cual se encuentra ya en Ankara acompañado de Jano, Pita, Calipso y Circe, el egipcio viste un típico abaya ya que es pleno media día, al llegar con los lobos pide hablar a solas con Ciro, las mujeres los dejan solos. 
_¿Piensan atacar solo ustedes cuatro? 
_Si, no, sí, quiero evitar lo más que se pueda las bajas innecesarias, pero ya casi toda la ciudad se encuentra sitiada. Dudo que hayas venido a preguntar mis planes. 
_ He venido por dos razones, la primera para ayudarte y protegerte y la segunda... tus hermanos en estos precisos momentos se debaten entre la vida y la muerte. 
_Elián descubrió la verdad - suspira derrotado- 
_ No, tus hermanos fueron atacados con magia, Dédalo ayudó a Darío más, sin embargo, lo deje más muerto que vivo. 
_¿ Y Elián? 
_Por medio de Fernando supe que está  ya en la hacienda Buitimea, está siendo cuidado por Miri, Matuz y por Secundina, no lo ha dejado ni a sol ni a sombra. 
_Mis dos hermanos al borde la muerte. No quiero que Elián se enteré de la verdad, pero tampoco los quiero perder. No es la primera vez que estamos en peligro de muerte, pero es la primera vez que siento que si vamos a morir. 
_ Nosotros tres vamos a ayudar lo mejor que podamos. Dédalo, estoy casi seguro de que dará su vida por la de su cachorro. 
_-A pesar de las gafas oscuras Ciro puede ver el brillo fluorescente de los ojos de Ramsés -_ Elián y yo siempre nos hemos preguntado si Dédalo es la felicidad de mi hermano. 
_Si lo son el uno del otro, pero nuestras naturalezas son diferentes. Dejemos eso a un lado ¿Cómo te ayudo? 
_ Estoy esperando a mis cazadores, no podemos dar con la casa Asena.  
Licántropo y vampiro se quedan por horas hablando esperando que la noche les cubra, en cuanto el último rayo de sol abandono el cielo el vampiro retira su vestimenta quedando en simple mezclilla, tenis y camiseta sport roja, retira sus gafas oscuras, imita el sonido de un ratón, espera paciente y mientras espera retira el calzado de su pie derecho, Ciro se muerde el labio inferior al ver como insectos trepan por el pie y pierna de Ramsés llegan hasta la oreja derecha, Ciro debe cubrir sus oídos por el sonido que emiten que es casi ultrasónico, los insectos dejan de “hablar” el vampiro agradece sus servicios da un par de órdenes para después dar la orden de dejarlos solos. 
_Los Asenas si están en esta ciudad, pero no a la vista de todos como los demás clanes si no debajo. 
_-Ciro baja la mirada golpea el piso varias veces- _ Pelear en la oscuridad, pero tengo que hacerlo, la vida de mis hermanos están en juego. 
_Ciro, debes estar preparado para lo peor, por lo que vi que te hicieron a ti, por lo que dijo Dédalo y lo que me dijo Secundina dudo mucho que ellos sobrevivan. 
_¿Por qué? 
_Simple, los están atacando de adentro hacía afuera, donde ustedes no se pueden defender. Si me disculpas debo seguir el rastro para dar con la entrada de la casa Asena.  
_Te sigo.- Ramsés detiene el andar del griego- _¿Qué? 
_No, ve con tus hechiceras lo vas a necesitar. 
_Pero ¿Y tú?  
_Sus flechas de plata no me hacen daño, ni el agua bendita, ni los crucifijos soy más difícil de matar que tú. Ciro, sé que tu orgullo, tu formación militar te hace querer actuar, pero debes entender que esta guerra es para aniquilarlos debes ser frio de mente.  
_ La tengo. 
_¿Seguro?  
_Mucho. 
Ciro calla ante la pregunta del egipcio a diferencia de Dédalo o Cy Ramsés no transmuta queda como cualquier mortal sin embargo sus rasgos cambian un poco, su piel se torna más pálida, sus ojos adquieren un brillo fluorescente y su azul natural se vuelve más azul y sus colmillos sobre salen, el griego baja la mirada solo siente la ráfaga de viento cuando el egipcio sale volando, extraño ya que no tiene alas como su esposo y cuñado, Ciro alza la mirada afila bien puede distinguir a Ramsés por unos cuantos segundos para después desaparecer en el cielo nocturno.  
Ciro camina por las calles iluminadas por las farolas artificiales ve y vuelve a ver a las personas que lo rodean, mortales, hombres y mujeres que pueden morir en cualquier instante o en unos años, le llama la atención un grupo de ocho jóvenes les pone atención se nota a leguas que son turistas una mujer es quién liderea el grupo, siete mujeres de diferentes edades y y un hombre a mediados de sus treintas, no deja de ver como conviven deduciendo que son hermanos, siendo una morena de cabellos castaños ya pasado de sus cuarentas la mayor y un par de niñas entre ocho y doce años que parecen sus hijas son en realidad sus hermanas, Ciro ve como ella se desvive por atender a los menores y como las defiende las mayores, escucha como ella les promete cuidar siempre de las menores, el mediano retoma su andar sin rumbo fijo hasta quedar solo en un callejón se recarga en la pared y siente como el peso del mundo recae en su cuerpo, poco vale su fuerza, su naturaleza, sus lágrimas no pudieron quedarse en su lugar, se deja caer al piso, abraza sus piernas para poder amortiguar el amargo llanto que de su boca emana, esa mujer le recordó a Elián jurando protegerlo a sabiendas que tan solo es dos años menor que él y como él mismo juro proteger a Darío, los tres se prometieron cuidar y velar por el bienestar el uno del otro, Elián en muchas ocasiones lo salvó de ir a la horca, Darío le sano su maltrecho cuerpo infinidad de veces, y como a pesar de las peleas que han tenido al final del día se sentaban en la misma mesa a compartir bocado, escucharse y apoyarse, por primera vez en cuatro mil años Ciro siente un miedo que surge desde lo más profundo de su ser, limpia sus lagrima aclara su garganta se pone de pie.  
_¡Ares! Escucha mi rezo en silencio, infunde valor en mi corazón y pido perdón por sentir miedo. Tengo miedo de perder a mis hermanos, son mis compañeros de vida, te suplico me favorezcas y me dejas alzarme con la victoria, la sangre de mis enemigos estará consagrada a ti. ¡Ares! Escucha mi rezo en silencio. - sacude la cabeza y el cuerpo como retirando las malas vibras de su ser, corre con las hechiceras yéndose contra las milenarias mujeres- _ ¡Pita! Concéntrate debo saber cómo derrotar a esos malditos.  
_Mis visiones no son fiables yo no... 
_Te vas a concentrar bien la vida de tu suegro está en juego, y ustedes dos...no olviden quién las protegió de las nuevas religiones. 
_Pero señor... 
_Ustedes tres no hay pero que valga, van a ayudarme a salvar a su rey, a su alfa, a su príncipe ese que tantas veces las ha protegido. -las tres mujeres sumisas asientan- _ Están atacando a mis hermanos desde lo más profundo de su ser, su alma así que van a hacer algo para salvarlos. 
_¡Si señor! 
_Jano, conmigo. -Su esposa lo sigue a paso veloz, incluso él se aleja de ella varios metros, apresura el paso hasta que logra detenerlo -_ ¡Ciro Licaón! - El nombrado desconcertado obedece al llamado, inclina un poco la mirada- _ Cálmate.  
_Estoy calmado. 
_No, no lo estas y debes estarlo para poder ayudar a tus hermanos.  
_Debo actuar rápido o ellos van a morir. 
_Lo sé, pero si actúas sin cuidado los puedes matar por una imprudencia, así que te calmas y regresas con ellas necesitan a su alfa.  
_Ese es Elián. 
_Pero él no esta y es tu deber como el “beta” sustituir a tu hermano, se como Elián elocuente al hablar y sereno como Darío. -Ciro suspira, recarga su frente con la de Jano, ella lo abraza brindándole calma a su ser-   
_Tengo miedo perderlos.  
_Recuérdame algo ¿de dónde sacas fuerzas de flaqueza?  
_De ti, mis hijos, mis hermanos, todos ustedes son mi fuerza.  
_Tienes a toda tu familia brindándote fuerza, somos tu fuerza Ciro, estamos aquí para ti. 
_Gracias amor mío.  
_Tres damas te necesitan y tú a ellas, regresemos con ellas. 
Ciro y Jano regresan con el resto de las mujeres y ya casa una de ellas estaba en lo suyo, Pita concentrada en sus visiones, Calipso intentando llegar con Elián y Darío mientras que Circe se concentra en hacer hechizos protectores para Ciro.




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