La fuerza de Ciro

Seisientas puertas

Seiscientas puertas  
 
Ciro dejo la capital de Turquía para ir a suelo amigo al sur de Bulgaria, Ciro sigue en compañía de las cuatro mujeres y en espera a que terminen de llegar sus sesenta hombres que conforman una parte de su legión de hiplitas. 
_Según Ulises siguen atacando, pero esta vez a los más jóvenes. 
_¿Qué tan jóvenes? 
_Entres quinientos y mil años, eso quiere decir tus palabras son ciertas amor mío.  
_Si, lo sé por eso vine a tu lado. - 
_Y hablando de eso tú y Nereida tenían que estar con Elián ¿Por qué se separaron? 
_Una noche Elián se fue con Nereida volvieron al amanecer, el carácter de Nereida cambió por completo, andaba increíblemente bien. 
_Bien ¿Cómo que bien? 
_Alegre, feliz, contenta, era otra, era la misma de antes. 
_Ya veo, pero no has dicho porque dejaron a Elián. 
_Esa mañana que llegaron juntos en ese mismo momento se fue a buscar a Secundina, palabras de mi cuñado “no voy a perder a mi familia” y se fue. 
_¿Y? Al punto. 
_A los días Nereida dijo que le urgía ir a su casa que era necesario antes de que sea demasiado tarde y antes de yo reaccionar me dejó sola con los niños, entonces pensé “si he de morir que sea con mi esposo”. 
_Que detalle, gracias. Ni una de las dos pensaron en los niños. 
_Emilia se va a hacer cargo de sus hermanos, ella feliz, también de sus primos.  
_Lo que me sorprende que el carácter de Nereida cambiará tan drásticamente olvidando la “ofensa” 
_Que se yo, en ocasiones no la entiendo. 
_Yo menos. 
El matrimonio sigue conversando esperando que caiga la noche y con ella a los sesenta hombres que Ciro mando llamar, la pareja no sintió cuando el manto de la oscuridad hizo que Dédalo hiciera acto de presencia, y en la próxima la hora llegó el resto.  
Ciro ve a los sesenta cada uno de ellos hombres y mujeres de su entera confianza. 
_Los mandé llamar porque necesito de su experiencia en el campo de batalla, la mayoría de los aquí presentes nos conocemos desde hace demasiado tiempo. - el murmullo de los presentes inunda el lugar, Ciro alza las manos para que guarden silencio- _La situación es la siguiente, están atacando cuerpo a cuerpo a los más jóvenes aquellos que no tiene experiencia en combate. 
_Señor, pero todos y cada uno de nosotros han tenido formación militar, saben pelear. 
_Si y muchos de ellos lo han hecho bien, pero ningunos de ellos ha peleado en guerras ni ha enfrentados vampiros, mucho menos hechiceros todos los que estamos aquí sí, por lo menos una vez en nuestras vidas. 
_ Creo que eso es malo.  
_Por desgracia mucho. 
_¿Qué tanto? 
_Tanto que antes de ir al frente les voy a dar un pequeño adiestramiento intensivo–Todos voltean a ver al dueño de la hipnotizante voz, saliendo de las sombras un elegante Dédalo- _Damas, caballeros, como ya es de su conocimiento, soy aliado de este clan y solo de este, por eso en dos días con sus noches los voy a preparar. 
_Tenemos a nuestras hechiceras, con ellas debe ser suficiente. 
_La situación es esta: los Asenas no los van a atacar de frente sabe que ustedes son más fuertes físicamente que ellos, pero mentalmente. 
El hombre que había hablado uno de baja estatura y fuera de forma para ser un hombre de pelea no sabe en qué momento la noche se hizo día ni el salón donde estaban se convirtió en los Alpes Suizos, observa el blanco paisaje, respira el aire limpio, suspira hondo y profundo, suelta un grito de dolor al sentir flechas clavarse en sus cuatro extremidades, los presentes ven caer de rodillas a su compañero de armas, mientras Dédalo ni se inmuta, suelta al licántropo que se queda en pie sin mover ni un musculo e incluso su pecho da la impresión respirar.  
_Los Asenas los van a atacar a distancia directo a su mente, haré todo lo que este en mis manos para que ustedes sufran el menor daño posible.  
_¿Qué le hizo a Esteban? 
Dédalo emite chasqueo con la boca y el nombrado cae de boca al piso, se levanta con gran agilidad tocando cada parte de su cuerpo agredida. 
_¡Fue horrible! 
_Pues eso están sufriendo en estos momentos y su rey y su príncipe. 
_Les juro que es una pesadilla vuelta realidad. A..¿A qué se refiere que mi rey está pasando por eso? 
_Su rey está pelando por no caer antes la magia Asena al igual que su príncipe Darío.  
_Quedo en sus manos – voltea a ver a los demás- _ Sugiero lo mismo o vamos a morir. - todos asientan- 
_Perfecto – sonríe el vampiro – _ Cuando Ciro me luz verde. 
_Adelante amigo mío.  
Se queda el primer grupo de diez personas una a uno el ojiazul los hace caer en la misma situación, pero en esta ocasión inflige heridas con plata, el metal que consiguió era del más puro. El resto del grupo afuera del salón con Ciro, el segundo grupo que espera su turno no puede evitar asustarse al escuchar los gritos para dar paso a un aterrador silencio, varios de los que esperan tiemblan haciendo que el miedo emane de ellos, todos aúllan de terror cuando Dédalo abre la puerta y haciendo que todos lo vean en su forma vampírica, no era para nada el elegante ser que horas atrás llego para ayudar y en un abrir y cerrar de ojos somete a diez más, Ciro observa de nuevo la parálisis de sus compañeros y como en poco tiempo comienzan a sangrar, el vampiro clava su mirada a la aparente nada cuando en realidad se encuentra dentro de cada uno de esos veinte licántropos, imitando lo mejor que puede la misma tortura que sufre su cachorro.  
El mediano sale de la protección de la casa, sube al techo ve el cielo, se nota la desesperación en su rostro, pero está consciente que debe ser paciente antes dar el siguiente paso, reza por sus hermanos, la voz de Ulises lo regresa a la realidad. 
_¿Dijiste algo? 
_ Somos muy pocos para el ataque que quieres hacer. 
_Para el primer ataque somo los suficientes, diez hombres por cada puerta. 
_Me estás diciendo que son seiscientas puertas.  
_ Así es, seremos los abriremos el camino y espero que hagamos el mayor daño posible, la primera legión es la que va al matadero, lo sabes.  
_ Estoy consciente de eso. -Ulises y Ciro se estremecen cuando escuchan los siguientes aullidos de terror- _Por Zeus ...tengo miedo. 
 _Yo también, pero tengo más miedo que los nuestros no tengan un futuro. 
 _Y por eso vamos a pelear, por un futuro libre para los que vienen.




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