La fuerza de Ciro

Entre Elián, Secundina, Darío y Nereida

Entre Elián, Secundina, Darío y Nereida. 
Gracias a que Jonathan sabia algo del drama familiar y gracias a la ignorancia de Emilia, Ciro logró separa a sus hermanos a tiempo, ahora él no sabe que hacer para reparar el daño que causó al hablar cuando estaba ebrio, aunque no puede negar que sintió gran alivio, sin embargo, desde el día que separo a los hermanos se siente más presionado que de costumbre de su mente no pude quitar la idea de que se van a matar, ya que desde día a penas y se dirigen la palabra los dos. 
De vuelta el mediano parado en medio de los hermanos dispuesto a enfrentarlos, cierra sus ojos recarga la cabeza en la pared. 
Darío y Nereida: 
De la habitación no sale nada más que silencio, Darío se concentra en ayudarla lo mejor que puede en completo silencio, Nereida no sabe porque, pero agradece la frialdad de su esposo y ambos se limitan a dedicarse miradas, esforzar unas sonrisas y llevar una convivencia pacífica. 
Elián y Secundina: 
Mientras en la otra habitación y por instrucciones del médico es Elián quién se dedica a ayudar a Secundina con la recuperación, ayudando en los ejercicios de rehabilitación, Elián se esmera por ella, pero ella se limita a responder con monosílabos, hablar solo necesario, la personalidad de ella cambia por completo cuando Elián le lleva a los bebés, a pesar de su mala voz les canta a los dos y es en esos pocos momentos que permite a Elián ser parte de la “familia”. 
Ciro: 
El mediano no es tonto y se da cuenta de lo que pasa en los dos matrimonios no sabe si es por su culpa o por todo lo que ha pasado en el pasado con los cuatro. Sin las visitas obligatorias que Darío se auto impuso Nereida no recibiera vistas por otro lado Emilia, Jonathan e incluso Fernando que utilizaba apoyo para caminar iban a visitar a Secundina e incluso Darío quién tenía prohibida tal acción y no es que él no quisiera cumplir si no que para su mala suerte cuando pasaba y estaba la puerta abierta Secundina le hablaba, no podía negarse ya que ella no recodaba nada gracias a que Dédalo le había borrado la memoria, así muy a su pesar pasaba a visitarla, por supuesto esa acción no le caía en gracia al mayor ya que era muy evidente el cambio de humor de su esposa, la forma en hablar, de expresarse, de sonreír. Cierto día Elián ayudaba con la terapia de rehabilitación de su esposa y ella cayó al piso se quedó inmóvil sin saber que hacer siendo Darío quién ayudo a reventarla, la acomodo en la camilla, ya sentada se notaba en su faz el inicio de una crisis emocional el menor chasquea lo dedos llamando la atención de su cuñada “¡He aquí! ¡Atención acá!” las respiraciones de ella se empezaron a agitar, el menor vuelve a chasquear los dedos por fin Secundina le pone atención y sin decir palabra alguna solo los movimientos de las manos de Darío y el movimiento de los labios inhalado y exhalando es que controla a Secundina. 
_¡No voy a poder!  
_- Darío se cruza de brazos, Secundina baja la mirada- _ Tú mejor que nadie sabe que esto es de larga duración y de mucha paciencia. 
_Uhum.  
_Nada de “Uhum”  debo ir con Nereida, te voy a dejar en buenas manos, no te quiero oír quejar, no te quiero escuchar llorar y no quiero negativas de tu parte ¿te quedo claro? 
_- Voltea la mirada- _Si. 
_Si ¿Qué? 
_Si señor, si mi vida, si mi amor ¿Qué más quiere el señor? 
_Bien – le señala con el índice derecho- _ Secu... voltea a verme – en el acto obedece- _ Pobre de ti que no me hagas caso, te -gua -agarrar a nalgadas. 
_¡Uy que rico!  
_Babosa – trata de no reír -  
_¡Estúpido! - le hace una señal majadera – _Ya vete, no tendrás queja de mí. 
_Lo sé porque eres valiente. - es ella quien lo toma de la mano en señal de despedida- _ Te veo en la cena. 
Durante ese tiempo Elián se quedó en completo silencio observando el comportamiento de ambos por un lado le da gusto saber como ayudar a controlar a su esposa le da coraje que su hermano sepa como controlarla, ver como ella obedeció casi en el acto y a él a duras penas le dirige la palabra, en su mente, aunque no claras las palabras de Ciro resuenan “Darío es padre de Sandra” de ser así ¿Cuándo paso? ¿Dónde? ¿y porque ella actúa como si nada hubiera pasado? Secundina se pone de pie se tambalea, pero logra recobrar el equilibrio, sin darse cuenta Elián se coloca a su lado convirtiéndose en su soporte, Elián sonríe triunfante al sentir el agarre de ella en su brazo. 

Darío ya con Nereida y al igual que su hermano mayor cree recordar en sueños las palabras de Ciro " Elián es el padre del bebé de Nereida"  el menor ve milimetricamente a la rubia, cuenta en la mente las semanas, sin emabrgo las cuentas concuerdan, las mismas semanas de embarazo son las que han pasado desde que estuvieron juntos la últimas vez y que por desgracia se formó el nudo 

_"Elián no es así, no, él es casi un santo...pero tamabién es hombre, Nereida es bella..pero... de ser cierto ...nos podemos separar,ellos juntos y me largo de aqui con Secu...pero Nereida es vengativa le puede dar caza, al ser ella la reina tiene el mismo poder que el rey...¿que hago?" 

Elián y Secundina
_¿De nuevo? - coloca su mano izquierda delante de ella- _ No te voy a dejaré caer. 
_Gracias.  
_Solo eso dirás, gracias. 
_Pues sí, no sé que más decirte. 
_Una palabra linda, por ejemplo, gracias amor mío o cariño o cielo o algo, di algo lindo. - siguen caminando hasta llegar a la cama de madera- _ ¿Por qué callas?  
_No sé que decirte. 
_Ya pedí perdón. 
_Juro por mis hijos que ya te perdoné.  
_Ajá ¿y porque te llevas mejor con mi hermano que conmigo? 
_ Simple, lo quiero mucho. 
_¿O sea que a mí no me quieres mucho?  
_… En mi vida creí que te vería en El Rodeo, cuando te vi casi vomito de la emoción, sentía que las piernas no me sostenían... - alza la mirada buscando la de él- _No me pidas algo que no se hacer. 
_Okey, supongo que debo aprender a vivir con tu frialdad. 
_Dame tiempo, ese tienes de sobra. 
_Supongo  
Secundina se recuesta en la cama de madera, coloca la música lo más fuerte que el celular se lo permite, reiniciando los ejercicios entre los dos, él enojado por la frialdad con la que se comporta Secundina, ve como en distintas ocasiones se muerde los labios para no expresar dolor sin embargo un mal movimiento la hacen buscar la mano de Elián la sujeta fuerte ambas miradas chocan, sin pensarlo es él quién la abraza, Secundina recarga la cabeza en el pecho de su esposo sin poder dejar de llorar, Elián le acaricia la cabeza cuando siente como las manos de ella se cierran en la parte trasera.  
_Por favor, no me vuelvas a pedir palabras bonitas. Sé que no lo pediste, pero volvería a cruzar medio campo de batalla por ti. 
_ - Elián la arrepecha contra él, recarga la barbilla en la cabeza de ella se empieza a mecer- _ ¿Por qué lo hiciste? No tenías experiencia en batalla, te pude perder ese día. 
_No sabía que tenías, estabas indefenso, te hablaba y no respondías, no quería perder a mi esposo. 
Ante a respuesta el mayor no dice palabra alguna se limita a quedarse en la misma posición esperando se le pase un poco el dolor, sus ojos negros se quedan viendo a la nada, así permanecen hasta que pasa Darío con Nereida hablando del futuro bebé, Darío detiene su andar al ver la cara de preocupación de su hermano, empuja la silla, Nereida desvía la mirada a la pared. 
_¿Qué paso? 
_Un mal movimiento – se limita a responder el mayor- 
_¡Shh! ¡Shh! - lleva sus manos a los hombros de Secundina- _ Elián con cuidado recuéstala de lado – el mayor obedece, Nereida gira la cabeza para ver, Darío frota sus palmas espera a que se calienten un poco, levanta la ropa de su cuñada justo donde sabe que le duele coloca las manos para dar inicio a un masaje en círculos- _ Concéntrate en el calor de mis manos, inhala, exhala, uno...dos...uno...dos...así, sigue el ritmo de mi voz. 
_- Elián se vuelve a sorprender por la acción de ambos, pero esta vez no se molestó ya que Secundina no dejaba de sujetar su mano dándose cuenta cuando el dolor pasa de intenso a leve, limpia el sudor de la frente de Secundina- _ Dime que hacer para aliviar tu dolor.  
_No puedes, lo único que te queda es ser paciente hermano mío y aprender a vivir con ello, y tú también Mi Secu. 
_¿Mi Secu?- Elián y Darío extrañados voltean a ver a Nereida- _ ¿Mi Secu? ¿Qué significa eso? - mueve la silla se pone de pie, Darío cierra el puño enojado, Elián se concentra en Secundina-  
_Siéntate, la plata aún se encuentra en tu organismo, el bebé corre peligro. 
_Es hijo de un rey no va a morir tan fácil. - suelta enojada- 
_-Darío ve a Nereida pasa su mirada a su hermano- _ No fue un sueño ¿verdad? - pregunta Darío a su hermano en ese extraño idioma que solo los tres licaones mayores saben-  
_No sé de qué hablas.  
_- Se pone de pie quedando en medio de las dos mujeres- _Elián, si lo que dijo Ciro es verdad... 
_No, juro que no. 
_Si, me lo imagino. - se coloca a la altura de Secundina- _Hazte cargo de tú hijo, yo me haré cargo de mi mujer. - le retira a Secundina de sus brazos para cargarla él mismo-  
_ - Elián sujeta con fuerza la muñeca derecha del menor- _ Suelta a mi mujer. 
_Tú mujer está de pie con el riesgo de perder a tu hijo, mi señor. 
_¿Qué tanto hablan ustedes dos? ¿Por qué están peleando?  
_ - Darío baja la mirada, le sonríe a Secundina- _ Pelea de hermanos mi Secu, nada que deba preocuparte. 
_Darío - Elián se coloca enfrente de él bloqueando el camino – _ Háblame con la verdad, ella es ¿” ella”?  - Darío abraza fuerte a Secundina, sus ojos se llenan de agua, Nereida se sienta en la silla tratando de comprender y Elián da un paso atrás- _ Ciro me dijo que ibas a retar al esposo de ella y que te dejarías ganar...  
_Secu, amiga mía ¿puedes caminar a tu habitación?  
_Creo que sí. 
_Por favor ve a ella y llévate a Nereida. 
_Si, claro.  
_Nereida, vete con mi esposa y no salgan de la habitación.  
_Yo te debo obedecer y ellos no, no es justo. 
Darío saca a Nereida de la sala de rehabilitación, cierra la puerta con llave, se da la media vuelta. 
_Qué más da, ya estoy muerto en vida. 
_Darío. - Elián baja la mirada la ver a su hermano menor hincarse ante él- 
_ Todo lo que te dijo Ciro es verdad, iba a retar al esposo, dejarme vencer...solo sería uno más y ya, todo seguiría como si nada.  
Darío suelta todo de golpe a su hermano mayor dejando por fuera a todos los involucrados a excepción de Dédalo, dijo todo o casi todo, su lazo con ella, como peleo contra él mismo, como su eterno amante lo tuvo que sujetar de pies a cabeza con plata de la más pura, como él dio muerte a varios vampiros, y como es que Dédalo casi lo mata a golpes.  
_Estabas dispuesto a morir antes de decirme algo o levantar la mano en mi contra. 
_Por el amor que te tengo y el amor que le tengo a ella. 
_Debiste irte cuando todo inicio. 
_¿ Y qué crees que hice? ¿Por qué crees que me fui?  
_Y ella ¿lo sabe?  
 _Si y no...le dije de “ella” pero nunca dije su nombre. 
_¿Por qué dices que es tu mujer? ¿Sandra es tu hija?  
_¿El bebé que espera Nereida es tu hijo? 
_No, no lo es. 
_Cuando me fui con Secundina la vez de tu pleito con la rusa... 
_Si, recuerdo que se fueron ¿Qué paso? 
_Elián... ya no me pude contener, mi lobo aulló por ella, su celo llego a mí, para ser sincero ya no me quise contener, acudí a su celo... 
_¡Cállate! 
_Querías la verdad...ahí la tienes... -un golpe en el rostro lo hacen dar unos pasos atrás- _ Esa es la verdad, salí con ella, fue una linda velada, cenamos, bailamos, regresamos a casa y hablamos de ti, de mí, de todo...y su celo, su dulce aroma me volvió loco y solo un beso basto para que ella me aceptara... 
_¡Cierra la boca!  
_-Darío no cubre ni un golpe de Elián- _ Y nos dejamos llevar, sí que sí...- ese golpe que recibió lo hizo caer al piso-  
_¡Levántate!  
_ - Darío se queda en su lugar, recarga la cabeza en la pared- _ Pero me detuve, y ella igual... 
_¿Qué? - Elián lo toma del cuello levantándolo en peso-  
_Ella te ama demasiado, sin embargo, esa noche lloró por mí, se masturbo con mi voz, la hice temblar sin tocarla...dime hermano ¿ya hiciste eso?  
_Te voy a matar... 
_No haré nada por detenerte...prefiero morir que seguir viendo a la mujer que amo en brazos de otro y es otro eres tú, mi rey, mi alfa...mi hermano mayor...No, Sandra no es mi hija... si lo fuera, créeme que ya te las hubiera quitado, ahora dime, el bebé que espera Nereida si es tuyo.




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