La fuerza de Ciro

Conversaciones

Conversaciones.  
Esa noche nadie durmió Ciro hizo guardia en medio del pasillo que conecta las tres habitaciones principales esperando para evitar otra pelea, Jano a lado de su esposo en completo silencio pensando en todo lo sucedido, sacando cuentas al tiempo que medita la situación.  
Darío y Nereida.  
La rubia sentada en la cama perdiendo el tiempo “leyendo” tratando de controlar la montaña rusa de emociones de ese día sin poder evitar recordar el comportamiento de su esposo hacia su concuña, sin duda eso le da coraje, pero lo que le da más coraje es que Elián no dijera la verdad, alzo poco la mirada ve a Darío que solo se cura las heridas por los golpes que su hermano le proporciono, en la mente de él cruza la escena de Secundina hincándose, y del coraje que vuelve a sentir se abre una herida que ya había suturado, alza la mirada para ver su propio reflejo nota que Nereida, ambos desvían la mirada. 
_Si ya no me quieres ¿por qué sigues a mi lado?  "Nereida ¿que vamos a hacer?" 
_ Creo que los golpes que Elián te dio afectaron tu realidad, si te quiero. 
_Si, claro. Nereida. - la rubia deja el libro ve a su marido atreves del espejo- _ Yo a ti no te quiero, ya no te amo, mi lobo aulló por otra mujer que para mí desgracias ella murió en el ataque que sufrió la villa. 
_¿Qué propones? Si mal no recuerdo ya me habías dejado y tú fuiste por mí, estaba muy a gusto en mi casa. 
_Aja, deprimida con la casa contaminada, nuestro hijo mayor viviendo en la inmundicia. - deja de suturar una de las heridas del vientre- _ Pudiste rechazarme, repudiarme en cambio me aceptaste. 
_Es lógico, por el amor que te tengo.  
_Ajá, sí. - se gira quedando frente a la cama y a su esposa- _ ¿Es de Elián el bebé que esperas?  "Por favor hablame con la verdad, lo necesito".
_En serio Darío, no sé de dónde sacas esa idea, no, no es de él, es tuyo, saca cuentas ¿o ya se te olvido la reconciliación?  
_No, no la olvido, cojimos como campeones, pero tampoco olvido que ibas llegando de América, nosotros pelados, ellos peleados... entendería a mi hermano, eres muy bella sabes usar tus encantos... 
_¿A qué te refieres?  - no sabe como reaccionar - 
_Bueno – se concentra en seguir con sus heridas- _ Si yo caí con una mujer como Secundina que no es bella como tú, mi hermano fácil pudo sucumbir ante ti, como dije eres bella, para cualquiera serias un buen trofeo.  
_No solo soy una bella mujer tengo muchas cualidades, y no soy un trofeo que se deba presumir, soy una guerrera.  
_Si tú lo dices. 
_ - Le avienta el libro pegándole en la cabeza- _ No soy la puta de Secundina, que niega que se acostó contigo. 
_ – Levanta el libro “Amor y prejuicio” - _No necesito cogérmela para estar con ella – le avienta el libro errando apropósito el golpe- _ no necesito hacerle el amor para intimar con ella.  
_El gusto que me da que ella ha elegido a Elián en vez de a ti.  
_Porque así lo he decidido yo, en fin, el bebé no tiene la culpa de lo que hacemos los adultos. - se pone de pie se coloca una camiseta- _ Escúchame bien ese bebé es mío seré su padre solo si es de Elián, naciendo veré quien es el padre. 
_¿Qué?  
_Estuviste sola en América, alguien más pudo acudir a tu celo, está bien no pasa nada, eres mujer, tienes tus necesidades no te voy a repudiar por eso, jamás, después de todo yo sacio mis ganas con Dédalo. 
_¿Qué tú qué? 
_- Se cruza de brazos- _ Desde que tengo quince años soy amante de Dédalo y él el mío. - toma el libro con sus manos- _ “Amor y prejuicio” Antes de hacerme hombre con mi difunta esposa me hice hombre con mi eterno amante.  
_¡Sucio! Y así me tocabas a mí. 
_A Selene nunca le importo, tampoco a Secundina. - sonríe- _ Pasa buenas noches y dulces sueños amor mío - se acerca le da un beso en la frente- _ debes reponer fuerzas para que el bebé no muera. 
_Por mi vete al infierno. 
_Ya estoy en el contigo como mi guardián personal. 
Nereida no puede moverse como a ella le gustaría para poder golpear a Darío, único consuelo es golpear la cama al escuchar la puerta cerrarse detrás de él dejando a Nereida llorando. 
Elián y Secundina. 
 A pesar del dolor que siente Secundina se esmera en atender a Elián curando y suturando las heridas que le hizo Darío, Elián ve por el espejo a Secundina que se encuentra concentrada en su trabajo, trae el cabello agarrado en un chongo despeinado, se ve en su rostro fase de dolor, ella siente que pierde el equilibro y se apoya en el hombro más cercano de Elián, él la ayuda a sentarse alegando que ya está mejor.  
_¿Por qué han peleado ustedes dos?  
_Cosas de hermanos, es la verdad. 
_Fueron las palabras de Nereida que los hicieron pelear. 
_No, las de Ciro. 
_¿Cuáles fueron esas palabras?  
_Tonterías y nada más. 
_ Y yo soy miss universo.  
_Okey...hace dos días nos emborracharnos hasta perder la conciencia, Ciro dijo Darío es el padre de mi Sandra, ustedes son unidos, ella si se parece a él. 
_Te- gua-a dar un putazo por pendejo, en qué cabeza cabe que yo te voy a engañar con Darío, y yo que creí que era por lo que dijo Nereida y que MI DARÍO estaba defendiendo la honra de su esposa, ahora entiendo que defendía la mía, Elián, eres un pendejo. 
_Si, lo sé me deje llevar por todo. 
_ Sobre todo de las palabras de un borracho. 
_Ejem, le reclame por supuesto que le reclame, me dijo que si, que tú y él tienen cierta intimidad. 
_Dios dame serenidad, paciencia y sabiduría con este hombre. Mañana ya que mi mente este clara te voy a hacer una lista de todos los hombres con los que me acosté, nombres, apellidos, número telefónico, si, son muchos como veinte, pero no vas a leer el nombre de tu hermano en ella.  
_¿Veinte? 
_Yo te dije que fui muy puta, crees que solo Nereida puede por ser bella. 
_No dije eso. 
_Es más tengo más mérito yo, por gorda y fea que esa que vino a la vida en modo fácil... ¡Me lleva la verga! No sé porque me casé, no debí hacerlo. 
 _¿Te arrepientes de mí?  
_ De todo, de ti, de Darío de todo. Vamos a calmarnos ¿okey?  
_Si, está bien. 
_Antes que nada, es verdad, fui muy íntima con tu hermano, creo que antes de estar contigo lo viste y lo viviste. Mi relación con Darío fue hermosa, fue sincera y limpia. 
_Eso mismo dio él. 
_Fue un padre para mi hija, fue mi paño de lágrimas, fue mi apoyo emocional cuando me salvo de mis intentos de cancelar mi vida.  
_Pero él dijo que te hizo vibrar solo con su voz. 
_Lo voy a matar – tuerce la boca – _ Si, lo hizo... ejem...me enseño ha autocomplacerme. 
_ Lo voy a matar. 
_Te calmas, fue antes de ti, sí, yo le pedí el favor. 
_¿Para qué?  
_Para mi tarifación personal y mis largas noches en soledad. Pero nunca, nunca tuve intimidad de ese tipo con él, créeme no me hubiera casado contigo. 
_Bueno, no lo voy a matar.  
_Ahora, Nereida dijo que espera el hijo de un rey, te paso lo de la rusa fue antes de mí, pero Elián si esa perra está esperando a tu hijo, me tendrá que matar antes de dejarte ir. 
_¿Por qué no me darías mi libertad? - pregunta curioso y asustado- 
_Elián hay una canción que dice “Yo sufro, por tal de que sufras, Y si juego se perder, me gusta quemar mi casa por verla de enfrente arder” Entonces sí amor mío, prometo coger, no coger no, hacer el amor con Darío. 
_Serias capaz de hacer eso. 
_Claro, te mandaría encadenar con la plata más pura a Nereida también, los obligaría a ver, los obligaría a escuchar. - Elián desvía la mirada- _ Y te doy mi palabra que todas las palabras bonitas y bellas que esperas que salgan de mi boca van a salir, pero todas se las voy a decir a tu hermano menor y se las voy a decir con amor y con deseo, después de todo Darío no es feo, lo he visto sin ropa... y si puede contigo puedo con él.  
_Ejem, no, no es feo. - alza la mirada al techo, le duele las palabras, se queja fingiendo que siente dolor- _Pega duro mi hermano. 
_Ahora prosigamos con tus heridas y Elián. 
_Dime. 
_Yo te amo dejemos atrás a la rusa, las palabras de tu hermano y la estúpida de Nereida y reparemos lo nuestro, ya no me quiero pelear contigo, ya quiero paz.   
_Si, yo también. 
Desde la posición de Ciro puede ver las tres puertas ve a su hermano menor bajar las escaleras, el semblante de Darío es serio, a los pocos minutos sale Elián y su semblante es de preocupación, ve a el mediano le dedica una sonrisa forzada baja las escaleras, Ciro solo se gira para ver desde arriba, Elián se sienta en las escaleras, va Darío con una charola de comida y un litro de jugo de uva, el menor detiene su andar, ambas miradas chocan, Darío baja la cabeza no ve que Elián hace le mismo movimiento. 
_Recupérate pronto –suelta Elián preocupado por las palabras de su esposa-  
_Igual tú - pasa a su hermano sin verlo-  
Elián se queda en las escaleras, Darío entra a una de las habitaciones dejando sola a Nereida y Ciro siente que su alma entra y sale en segundos, minutos más tarde Elián imita al menor yendo por comida y subiendo a su habitación, viendo que todo está en calma Ciro deja su posición, se encierra con Nereida por poco mas de una hora, al salir  hace lo mismo que los otros dos, va por comida y jugo, yendo a su despacho, ve la charola de comida hace por comer sin poder lograrlo la culpa no lo deja en paz, llaman a su puerta del susto que eso le provoca tira la charola de comida, abre la puerta siendo Jano, le da el pase, él se pone a limpiar ella se sienta en la silla de Ciro.  
_Necesito hablar contigo, es muy serio. 
_Soy todo oídos. 
_El hijo que espera Nereida es de Elián. 
_¿Desde cuándo lo sabes? 
_¿He, ya lo sabias? 
_Jano, mis hermanos me confiaron secretos que no debí revelar, pero la verdad no pude con la carga y hace días mientras estábamos borrachos lo dije. 
_¿Le dijiste a Darío que no es el padre del bebé que espera Nereida? 
_Si, entre otras cosas y por no mantener mi boca cerrada esos dos casi se matan. 
_Debiste decirme, compartir tu carga conmigo. 
_Entre menos sepan la verdad mejor, así ni Elián ni Darío se sentirían traicionados. Como es que lo has descubierto. 
_El pez por su boca muere, ella dijo algo, yo saqué mis conclusiones, la confronté no lo negó e incluso me dio detalles. 
_No quiero saber, pero dime, necesito saber como pasaron las cosas y tratar de poner un orden. - Jano no repara en detalles, tal como lo dijo Nereida se lo dijo a Ciro- _ Por lo menos admite que Elián solo se desquitó. 
 _ ¿Qué vamos a hacer con esos cuatro?  
_No tengo la menor idea por lo pronto al amanecer Darío se marcha, no dormiré hasta que Darío se mareche.
_No, no, yo me quedo contigo hasta que esos cuatro dejen la casa. 
Se llegan las cinco de la mañana cada uno de los hermanos hacen el equipaje, Darío sale al jardín trasero a fumar, Elián lo ve solo y aprovecha que Secundina se está bañando para ir con Nereida. 
_¡Elián!  
_Escucha bien lo que voy a decir, no estoy en la obligación de querer a esa chingadera que traes dentro. 
_¡Es tu hijo!
_No, es mi sobrino, será mejor que lo aceptes, si mi esposa se entera que si es mi hijo, nos va a ir mal a los dos. 
_¿A qué te refieres? 
_No creas que me va a dejar irme para ir contigo, por lo contrario, hará de mi vida un infierno y de la tuya también. 
_Darío dijo lo mismo. 
_Eres inteligente te conviene callar, ahora haz las maletas y ve con Darío, usa tu belleza para algo y no nada más de adorno. 
Elián sale sin hacer espaviento alguno, Nereida en completo silencio llora en lo que hace maletas, el mayor en su habitación desde la ventana sigue observando a su hermano fumar.  
_Ahora entiendo por dijiste que era tuya... perdóname por lo que hice, pero no voy a perder ante ti.  
Ciro parado en la puerta viendo los dos automóviles partir, siente que sus piernas no lo pueden, se recarga en el marco de la puerta, Jano lo ayuda a llegar a los sillones, le ofrece un vaso de agua, así como un par de pastillas casi en el acto cae en un profundo sueño. 
_Descansa cariño mío, te lo mereces, yo me haré cargo de todo.




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