La fuerza de Ciro

De Grecia a Finlandia

De Grecia a Finlandia 
 
La villa Licaón aún sigue en shock por la muerte de Elián, Darío no ha podido dormir organizando a los asesinos, a los rastreadores y a los cazadores. Otra noche más se fue, el menor va a el gimnasio donde siguen los cuerpos de sus seres queridos, ve a los guardias, ellos inclinan la cabeza en señal de saludo, él se va de paso sin responder.  
Para el menor el tiempo se ha detenido con él enfrente de los dos, estira la mano como si esta pesara mil toneladas al llegar a la cabeza de su hermano se queda congelado, es el guardia de su lado derecho quién retira la piel del rostro de Elián, el blanco rostro no tenía señas de pelea era como si durmiera, Darío da un paso al frente para obligarse a tocar los cabellos de su hermano, siente la textura se acerca y al estar tan cerca el aroma de Elián se mete a todo su ser, por primera vez en su vida los ojos de Darío cambian de negros a verdes claro, eso lo ve el guardia y le provoca temor, reconoce el aroma de su hermano, deseaba que no fuera él, pero el aroma se lo confirma, abraza la cabeza del mayor la pega a su pecho y sus lágrimas bañan el rostro del quién fuera el rey. Suelta a su hermano, su cuerpo tiembla cual maraca, el mismo guardia que descubre el rostro de Elián descubre el rostro de Secundina, Darío cierra los ojos al verla e incluso se lleva las manos a la boca, su cabello castaño que no era muy largo estaba cortado asimétricamente, el lado derecho conservaba su aspecto al izquierdo le hacía falta la mejilla se podía ver el hueso, se inclina para dar un beso en la frente, cubre su rostro, sale del gimnasio, a presura el paso a tal grado que comienza a correr, no para hasta que la puesta de su habitación es cerrada de golpe asustando a Nereida, no llega a la cama, se recarga en la puerta y su llanto es desgarrador, nunca en su vida de casados Nereida había visto así de mal a su esposo, trata de acercarse a él pero como lo ve no se anima a hacerlo, como último recurso llama a Talio, el castaño claro al llegar y ver en las condiciones en las que se encuentra su padre lo hacen recordar que así se dé mal se puso cuando murió su madre, Darío alza la mirada, se arrastra hasta llegar a las piernas de su hijo, a diferencia de aquella ocasión Talio no sufre por la perdida, le duele, si y mucho pero no es su madre ni su padre, ni sus hermanos, levanta a su padre lo sienta en la cama.  
_Papá, aquí esta Nereida, papá ella merece tu respeto. 
_Nereida – el nombre de su esposa apenas y sale de su garganta, abraza a Talio-_ Mataron a mi pareja, mataron a mi mujer.  
_-Nereida solo cierra los ojos, las palabras de Darío le calan hasta el tuétano-_ Papá, no diga eso delante de su esposa. - La rubia coloca su mano derecha en Talio- 

_Hijo ¿que va hacer tu hermana sin su madre? 

_Sandra estará bien, yo cuiadré de ella, Emi también e incluso tú papá. -Darío no escucha nada, Talio tiene que soportar el peso de su padre- 
_- La mano de Nereida viaja al hombro de su hijastro- _ Por favor Talio, déjame sola con tu padre. 
_¿Pero, pero? 
_ Vamos a estar bien, créeme. 
_Papá, voy a estar afuera por si me necesitas.  -  No recibe respuest, ve a la rubia y es ella quien asienta- 
_Darío, debes ser fuerte, sé que ella era tu pareja, pero debes ser fuerte, Darío - el griego no responde- _ ¿Cómo vas a vengar la muerte de tu mujer si estas en estas condiciones? 
 _ Nereida – se limpia el rostro-

_Debes salir avante por tus hijos.

_ ¿Es el castigo que Hera me ha enviado?

_No lo sé, tal vez si. 

_ Debo saber enfrentarlo ¿cierto?
_Y para eso estoy aquí para ser tu soporte principal... duerme un rato, te hace falta. 
 _ No tengo sueño - se toca el pecho- me duele el alma. 
 _Pero debes hacerlo, el asesino del rey debe ser frio y calculador y Dario ... debes tomar la cabeza de los que se atrevieron a matar al rey, a tu hermano mayor.

_Nere...

_- Lo abraza- _¡Talio! Trae un té, ya sabes de cual, tu padre debe descansar.- El castaño claro obedece, entre los dos hacen que Darío beba hasta la última gota de té haciendo que duerma en segundos-  
_ ¿No lo matamos? 
 _No, lo prepare tal y como Estrella me enseñó.  
_¡Que alivio! Dejemos a tu padre descansar, esta lamentable noticia lo trae loco.  
_No lo veía así desde que mamá murió.  
Dejan solo a el menor, el día es hermoso, Nereida y Talio se enfrascan en una plática reveladora, una platica en el que Talio no debería ser participe, el castaño no hace nada que tolerar los reclamos de su madrastra, al finalizar la platica, la rubia se sabe derrotada, ya nada puede hacer si el lobo de su esposo aullo por otra y ese lazo se formó dos veces, pero dio su palabra y la va a cumplir, es la esposa del principe y es la omega de la primera familia. 
Habitación de Darío... 
_Se ve tan tranquilo, amo verlo así. 
_Es guapo no se puede negar, tiene bonito perfil. 
_Ahora si me vas a decir para que me hiciste traerte aquí. 
_Él se enamoró de mi hija, he hizo cosas imperdonables, lo sé bien. 
_Siari, mucho ruido y pocas nueces. 
_Debemos cambiar su mente. 
_No le voy a borrar la memoria, ya lo hice en una ocasión y no funcionó se volvió a enamorar de tu tatara tatara tatara tatara tatara nieta. 
_Dédalo, son muchos tatara, con nieta es más que suficiente. No, no le vamos a borrar la memoria, le vamos a ser recordar. 
_¿Perdón? 
_Si, deja esta vieja bruja trabajar, él va a recordar porque se enamoró de su esposa. 
_¡Ya entendí! Recuerdo ese día, ahora puedes por favor ya salir de mí, gracias. 
_Para ser lo que eres te quejas mucho. 

_Siari, tu nieta murió creo que podemos dejar las cosas como están y que ello se separen en paz. 

_Si, puede ser, pero no lo hago para que él se enamore de Nereida.

_¿Entonces? 

_Un poco de paz en su alma.¡Ay hijo mio! solo te metiste es camisa de once varas.




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