La fuerza de Ciro

Moscú

Moscú 
Los hermanos despiertan, se quedan sentados pensando en todo y en nada, el primero en llorar fue Darío, Ciro a tientas busca la mano de su hermano para así consolarlo de algún modo, el mayor da un apretón en señal de apoyo, Ciro tiene que hacer acopio de toda su fortaleza para no llorar con su hermano, uno de los dos se debe mantener sereno y en “paz”, el menor se limpia el rostro, sin emitir palabra alguna se mete al baño, Ciro cierra los ojos, reza en silencio al escuchar el llanto de Darío, así como los golpes que le da a la pared, abre los ojos de sorpresa cuando lo ve salir, con una sonrisa de oreja a oreja y cantando una canción que Estrella les cantaba cuando eran niños, ya vestido de forma casual, pantalón de mezclilla, una camiseta cuello de tortuga color rojo, una chamarra de cuero negro, se calza los tenis, se ve al espejo, asienta para él mismo alza la mirada ve a Ciro, vuelve asienta de nuevo y su hermano no puede evitar abrazarlo, le pasa las manos por los cabellos y el rostro como tratando de recordar como se ve ese día, triste, melancólico a pesar de estar cantando, Darío se limita a sonreírle, Ciro le da unas palmadas en la cabeza ahora en señal de despedida así Darío se pone en marcha, el mayor lo ve partir a acompañado de varios hombres, hace varias llamadas, para él también ponerse en marcha a lo que fuera su casa en Arcadia debe ir a las ruinas. 
Darío se pasea como si no estuviera en peligro por la plaza roja, era un turista más paseando muy bien acompañado por una morena de fuego, tomando fotos, posteando en redes sociales, la señal era más que clara “el príncipe se está divirtiendo”, ya en la ciudad la temperatura es de menos cinco grados eso es un pretexto perfecto para ir a una cafetería, una que ha resistido el paso del tiempo, sentados en la parte de afuera ya que colinda con el rio Moscova, piden servicio, la mujer que lo acompaña toma su taza de chocolate caliente entre sus manos.  
_Estamos rodeados. 
_Lo sé - dice sin levantar la mirada entretenido en su móvil, alza el rostro le dedica una hermosa sonrisa se levanta para ir con ella y besarla en los labios, dice unas palabras al oído- _ Espero te esté gustando el paseo. 
_Mucho, es bellísimo.  

_Imagine que te iba a gustar, en estas fehcas es hermoso.

_Mucho, gracias cariño.


Regresa a su lugar es su turno de beber de la bebida, baja la taza se acerca un hombre de aspecto amigable, le dirige unas palabras, el griego responde en un mal ruso y se disculpa si dijo algo mal, alza la mirada “de paseo” es todo lo que dice...los ojos les cambian a blancos al tiempo que levanta la mano derecha y detiene una flecha que iba directamente a su entrecejo, con expresión fría y de un movimiento clava la flecha en el hombre. Ente el griego llegan varios hombres, él con toda la paciencia del mundo ofrece la mano a su acompañante la coloca detrás de él, dice unas palabras en griego, la mujer responde un con un sí, la pareja es rodeada, Darío pasa la mirada por todos ellos, sin duda eran muchos, alza un poco la mirada parpadea cinco veces seguidas, hace un rápido movimiento con la mano derecha aventando la taza a la frente de uno de ellos el contenido aún seguía caliente así que infringió daño, de una patada avienta la mesa golpeando a otro eso le abrió espacio para poder pelear, un golpe directo a su rostro lo esquiva haciendo que ese puño golpee a otro de sus atacantes, cuatro se le van encima, da una patada al que lo ataca de frente, se cubre un golpe con el brazo izquierdo se hinca para poder golpear fuerte la entrepierna, recibe un golpe en la espalda con una de las mesas se duele toma una de las patas y la usa como arma, con ella golpe el abdomen de uno de ellos haciéndolo caer al río, la misma pata le sirve para cubrir un golpe aunque se parte por la mitad, ventaja para él, las mitades le sirven para golpear el abdomen del atacante varias veces, da un giro y hace una estocada clavando la pata en el pecho de otro atacante logra escuchar el aire partirse, toma a uno de los atacantes del cuello, lo gira utilizándolo en escudo contra las flechas que le lanzaron, ve de reojo que la mujer se encuentra bien, mira al frente, viene más para ser un solo hombre son demasiados suelta el cuerpo sin vida, toma a la chica la arroja a las frías aguas, de nuevo el aire es partido por las decenas de ruidos, esta ocasión la espalda del griego se baña de sangre, se gira, dos docenas de flechas se clavan en su pecho y otras tantas en sus piernas y brazos, uno de los recién llegados se posa frente a él espadas en mano en forma de equis cruza el abdomen del griego haciendo que caiga de rodillas, otro movimiento para cortar su cabeza pero el griego con su poca fuerza logra esquivarlo, la filosa hoja de plata de clava en su costado izquierdo, se rueda hasta caer al río, y las aguas se pintan de rojo, acto seguido varios se lanzan a las aguas intentando dar con él, en ese instante no logran encontrarlo, se da la orden de seguir buscando, un kilómetro abajo se puede ver el cuerpo flotando, lo sacan del agua, sin miramientos dan los golpes finales. 
Plaza roja de Moscú, tal y como Ciro lo hizo con Asena, el cuerpo de Darío es exhibido, todo el mundo licántropo ve con horror el cuerpo desmembrado de Darío, siendo la cabeza colocada en una pira como si de épocas medievales se tratase.  
Hacienda de Jonathan, Estados Unidos. 
El vaquero se retira el sombro al ver a su amigo en esas condiciones,se hace la señal de la cruz, Emilia se lleva las manos al rostro tratando de contener las lágrimas, Jonathan se limita a abrazarla. 
Hacienda Buitimea, México. 
Felipe, Omar y Alejo están que no creen lo que sus ojos ven, primero Elián, ahora Darío. 
En algún punto de la India. 
Lucrecia se encuentra en shock, Talio no sabe que decir o hacer, es el mayor, en la familia de Darío, él es el sucesor de su padre a pesar de ser omega. 
_Ta...Talio... ¿Papá? ¡Papá esta … 
_Estoy viendo – la toma de la mano- _Debo recuperar el cuerpo, colocar las monedas o no cruzara el estigia.  
_A su debido tiempo – los ojos de Lucrecia cambian a rojos, los de Talio también- _ En nombre de Ares que la sangre de sus asesinos bañaran mi cuerpo.  
En Londres... 
Julio y Alejandro ven las imágenes sin creer lo que ven, Calix apaga la computadora, les retira el celular, y trata de darles consuelo. 
Hermosillo, Sonora. 
La taza de café cae de las manos de Fernando al ver en su móvil en las condiciones que dejaron a Darío, cierto es que empezaron con el pie izquierdo pero cierto es que forjaron una buena amistad, el móvil cae de su mano, él también, llorando la muerte de su peor amigo. 




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