"La muerte de Darío"

Elián se queda sentado procesando las palabras de Ciro, llaman a la puerta, sin emitir respuesta Secundina entra y se sienta delante de su esposo, no habla, no sabe como interpretar la mirada del griego. 

Elián golpea el escritorio con tal fuerza que lo quiera por la mitad, es cuando se percata de Secundina, cierra sus puños y al ver las lágrimas de ella relaja la postura. 

_ ¿Te lastime? ¿Estás bien? ¿Te duele algo?  

_ Más bien estoy asustada. No entiendo porque estás mal, deberías estar contento, ya finalizó todo ¿No? 

_ Darío está vivo. 

_ ¿Lo quieres matar?  

_ ¿ Hm? ¿Debería? 

_ No sé, es tu hermano no el mío. 

_ Mi hermano – dice para él, baja la mirada, ve sus muslos, la mezclilla se va humedecido al caer sus lágrimas –  

_No soy tú, pero creo saber por qué te sientes mal, no voy a intervenir, eres el rey, el alfa y su hermano mayor... 

_ ¿Qué harías tú?  

_Creo yo que, si lo castigase, pero no lo mataría.  

_Deseo que él me hable con la verdad.  

_Supongamos que lo hace ¿qué pasará con esta familia? 

_Quiero que estemos bien, eso deseo, a tú lado. 

Varios meses antes: 

Escondite de Ciro, París, Francia. 

_Ciro, ir contra los rusos es condena de muerte, nos superan en número. 

_Ya lo sé Darío. 

_Estamos hablando de mi vida o mi muerte. - Ciro ve por la ventana sin responder-_ ¡Jum! ¡Hola pared que gusto de verte! ¿Qué dices? Gracias, sé que te da gusto verme. 

_¡Te callas! ¡Ya llegó!  

_¿Quién? - Ciro abre la ventana dejando entrar a Ramsés- _ Eres invitado a pasar.  

_ Gracias, buenas noches. 

_¡Hola! ¿qué ha pasado?  

—Ni Ciro ni Ramsés responden la pregunta— -He analizado mi propuesta y de decirle que traerá graves consecuencias.  

_¿De qué hablas? Ciro, explícame por favor. 

_Permíteme amigo mío. Dédalo es un ser muy poderoso tan solo superado por su hermano Cy – ve como Darío asienta- _ Pues bien, vamos a desatar su ira. 

_Nunca he visto enojado a Dédalo, y dime ¿cómo piensas hacer eso?  

_Matándote. - suelta como si nada Ciro- 

_Ya estás loco. 

—Fue mi idea —interrumpe Ramsés——- No sabemos qué va a hacer, pero sí sabemos el gran amor que te tiene. 

_- Darío se queda estupefacto con la idea- _ Okey, les sigo el juego ¿cómo vamos a engañar aun ser eonico como él? Ni juntando la edad de los tres a completamos la de él. 

Eso déjamelo a mí y a mí gente. - al decir eso Ramsés se queda viendo la habitación-  _Por el momento te vas a ir a Rusia, vas a dar la actuación de tu vida. 

_ ¡ Si señor! 

_ Irás acompañado por una mujer, ella es de mi entera confianza, debes caer herido al rio, abajo te estaré esperando y haremos el cambio. - Dice Ramsés en un tono demasiado serio -

_¡Hecho! - se frota las manos- _ Me siento en una película de espías. 

_Ojalá fuera una película. Ramsés, vamos a desatar la furia de Dédalo ¿crees poder controlarlo?  

_Por Ra, espero que sí.  

_Bueno, bueno, una pregunta ¿en dónde me voy a esconder?  

_En la hacienda de los Licaón en Aldama, Chihuahua, México.  

_¿De Rusia a México? Creo que hay ciudades más cercanas.  

_Si, todas en Europa, todas o la mayoría en guerra.  

_Lo que dice Ramsés es cierto, al quedarte aquí corremos el riesgo de que te descubran.  

_Es verdad, haré lo que me digan.  

Ramsés habla por poco más de una hora, Darío se pasa ambas manos por la cabellera, Ciro solo bebe y bebe agua cada que siente que no va a salir bien el plan. Al día siguiente Darío parte con una comitiva a Moscú, al llegar el plan se pone en marcha. Darío y compañía fueron atacados, el griego es fuertemente herido, aun así, logra caer a las aguas del río, el vampiro cual roca ya espera a los dos es él quien hace que las aguas se vuelvan turbias evitando que los lobos vean, le da oxígeno y lo mete en una bolsa mortaja negra, de otra bolsa sacan un cuerpo lo más idéntico a el griego, incluyendo el tatuaje del hombro derecho símbolo de su clan. 

Al día siguiente el cuerpo de Darío es desmembrado, gracias al agua, al maquillaje y al coraje ciego nadie le puso atención, la vampira sale de Rusia a México con un mal herido Darío, un Darío que en esta ocasión no tiene la sangre de Dédalo para recuperase rápido al cien por ciento.    

Castillo de Bram. 

En la pantalla de cincuenta pulgadas, la plaza roja de Moscú es enfocada, Elián debe cubrir su boca para que no escuchen su llanto, Secundina no necesita entender ruso para saber lo que está pasando, reconoce el rostro de su cuñado empalado, el griego se deja caer al suelo, gracias al grito que emito Dédalo que él pudo emitir ruidos de dolor. 

_ Ma…mataron a mi hermanito… Secu… 

_ - Como puede su esposa se sienta a su lado, de nuevo el grito de dolor del vampiro, calla el del licántropo - _Te duele lo sé, me duele tanto como a ti, fue de mis mejores amigos, un padre para Emilia, los sabes. 

_ Debo ir con Ciro. 

_ No debes, si lo haces perderás todo lo ganado. 

_ Debo vengar la muerte de mi hermano. 

_ Y lo harás – los estruendos en el castillo la hacen buscar refugio en Elián y lo encuentra- _ Creo que alguien se te va a adelantar, Dédalo está inconsolable. - Elián va a hablar, pero las manos de Secundina se posan en su boca- _No debe saber que vives. 

_Gracias por mantenerme lucido, ante este dolor tan grande.  

El vampiro deja el castillo, y el griego casi detrás de él, sin embargo, Ramsés le impide seguir, y por primera vez en siglos el griego entra en conflicto con el egipcio, es el propio Elián que cae por las escaleras. 

_ ¡Déjame pasar! 

_ No. Se que te duele, pero debes seguir escondido o la muerte de tu hermano será en vano. 

Secundina asustada al ver pelear a los hombres busca a Engla, al llegar la nórdica, los dos están ya demasiado golpeados, habla con Secundina, a la cuenta de la rubia, la mexicana le habla a su esposo haciendo que se distraiga, en ese momento Engla debe hacer acopio de toda su fuerza para poder hacer caer al rey, después de batallar con el rey por media hora, el griego cae inconsciente y la nórdica se tiene que recargar en la pared de lo cansada que ha quedado.