La fuerza de Ciro

El gran favor

El gran favor  

Secundina se encuentra en el despacho de Elián en video llamada con Engla, sus manos viajan de un lado a otro sus labios se mueven y si voz es como un susurro, Engla ve cada movimiento escucha cada susurro. Una hora después, acaba la llamada y se deja caer al piso, se rueda boca abajo para sentarse y hacer anotaciones. Media hora después es la esposa del rey vampiro y apresar de no estar presentable acepta la llamada dando inicio a sus clases de etiqueta e idioma. 

Afuera del despacho Elián la observaba y escuchaba las indicaciones de la vampiro “En las reuniones debes permanecer callada y analizar cada palabra dicha, nunca expreses tu opinión, no debes opacar al rey sin embargo le darás tu opinión en secreto, en voz baja” dos horas después y las clases finalizaron, en esta ocasión Secundina se acuesta en el piso para que si espalda descanse y pueda disminuir el dolor.  

_ Lo haces bien.  

_ ¿ Lo crees?  

_ Si. Estoy orgulloso de ti señora mía – se acuesta a su lado recargado en sus brazos para poder verla- _ ¿Te duele mucho la espalda?  

_ A veces. Engla me está enseñando herbolaria y me ha dado un té, que ando bien pacheca. 

_ ¿Drogada? – recorre el perfil de ella con su dedo índice - 

_Si, y me sirve mucho para cuando tengo que ir con Héctor. 

_ Sobre eso le he pedido a Ulises ya que es tu padre que te entrene, él fue un general espartano. 

_ Como usted ordene. – Saluda como militar – 

_ Yo lo ordeno – se inclina lo justo para besarla en los labios finaliza el beso recarga la cabeza en el pecho de ella- _ amo tu aroma. 

_ Y eso que no me he bañado. Elián de casualidad sabes cómo murió Nereida. 

_ ¿ Hm? Quemada. Darío me dijo que un edificio explotó, por salvar a Julio ella cayó en el fuego y él tuvo que decapitarla. 

_ Fue una muerte muy fea, pobre de tu hermano tener que hacer eso. 

_ Y delante de sus hijos. Ya viendo objetivamente todo creo que él es quién más ha sufrido de los tres. 

_ Pobrecito.  Espero nunca pasar por eso. 

_ Perdí a Elora y a Denes. 

_ Si, pero tú nos los tuviste que decapitarlos. El dolor es el mismo ¿Cierto? 

_ Creo que sí. ¿Te sientes mejor? Debo ir a la empresa y quiero que vayas conmigo y vayas aprendiendo ciertas cosas. 

_ Si señor. 

Darío en el patio trasero entrenando a los nuevos asesinos, cachorros de tan solo cinco años, alza la mirada al escuchar el motor de un automóvil, ve subir a Secundina, Elián cerrando la puerta del copiloto para subir él y ponerse en marcha, sigue el auto con la mirada, se lleva la mano derecha al corazón, cierra los ojos. 

_Gracias Hera ya mi lobo no aulla por ella. 

_ Más te vale, fue duro enfrentarte cachorro mío. 

_¡Dédalo!  

_ Verte sano y a salvo valió la pena tanto sufrimiento. 

_ Y lo agradezco mucho – Ramsés se sorprende por el fuerte abrazo que recibe de Darío - _ ¿Qué pasa? 

_ Estoy contento de verlos. Gracias por acudir al llamado. 

_El sol – Dédalo señala el cielo de inmediato Darío ofrece el brazo para llevarlo a la seguridad de la oscuridad - _ ¿Que deseas amor mío? 

_ Un último favor espero y puedan tú y tu familia. 

_ Habla – al llegar a la seguridad de la casa lo suelta tomando el brazo de Ramsés – 

_ Se que no se pude cambiar lo que hice, pero sé que puedo solicitar le borre la memoria a mi familia, Jano, Ciro, Selene, Elián, Talio y mi Secu, obvio a mí también. 

_ Dédalo ¿Crees poder hacerlo? – pregunta preocupado Ramsés - 

_ Si, si puedo hacerlo, pero. 

_ Si quieres un pago estoy dispuesto a irme contigo si eso deseas. 

_No, no. Será el último favor que te voy a hacer ya que voy a terminar mi relación sentimental contigo, Ramsés es con quién deseo estar. 

_ Lo entiendo bien. Gracias por traer a Selene de vuelta ¿ Por qué no lo hiciste antes? Debiste traer a Elora. 

_ De nada. Lo intenté, busqué a Elora pero ella al igual que todos ustedes están maldecidos. 

_ ¿Están en el tártaro?  

_ Todos. Selene era humana cuando murió, su alma estaba en los eliseos , hablé con alguien importante, hice una promesa hablé con Selene. No mentiré ella no quería venir a perturbar tu vida, pero tus hijos la convencieron. 

_ La promesa que hiciste ¿Pone en riesgo tu vida? 

_Eso amigo mío no te importa. Ahora, debo hablar con mi hermano para ayudarte por última vez. 

_ Darío – interrumpe Ramsés - _ No puedes cambiar el pasado debes o deben vivir con lo que han pasado. 

_Quiero que mi hermano sea feliz con ella, de que no sienta celos de mi o desconfianza. Quiero a Secundina, mucho justo como cuando la conocí, justo como cuando era amante de Fernando. 

_ Ramsés lo que pide Darío es válido, déjame ayudar. 

_ Esto si es de antología. ¿ Le pides permiso a Ramsés? ¿Desde cuándo? 

_ Desde que fue al infierno por mí. 

_ Eso sí es amor. Se que está de más decirlo, pero por favor, Ramsés, cuida de Dédalo. – Le toma la mano al mayor - _ Siempre seré tu amigo y seré tu aliado, cuenta conmigo. 

_ Cuando necesite guarida diurna te lo haré saber. Ahora debo hablar con Ciro, Ramsés espera con Darío. 

El mayor los deja solos se guía por el olor de la sangre del mediano hasta dar con él que a pesar de ser aún de día el medio disfrutaba de la intimidad de su esposa, los quejidos y gemidos llegan al pelinegro. 

_ ¡ Lobos! Todos son iguales. – Toca la puerta varias veces hasta que hace que Ciro le atienda, al verlo solo con una toalla en la cintura sonríe - _ Es herencia, los Licaón tienen buen cuerpo. 

_ ¡ Jum! Que estés aquí quiere decir que has hablado con mi hermanito. 

_ Si. Debo hablar contigo – lo veo de arriba a abajo - _ No me molesta tu desnudez. – Ve como su anfitrión le señala el camino, hasta llegar a su oficina - _ Darío le ha pedido que les borre la memoria a todos los que saben de su crimen. 

_ ¿Con que fin? 




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