Capitulo XV. "Repercusiones".

Otro día más. El instituto fluía como siempre. Rumores volaban por todos los rincones, el drama florecía en los pasillos, y yo solo podía pensar en cómo mi vida se fue en bajada. De camino a mi casillero me topo con Brian caminando por los pasillos, con sus lentes oscuros, chaqueta de cuero, su cabello medio peinado, y sus guantes de cuero que usaba para manejar su motocicleta.

Mis ojos se iluminaron, mi respiración se escapó, mis latidos se aceleraron a tal punto que todo el mundo lo podría escuchar.

Por un instante pensé que se detendría, me hablaría, o simplemente sonreiría.

Pero eso nunca paso. Siguió de largo con la vista al frente. No titubeo ni por un segundo. Me paso por al lado evitando mi contacto.

Mi mundo giro a mi alrededor. Sentí un hormigueo en mis manos, y debajo del paladar. Trataba de retomar el aire, haciendo los ejercicios de respiración. Inhalaba y exhalaba pausadamente, mientras sentía que mi vista se nublaba. Cuando de repente, siento una mano en mi hombro que me hace respingar. Al salir de mi breve ataque de pánico, giro la mirada hacia aquella persona.

—Rosse… — digo impactada.

—Taylor — dice sonriendo de oreja a oreja.

La abracé con todas mis fuerzas al igual que ella a mí. Su repentina aparición era como ver unos rayos de luz solar, asomarse por breve momentos entre un día nublado como hoy.

—Tú… ¿qué ha…? ¿cómo? — mi legua se enreda sin poder creer que estuviera aquí. Pensaba que no volvería a verla.

—Historia larga, pero luego lo hablamos — dice soltando un enorme suspiro, invitándome a caminar con ella — ¿Cómo están las cosas en el equipo?

—Van bien, la nueva profesora es muy exigente, lo cual es bueno. Tiene muchas ideas para el año que viene. Nos está explotando.

—Me alegra saber que siga con mis indicaciones.

—¿Por qué te fuiste? — pregunto de la nada, frenado el paso.

Ella tomo aire, y luego de rodear su brazo en mi hombro, susurra con una voz misteriosa.

—tenía una misión secreta en la selva amazónica en busca de una pista para una sociedad secreta.

Me separe de ella observándola con suspicacia.

—¿Es en serio? — le digo con incredulidad.

Progresivamente soltó una sonora carcajada, que a muchos los sobresaltó.

—No hahahaha… — responde luego de respirar. — Estaba resolviendo unos asuntos en el extranjero, papeleo y eso. Pero ya me reincorporare en el Instituto, como la nueva concejera.

—¿Nuevo puesto?

—Sí, el cambio de docente fue una decisión tomada mucho antes de salir de permiso. — El timbre del comienzo de clases nos interrumpe. —Luego hablamos, tengo aun papeleo por tramitar, si necesitas hablar, sabes dónde encontrarme.

Me hace señas con la mirada hacia una puerta marrón con la palabra consejera escrita en la ventanilla de ésta. Observo la puerta con curiosidad.

Luego viro la mirada hacia ella. Ésta me guiño el ojo. Se despidió y entró su nueva oficina.

Para la hora del almuerzo me siento con mi grupo. Math estaba muy extrovertido junto a Kike y Jadeen hablando sin parar sobre la fiesta. Había algo extraño en su actitud, lo veía muy alegre, o mejor dicho extrovertido. De reojos mire a Vicky, la cual estaba muy sonrojada. “¿De qué me perdí?”, me pregunto.

—“No es obvio Tay – responde aquella voz sin nombre.”

“Pues…”, tomo una pausa para pensar mientras bebiendo de mi jugo de naranja.

—“Él ya no es el mismo Tay.”

Quise refutar, pero aquellas palabras me hicieron eco en mi mente. La voz se cayó y una chica de estatura baja, piel morena y cabellos teñidos de rubio cenizo aparecen en mi campo visual. Desde la distancia supe que ella traería problemas en el grupo.

—¡Chico lobo! — exclama una porrista acercándose a nosotros.

Sus caderas se tambaleaban de un lado a otro mientras se aproximaba. La tensión en la mesa se intensifico cuando se detuvo en frente de Math, quien la observo con mirada sagaz, mientras que mi amiga los miraba con recelo.

—No pensé verte otra vez.

—El mundo es pequeño — responde Math con una sonrisa pícara.

“¿De dónde se conocerán?”, me pregunto confundida.