Capitulo 3

Gran parte de la tripulación ya se encontraba a bordo del barco. Cuando Koar subió, no fue muy bien recibido. Varios rumores acerca de su presencia en la nave le hacían notar.

La capitana rápidamente se dirigió al timón para comenzar a dar sus órdenes.

—Capitana, fue una gran victoria. ¡Ganamos!—El contramaestre sacaba el pecho para recibir a su líder.

—Así es señor Doom, su participación desde aquí… lejos del combate fue como siempre, muy notoria.—Seguía caminando sin detenerse a verlo de frente.—El joven que está ahí parado será mi invitado, por favor acompáñelo a uno de los camarotes, más tarde nos reuniremos con él.

—¡Sí capitana, yo me encargo!

Puso sus manos en el timón y tomó aire para gritar.

—¡Todos a bordo! Fue una gran victoria con muchas cosas de valor y regresaremos por más, pero por ahora tenemos que retirarnos porque los refuerzos enemigos ya vienen y vamos a evitar un conflicto innecesario. ¡Hoy anclaremos cerca de aquí y vamos a celebrar está victoria sobre Tortuga!

—¡Siiii!—Retumbó de las bocas de todos los piratas ahí reunidos. Inmediatamente hicieron caso a la capitana subiendo a bordo y haciendo su trabajo para que la nave pudiera zarpar lo más pronto posible.

—Joven marino, haga el favor de acompañarme.—El contramaestre se dirigió a Koar para seguir las órdenes de la capitana.

—A dónde tengo que ir?—Se rehusaba a caminar.—Esa mujer me dijo que subiera y ahora el barco ya comenzó a moverse, tengo muchas cosas que hacer en la isla ¿A qué está jugando?

—Si algo le puedo decir es que la capitana nunca juega, así que si ella pidió que usted fuera abajo debe ir ahí.—Se acercó a su oído para susurrarle.—Creéme, no te gustaría contradecirla o hacerla enojar.

Koar midió un poco sus acciones sabiendo que al haber subido se había puesto en un terreno aún más peligroso y lleno de enemigos fuertes.

—Pero, ¿qué sigue ahora?

—De momento tendrá que acompañarme abajo, es una cortesía no un castigo. Estará mucho más cómodo que aquí arriba rodeado de estos barbajanes.—Le hablaba con un tono suave.—En cuanto ella se desocupe y estemos en un lugar a salvo, bajará para que puedan hablar. Si te reclutó es porque algo valioso vió en ti.

—¿Cómo que me reclutó?—Koar puso cara de desagrado y molestia con eso.—Yo no me convertiré en uno de ustedes, jamás lo haría.

—Calma, calma, no quise decir que se unirá a la tripulación, solo que hay algo de valor para ella.

La capitana escarlata estaba a muchos metros de distancia de ahí pero los observaba como si estuviera a un lado escuchando todo.

—¡Contramaestre, creo que le dí la orden de llevar a ese hombre abajo!—Gritaba desde su posición mientras todos la veían hacerlo.—¿Acaso no puede lograrlo?, ¿tampoco es bueno para mantener el orden en este barco con un solo hombre? Quizás sea momento de buscar su reemplazo.

Las risas por parte de la tripulación no se hicieron esperar, el contramaestre a pesar de su carga de prestigio en la nave, estaba siendo humillado y puesto a prueba.

—No es eso mi capitana.—Respondió él haciendo una voz varonil y parándose derecho.—Este aficionado tenía muchas preguntas sobre el barco, es un pequeño fan y la emoción le ganó. Solo le di un poco de contenido, pero ahora mismo me lo llevo.

Él seguía manteniendo su postura de hombre fuerte y respetado pero por dentro sabía que pendía de un hilo.

—Por favor joven marinero, no me haga exhibirme más, todas sus dudas las responderé abajo. No sea malo, vámonos de aquí.

Koar entendió la situación y movió sus labios en señal de desaprobación pero no se negó a cumplir el capricho de aquel hombre y decidió salvar el honor del pirata caminando a donde le dijo.

Ambos llegaron a la parte baja donde estaban los camarotes. Olían bastante mal lo que hizo reaccionar a Koar tapándose la nariz y frunciendo el ceño. Por otra parte, su acompañante parecía bastante acostumbrado y caminó con mucha facilidad entre los pasillos.

—Esperamos en esta sala, aquí es donde la capitana hace sus reuniones.

Se detuvo en una habitación que estaba a un costado de los dormitorios principales de la tripulación. Era un cuarto pequeño y obscuro, tuvieron que encender algunas velas para iluminar su estadía ahí.

En el lugar solo habían algunos muebles como el escritorio largo y café de madera que estaba en el centro. Arriba de él había varios libros, mapas, entre otros papeles importantes. De frente y pegado a la pared había una silla larga que no parecía muy cómoda, ese era el asiento de la capitana durante las reuniones. Al fondo había varios estantes con más libros y pergaminos, había telescopios, esquemas con barcos miniatura y con soldados del mismo tamaño. Objetos de valor como bitácoras, relojes, atuendos de piel, espadas, monta pistolas y paliacates. Un par de cráneos de dudosa procedencia se ubicaban hasta arriba, tal vez como decoración o como amuletos de protección para esa habitación. En otra mesa estaban esquemas del planeta y un globo terráqueo en su base que era fácil de girar.

—Vamos a esperar aquí, si te cansas puedes sentarte en un banco o en el suelo. Por nada del mundo se te ocurra sentarte en esa silla, es de la capitana y esas son cosas de las que le enfurecen.—Hablaba con mucho temor al referirse a ella, incluso al tocar un tema donde la nombrara bajaba la voz.—Por cierto, me llamo Doom Sleyd y soy un oficial a cargo en este barco.

—Mucho gusto, yo soy Koar. —Lo miró detenidamente y muy sorprendido. —¿Un oficial de alto cargo? No me lo tomes a mal pero no parece, suenas muy aterrado cada que la mencionas y ni se diga de la autoridad que generas en la tripulación.

—Eso es solo un bache temporal pero no te preocupes soy un oficial hecho y derecho. Sin mi y mis conocimientos, este barco no sería lo que es. La capitana lo sabe por eso me mantiene en el cargo.

—Si tú lo dices no tengo por qué dudarlo.—Respondía con sarcasmo mientras se acercaba a una pared para sentarse recargado en ella.—Si me disculpas creo que descansaré un poco, corrí como nunca lo había hecho y estos zapatos no me ayudan en nada.