Sin importar esa adversidad un grupo se reunió a las afueras de la isla, ahí donde podía tener privacidad.
El grupo lo había convocado John como parte del plan, todos ellos eran prospectos para la nueva tripulación que formarían. Estaban alineados en una fila esperando indicaciones. John no podía empezar sin Koar quien llevaba varios minutos mirando hacia el mar y reflexionando.
—Estamos listos capitán.—Se acercó John a Koar para avisarle.
—No me digas así.—Le contestó sin mirarlo.—Recuerda que tú te quedarás con el barco una vez terminemos.
—Si pero de momento los hombres le llamarán capitán a quien tenga para pagarles.—Comenzó a reír.—Así que no te lo tomes personal.
Koar suspir y avanz hacia la fila que le esperaba. Tenía que seguir el plan.
Las personas ahí reunidas estaban desesperadas, era verdad que buscaban trabajo pero muchos preferían formar parte de alguna tripulación con experiencia no de unos novatos como parecían ser ellos. La mayoría ubicaban a John, sabían de su honor por eso habían aceptado estar ahí.
—Saben para qué estamos aquí.—Comenzó a hablar Koar sin hacer contacto visual con ninguno.—Robaremos un barco de la armada así que estén listos.
Los hombres se miraron unos a otros, vieron que su líder no tenía el don del habla, esperaban mucho más de él antes de aceptar el trabajo.
John se percató de eso y justo cuando Koar se iba lo detuvo.
—Tienes que ser más convincente.—Le dijo sujetándole del hombro.—Ello están aquí para que les cuentes el plan, examina sus capacidades, les hables de la paga.—Lo miró y le guiñó el ojo.—Anda ve.
A Koar no le quedó más remedio que hacer lo que le pedían. Regresó caminando y comenzó a pasearse por la fila para ver a cada uno de sus hombres. Los miro a los ojos para tratar de ver si podía confiar en ellos, era lo que más le importaba.
Con su análisis concluyó que no, la mayoría de ellos estaban ahí por dinero y seguramente se irían con un mejor postor. Además no se veían bien aparentemente, estaban mal vestidos, tenían esposas y dagas de baja calidad y por supuesto no intimidaban.
Caminó hacia su compañero y discretamente le preguntó.—¿Seguro que eso es lo mejor que podemos encontrar?
Para mala fortuna de Koar, John ayudó con la cabeza en forma afirmativa.
Koar regresó a la fila y comenzó a dar un gran discurso contándoles su objetivo. Utilizó palabras en contra de las monarquías como le había aconsejado su asistente, también resaltó sus habilidades y cualidades. En el grupo pudo encontrar un artillero con experiencia, un cocinero y alguien que decía saber de medicina, todo eso aportó muchos puntos y así se los hizo ver.
Después les volvió a repetir su objetivo creyendo que con eso acabaría la reunión pero no fue así, los hombres tenían muchas dudas para aquel joven líder.
—Un momento.—Interrumpió el hombre que afirmaba saber de medicina cuyo apodo era “El pulso”—Háblanos de la paga, queremos ver el dinero.
—La paga la verán en cuanto nos hagamos com el barco.—Respondió Koar muy seguro.—No tengam duda que el dinero lo tengo.
—¿Cómo podemos estar seguros?—Repitió el hombre.
Koar lo miró a los ojos y comprendió que sus dudas estaban bien fundadas, pero no quiso arriesgar a mostrar el dinero por precaución así que se le ocurrió otro plan.
Se descolgó la cadena de oro familiar y se las mostró a todos.
—Esta es una de mis propiedades más valiosas.—Caminó para que todos los pudieran ver.—Se los voy a dejar a resguardo, cuando terminemos la misión se los cambiaré por el dinero.
Los hombres ahí reunidos pudieron darse cuenta que era de oro puro. Lo tomó el hombre que lo cuestionó y se lo mostró a todos. Los demás parecieron estar de acuerdo y no se quejaron más. Aceptaron el trato, pero aún quedaba otra duda.
—¿Cuál es el plan de ataque?—Preguntó el hombre más robusto de todos.—No iremos solo a ser carne de cañón para que tú robes el barco y nos abandones, necesitamos seguridad para sobrevivir.
Koar suspiró profundamente, ya no quería hablar pero no tuvo remedio, les reveló el plan que tenía.
Dicho plan consistía en hacer varias distracciones, la primera sería de dos hombres que subirían a una nave sin tripulación. Los guardias al darse cuenta subirían a otra nave para perseguirlos, seguramente usarían una más rápida para así alcanzarlos. Cuando estuvieran lo suficientemente lejos, el resto de hombres subiría a otra nave igual de rápida la cual usarían para acercarse.
Cuando la nave estuviera a punto de alcanzar a sus compañeros, ellos saltarían al mar dejándola sola. Los soldados la abordarían para recuperarla. En esos momentos sus fuerzas quedarían divididas en dos barcos.
Después Koar llegaría junto al resto de sus hombres quienes abatirian a los soldados que quedaron en tierra, la nave sería suya, una muy rápida.
Por último, desde ese barco dispararían balas de cañón con el fin de activar la pólvora que los primeros dos raptores dejaron preparada. El primer barco explotaría. Dada la velocidad del viento y su dirección, provocaría que las llamas encendieran las velas del segundo barco, así el fuego se esparceria por todo el barco y lo dejaría incapacitado.
Por último Koar y los demás esperarían en esa posición hasta que sus compañeros llegaran nadando hasta ahí, tenían que ser los mejores en eso.
Una vez arriba, la nave sería suya y podrían irse de ahí rumbo a la Bahía.
El plan era magistral. Koar lo relató a detalle y sin trabarse, lo que ocasionó mucha seguridad a la tripulación. Estaban motivados por lo mucho que había estudiado el caso su nuevo capitán.
Al final todos estuvieron de acuerdo y pusieron manos a la obra para realizar el plan. Se motivaron mucho. Todos los ahí reunidos aceptaron el trabajo y ya se sentían parte de la tripulación. Hicieron un círculo para hacer un ritual de inauguración, el cual consistía en respirar una oración y dar vueltas en círculo para alabar al mar, al viento y a la tierra.