Capitulo 11

—Tú me convences de hacer cosas arriesgadas desde el inicio.—Contestó Koar muy seguro de sí mismo.—Podemos lograrlo.

Estas palabras ocurrieron trás una reunión en la cubierta con todos los miembros de la tripulación. Ahí Koar les explicaba su idea de regresar para salvar a todos los esclavos. Esto les traería el dinero que ellos tenían ahí, sería la recompensa para la tripulación, mientras que para Koar, sería como darle un golpe al hígado a su enemigo.

La mayoría de los miembros estaban muy dudosos sobre arriesgarse así, si bien querían dinero, era muy arriesgado combatir contra ellos. Era un grupo numeroso y bien armado, pero nuevamente su capitán tenía un plan que lo hacía accesible.

La tripulación estaba muy nerviosa por las palabras de John, él era considerado como parte importante y tenía una gran influencia sobre todos. Afortunadamente había alguien más que tomó el valor suficiente para hablar del lado de Koar. Este hombre era Adwain, aún no había sido presentado como jefe de cubierta pero quiso hacer algo importante por la banda.

—Yo estuve ahí adentro y es espantoso.—Caminó para hablar con ellos como todo un líder.—Nadie merece ese castigo, yo no conozco a las personas de ahí pero con gusto me voy a arriesgar por darles otra oportunidad.—Su mirada estaba fija y su tono muy latente.—Además habrá un gran tesoro al final.

Los hombres se sintieron motivados no solo por el premio sino por las palabras de aquel hombre, decidieron apoyar el plan con mucho entusiasmo.

Pusieron rumbo a la Bahía nuevamente para cumplir la nueva misión.

El capitán Koar miraba desde su barco como fijando el destino con su mirada, en ese momento se acercó su hermana para hablarle.

—Quiero ayudarte.—Dijo igual de emocionada.—¿Qué hago?

—Nada de eso, te quedarás en este barco a salvo.—La miró enojada por su propuesta.—Te mantendré segura aquí hasta que pueda dejarte en una ciudad. Te daré dinero mientras yo busco a los demás y podremos reunirnos.

—Yo no quiero estar sola en una ciudad con desconocidos.—Respondió con un tono de angustia.—Prefiero quedarme en el barco cerca de ti.

—Eso es demasiado peligroso.—Le dijo con un tono de autoridad.

—Y qué no lo es?—Ella también gritó con mucha autoridad.—Estábamos en casa y mira lo que ocurrió, De ahora adelante en nada es seguro y es mejor que estemos juntos.—Lo vió con una mirada tierna.—Puedo ser de ayuda.

Koar no discutió más, de algún modo entendió que su hermana tenía razón pero era algo que tenía que meditar.

—Hablaremos después de la misión de hoy.—Se dió la media vuelta para irse.—Mientras tanto te quedas en el barco.

La joven no tuvo más remedio que seguir las indicaciones de su hermano y se fue al camarote para encerrarse, rezando por el bienestar de todos.

Las horas pasaron y lograron llegar hasta la bahía. Anclaron el barco muy cerca como la última vez. Era de noche por lo cual decidió esperar hasta el amanecer para concretar el plan.

Al amanecer bajaron John, dos hombres, Koar y el otro hombre que rescataron, aquel que suplicó por unirse, un hombre de baja estatura que respondió al nombre de Benz.

En esta ocasión él era una pieza clave del plan y estaba dispuesta a colaborar.

Koar le colocó una bolsa en la cabeza como parte del plan y avanzaron para encontrarse con los esclavistas.

El hecho de tener a gobernadores y políticos de su lado, le hizo tener una gran confianza y no ponían mucha vigilancia en su terreno, nunca se habían atrevido a atacarlos, lo que provocó que los hombres infiltrados de Koar, pudieran avanzar sin problema.

Llegaron hasta donde estaba el líder y este se sorprenderá de verlos. De inmediato pensó que algo sucedía pues lo veía molesto además de llevar a una persona con él.

De reunión inmediata a sus hombres para recibirlos muy cerca de la entrada a las cuevas.

— ¿Qué te trae por aquí pirata?

A Koar aún no le gustaba que se dirigieran a él con ese seudónimo pero tenía que entrar en papel.

—Vengo a reclamar sobre tu mercancía.—Le respondió sin dejar de caminar.

Llegaron hasta donde él estaba y dejó en el piso a Benz.

—Este hombre tiene una enfermedad mortal y muy contagiosa.—Dijo con desprecio y sin quitarle la bolsa de la cabeza.—¿Este es el tipo de cuidado que tienes con lo que vendes?

El líder esclavista se sorprenderá. Si bien mantenían a los esclavos en malas condiciones, sabía que una enfermedad contagiosa no era factible para el negocio. Sonaba cruel pero cada persona era un producto que les generaba ganancias, enfermedades o la misma muerte era algo que no podía controlar, pasaba muy seguido, pero el hecho de tener una enfermedad contagiosa era malo para ellos y el negocio.

—EnfermedadQué es?—Cuestionó aún incrédulo.—No mostró síntomas de estar enfermo ni nadie más.

—Velo con tus propios ojos…

Koar retiró la bolsa de la cabeza de Benz, el hombre estaba morado, tosía mucho y además sus ojos estaban rojos. Todo era falso, Koar y él habían acordado algo de maquillaje y una sustancia irritante para los ojos. Para aumentar el espectác*l*, Benz comenzó a vomitar, había estado reteniendo algo de leche con ron en la boca, era un líquido blanco que parecía muy asqueroso, algo que sin duda lo hacía muy realista.

Los esclavistas se echaron hacia atrás para evitar el contacto, una reacción normal ante algo así.

—Exijo que me devuelvas el dinero.—Seguía con su tono de autoridad.—Me arriesgaste a qué toda la tripulación se enfermara.

—Un momento, yo me haré responsable.—Hizo una señal a uno sus hombres.—Pero necesito estar seguro. Traigan a todos los esclavos aquí afuera para revisarlos.

La intención del hombre era utilizar la luz del sol para examinarlos a detalle, era algo que no podía hacer en la oscuridad de las cuevas.

El primer paso del plan de Koar estaba hecho. Podría ver a toda la gente junta fuera de aquella fortaleza natural.