Capitulo 18

Estaba rodeado por su tripulación quienes confiaban en que su capitán lo resolvería. No solo por el bien de su hermano sino para tener un beneficio económico para ellos.

—¿Qué voy a hacer?

Llegó un momento en el que jaló su cabello por la frustración que eso le generaba. Él no tenía experiencia bélica así que cualquier plan fracasaría. Está vez no era algo casual o que se pudiera vencer con alguna distracción. Estaba hablando de derrotar a dos de las potencias europeas que reinaban en el nuevo mundo.

—No te mortifiques capitán.—Dijo Benz mientras comida una grata botana.—Sería más fácil si robamos a tu hermano.

—Lo he pensado pero no es la solución.—Le respondió igual de estresado.—Ya tenemos muchos enemigos como para cargarnos a la emperatriz también. Estoy seguro que si lo hacemos de ese modo no lo olvidará.

—Siendo así podemos camuflarnos después ¿No?

Koar se quedó mirando hacia el mar mientras se repetía la palabra de Benz… camuflarnos… camuflarnos… camuflarnos.

—¡Ya lo tengo!—Gritó muy emocionado.

Todos miraron a su capitán para escuchar el plan.

—Necesito hablar con él general de las tropas francesas en Monserrat.

Todos siguieron al motivado capitán que corrió por todo el sendero hasta agruparse con los soldados en un campamento cerca del puerto.

Había muchas tropas ahí reunidas, todas preparadas para el siguiente ataque. Podía apreciarse miedo en la cara de muchos soldados pues sabían que yendo a la batalla era muy poco probable que regresaran así como sucedió con muchos de sus compañeros.

El general francés lucía muy cansado pero aún así seguía cumpliendo su misión con la nación.

Estaba dispuesto a enviar sus barcos para enfrentar al enemigo en el mar. Seguramente sería una batalla sin cuartel pero no aportaría nada nuevo. Todos los bandos estaban teniendo bajas sin un resultado claro. Hacia falta algo nuevo y Koar estaba a punto de aportarlo.

Logró infiltrarse en el campamento diciendo que iba de parte de la emperatriz. El ejército estaba acostumbrado a recibir visitas de los piratas que les apoyaban en las batallas, eso no significaba que los vieran con buenos ojos pero les habían ayudado a ganar una ligera ventaja en la guerra, así que sin más remedio los aceptaron.

Koar conversó con el general y le hizo ver que necesitaba una estrategia más profunda que desperdiciar hombres en el mar.

El general escuchó su idea y le agradó. De inmediato le dio órdenes a sus hombres para proceder a ese plan.

La idea de Koar era pintar las velas y banderas de los barcos franceses como la nación de los países bajos. Así podría entrar en su ciudad sin problemas. Una vez dentro atacarían el palacio del gobernador, sometiéndolo y derrocándolo desde adentro.

Al inicio los soldados no entendían porque tenían que disfrazar sus barcos como los del enemigo pero las órdenes del general eran infalibles así que lo hicieron sin dudar.

Tardaron algunas horas en dejar los barcos listos pero faltaba algo más en el plan, algo que les hiciera hacerse paso hasta el palacio enemigo, necesitaban ofrecer algo interesante.

Para esto Koar daría una solución; llegarían al puerto diciendo que ganaron la batalla contra los franceses y cómo prueba de ello entregarían al general francés al gobernador. Este general actuaría como carnada. Aceptó encantado. Quería ser él quien entrara a ese palacio para vencer al gobernador.

El plan fue ejecutado en cuanto los barcos estuvieron listos. Zarparon rumbo a la ciudad enemiga rezando porque les creyeran.

Al llegar al puerto se encontraron con una milicia debilitada. Los soldados tenían la moral baja y los muros estaban por caer. Quizá con algo de presión militar hubieran entrado, pero el plan de Koar era mucho mejor pues reducía el número de bajas significativamente.

Los soldados neerlandeses se creyeron el engaño. Vieron como varios barcos se acercaron usando sus colores y uniformes. Eso les elevó tanto la moral que querían creer que ganaron la batalla. De inmediato saludaron a sus supuestos compatriotas y les ayudaron a descender.

Koar se hizo pasar por un general diciendo que había llegado como refuerzo directamente desde Europa. En su camino se topó con esos franceses a los que derrotó fácilmente.

Exigió ver al gobernador para entregarle él mismo las noticias y al líder enemigo.

Se abrió paso fácilmente por las calles. Estaba rodeado por su ejército formado por franceses, piratas y su tripulación. Todos disfrazados.

Al llegar al palacio fueron recibidos por el gobernador quien también se creyó el engaño. Los dejó pasar para darles las bienvenida adecuada.

Él y sus soldados bajaron la guardia, ahí fue donde Koar y sus aliados sometieron a todos dejando el camino libre para tomar el palacio.

Cuando el gobernador se dió cuenta ya era demasiado tarde. Fue obligado a declarar la derrota, pedir la rendición de sus hombres que se veían superados con creces y a qué las banderas francesas ondearan en el palacio. Oficialmente la ciudad era territorio Francés.

Algunos soldados fueron tomados como prisioneros mientras que otros fueron expulsados de la ciudad en sus barcos. El plan había funcionado perfectamente.

Dada la victoria decidieron utilizar la estrategia contra sus enemigos ingleses. Los soldados cambiaron ahora los colores por los de esta nación.

Cuando estuvieron listos decidieron ejecutar el plan.

La nación inglesa contaba con más hombres y avaricia para controlar sus tierras. Hacerlos renunciar sería más difícil debido a su orgullo.

Aún así el plan funcionó bien. Los soldados así como la propia ciudad estaban tan desesperados y decaídos que no tenían tiempo para pensar en otra cosa ques victoria llegara pronto. Cuando vieron los barcos y las noticias de su victoria, no dudaron en creer aferrándose a esa esperanza.