La única persona que había estado ahí y salido para contarlo fue la capitana escarlata, quien tras una gran hazaña y con él sacrificio de sus compañeros, logró lo impensable.
Aquella acción había molestado aún más al Marqués pues era considerada como una muestra de debilidad. Por lo tanto, decidió fortalecer aún más su lugar.
Gastó todo lo que tenía, no le importa deshacerse de dichos recursos para salvar su honor.
Lo que nadie sabía porque había ocurrido recientemente, fue que él Marqués en su locura y deseo de venganza. Había conseguido derrocar al gobernaciones de Tortuga. Aquel que lo exhibió tras el saqueo de dicha ciudad.
El Marqués contaba con el apoyo de la milicia local ya que siempre fueron dirigidos por él. Los soldados se sentían más identificados con la personalidad de él y no con la del mismo gobernador, así que su apoyo fue sin dudar.
Tras esto, el Marqués había obtenido un poder mayor hablando de hombres, territorio y por supuesto recursos.
Pero había un problema mayor para él. La monarquía francesa se enteraría de tal golpe y tendría que tomar una decisión, apoyar al Marqués o enviar hombres para salvar al gobernador que había sido puesto ahí por el mismo rey de aquella nación.
Sabiendo eso, el Marqués tenía que hacer méritos para que se le apoyara. Su principal fuente para generarlos era atrapar a la mayor cantidad de piratas posibles. Con eso podía entregarlos al gobierno europeo y hacerles ver qué su ascenso era un acierto ya que sería el primero en lograr combatir contra ese veneno que los acechaba años atrás. Quedando como héroe y salvando el oro de la corona, lo respetarían.
Con dicha intención mandó a poner recompensas por las cabezas de los piratas más reconocidos del caribe. Dinero que pagaría el mismo a cualquier cazador que le ayudará en su plan.
Así amplió su ejército en las yeguas con mercenarios que cazaban piratas. Aquel océano se tiñó de rojo por las batallas. Ningún refugio pirata estaba a salvo, ninguna nave que no fuera del imperio francés o sus aliados podían navegar libremente, era todo un caos.
Sabiendo eso, Koar y sus aliados se decidieron a luchar aún más. Ya no había de otra para ser libres del Marqués.
El rumor de que el Navegante Negro y la capitana escarlata lucharían se expandió por todo el Caribe. Fueron iconos para los que se dedicaban a esa profesión. Se inspiraron al saber que dos leyendas de los yeguas se combinarían para luchar contra aquel que lo amezaba.
Con la marea a su favor, decidió unirse a ellos para enfrentar al Marqués. Navegaron hacia la fortaleza para reunirse ahí con las leyendas.
Para cuándo la tripulación de Koar se acercó a la isla, varios barcos piratas les esperaban para unirse, mientras que otros más venían en camino.
El Navegante Negro no sabía cómo tomar aquello, no quería ser él responsable de tantas vidas, pero al final reconoció el valor que ofrecían para la batalla y aceptó.
Convocó a una reunión con los capitanes de las tripulaciones aliadas. Dicha reunión era para acordar un plan como siempre lo había hecho. No se dejaría llevar por el impulso de ganar. Tenía que sacar sus más grandes virtudes que eran la creatividad y la estrategia.
En la reunión había cerca de 20 capitanes piratas, todos ellos con sus oficiales. En total había más de 3,000 piratas contra un ejército similar de soldados enemigos.
Los números estaban igualados pero la desventaja era asaltar una fortaleza tan bien preparada, ese lugar valía por cinco veces más el número de hombres. Era un gran problema. Aunado a qué los piratas no cocinan tácticas de guerra como los soldados, ellos era saqueadores, pero tenían un valor invaluable entre otras virtudes de las cuales sacarían provecho.
Koar no se dió tiempo de esperar a más aliados, consideró que la victoria no dependería del número si no de la eficacia y sorpresa, así que debía atacar inmediatamente.
La capitana escarlata estuvo en la reunión, aún estaba herida pero su presencia sirvió para aportar datos importantes, así como estrategia, y sobre todo una gran moral por lo que representaba.
La estrategia fue simple. Tenían que atacar a los soldados divididos, así sería más fácil aniquilarlos y entrar a la fortaleza.
Acordaron enviar ataques en cuatro direcciones diferentes de la isla.
Gracias a la información de Stephanie supieron que el lado más vulnerable era el este, debido a su condición montañosa, los soldados lo veían como una fortificación natural así que era necesario poner muchos hombres ahí.
Iría un barco al norte, uno al sur y otro al oeste para servir como distracción. Así los soldados tendrían que ir a esos puntos.
El resto de naves irían por el este, está sería la fuerza principal de ataque y la mayor sorpresa.
Una vez entendido el plan se puso en marcha. Los barcos zarparon al mismo tiempo para llegar a sus destinos.
Koar y todos sus hombres iban en la fuerza principal, aquella que atacaría por el este. Stephanie iba con él y ya no se le despegaba, ella le compartía la información para que él les ordenará a sus hombres. La pirata era la que ahora estaba ansiosa, estaba muy preocupado por sus compañeros, comenzaba a entender lo que Koar había sentido en esos meses por su familia, en especial que vió a su padre morir.
El navegante negro llevaba eso en mente, no olvidaba aquella estrategia pero lejos de decaerse, tomó ese sentir como fuerza para enfrentar la adversidad.
El momento de desembarcar llegó. Los únicos piratas en hacerlo serían los de la fuerza este. El resto al ser minoría se mantendrían a bordo lanzando cañonazos hacia sus enemigos. Su misión era distraer a cuántos pudieran y resistir hasta que el grupo de Koar se hiciera con la fortaleza y fueran a ayudarles.