Capitulo 24

El Navegante Negro había avanzado rápidamente por la mansión. Era tan grande que tardaron en recorrer gran parte de ella. Buscaron habitación por habitación al Marqués pero no solo se toparon con habitaciones llenas de lujos.

Siguieron subieron a gran velocidad hasta que llegaron al último piso. Los pasillos estaban rodeados por armaduras de caballeros, casa una con su escudo. La del final era la más grande y su escudo aún más llamativo, en el centro decir “Sir Eustass Brein alias el Marqués de Francia”

Ahí lograron saber el verdadero nombre de su enemigo así como su gran obsesión por ser reconocido.

Koar tuvo la sensación de que tras esa puerta estaba su enemigo. Alertó a sus compañeros y abrió las grandes puertas rojas con cuidado. Al hacerlo fueron recibidos con balazos. La guardia personal del Marqués estaba preparada para luchar.

Los piratas retrocedieron para ponerse a cubierto. Tenían que pensar una estrategia para llegar hasta el Marqués, no sería fácil pues los soldados iban a disparar en cuanto los vieran entrar.

Esta vez la encargada de la gran estrategia fue Sandra, llevaba en la sangre la creatividad como su hermano.

Le pidió a sus compañeros que se colocaran las armaduras que habían pasado antes. Quizás no eran impenetrables pero les ayudaría a llegar hasta los soldados acortando distancia y así empezar un combate cuerpo a cuerpo.

Al no haber más opciones los cuatro piratas decidieron hacerlo. Los primeros fueron Adwain y John mientras Sangra y Koar vigilaban, después de cambiaron de papeles.

Entrar en las armaduras no fue tan fácil como lo imaginaron pero al final lo hicieron. Caminar con ellas tampoco era algo tan sencillo, en especial para Sandra quien era la que menos fuerza tenían.

Se colocaron en posiciones para entrar, dos de cada lado. En cuando Koar dio la señal avanzaron cruzando las puertas. Las balas no hicieron esperar pero tampoco la sorpresa de los guardias al ver hombres con esas armaduras.

La habitación era grande pero había muchos muebles en ella, una mesa muy elegante, un estante con libros, sillas y estatuas. Eso hizo que el espacio para una batalla fuera muy reducido. Fue mucho más factible para los piratas alcanzar a sus enemigos. Se movían muy lentos lo cual hizo que los soldados tuvieran una mayor ventaja en el combate con espadas, pero la armadura seguía haciendo su trabajo.

Koar se quedó hasta atrás, quería ver si el Marqués ahí estaba. Con dificultad para ver debido a los movimientos de combate, pudo ver en el fondo de la habitación al Marqués, ahí estaba al fin su gran enemigo resguardandose. Estaba mirando por su ventana. Se veía todo el campo de batalla desde ahí. Piratas y soldados peleando fuera de la fortaleza. El mar también lograba verso, así como los barcos. Eso le hizo recordar a Koar todo el camino que habían recorrido para llegar hasta ahí, además de todo el daño que aquel hombre había hecho, incluida la muerte de su padre.

Con todo eso en mente Koar se llenó de coraje y se lanzó en contra de su enemigo. Los guardias trataron de detenerlo pero Adwain y John se interpusieron dejando el camino libre.

El capitán caminó rápidamente hasta él, lo vió distraído mirando la ventana así que quiso aprovechar, pero el sorprendido fue él. Sin mirarlo, el Marqués desenfundó su espada rápidamente y lanzó un corte hacia su cara, fue en la mejilla, ahí donde el casco no cubría.

Koar retrocedió adolorido, se tocó y sintió las gotas de sangre que corrían por su rostro.

En ese momento el Marqués volteó y se colocó en posición defensiva, estaba claro que era un experto en el combate. Su espada era delgada conocida cómo estoque era ideal para el esgrima, su táctica era la rapidez y no la fuerza.

La que Koar llevaba era un sable, este era más grande pero más lento pero con un solo ataque sería suficiente para cortar lo que se atravesara en su camino.

El combate comenzó, la mayoría de los ataques del Marqués eran acertados pero la armadura seguía haciendo su trabajo.

El pirata atacó con fuerza pero no podía dar golpes, su rival era muy hábil.

Con sus ataques, Koar estaba destruyendo los muebles y objetos que estaban a su alrededor. El cansancio se estaba haciendo notorio así como su frustración por no dar un solo golpe.

El Marqués se seguía moviendo rápidamente buscando un punto débil en la armadura y lo encontró. Justo en la pierna izquierda se había debilitado así que lanzó un jarrón fuertemente contra esa área. Cumplió su objetivo rompiendo la armadura, cuando se dió cuenta se lanzó con un giro para cortar la pierna de su rival.

La herida provocada fue muy profunda, cortó uno de los nervios lo cual le hizo ponerse de rodillas, no se podía levantar.

Viendo eso el Marqués se sintió con la ventaja y muy cerca de la victoria.

Caminó lentamente hacia él para rematarlo.

—Tú te metiste en mi camino.—Le dijo el Marqués con mucho coraje.—Estaba a punto de lograr el imperio que siempre soñé.—Le dió una patada en la cabeza para empujarlo.—Ahora vas a pagar lo que hiciste.

—El único que tiene algo que pagar eres tú.—Koar se quitó el casco para mostrar el rostro.—Tú te metiste con mi familia sin ningún motivo… y hoy me voy a vengar.

—El hijo de Sidgurd que logró escapar.—Comenzó a reír.—Mira en lo que acabaste. Hubiera Sido más beneficioso venderte como esclavo como a tu familia.—Lo miró con desprecio mientras se seguía burlando.—Tu padre debe estar retorciéndose en el infierno.

Esas palabras llegaron al interior de Koar quien no se pudo contener. Con todo ese coraje se levantó y se abalanzó sorpresivamente hacia el Marqués quien como reacción levantó su espada al estómago de Koar, pero él no le importó, se mantuvo firme hasta que lo agarró y empujó hacia las ventanas con tal fuerza que él Marqués salió volando cayendo desde una distancia muy alta. Al llegar al suelo, su encuentro con la muerte fue inminente.