La gran impostora

2. El primer acercamiento.

 El señor Prescott se quedó observándome un minuto en silencio y no puedo mentir, me sentía bastante inhibida cuando hacía eso. No estaba acostumbrada a que los hombres se me quedaran mirando y me cohibía demasiado si uno que me gustaba y al que aún no lograba superar lo hacía.

— ¿Entonces… ¿Tenemos un trato?— estiró su mano, esperando que yo la estrechase.

Asentí e hice lo que me pedía.

—Claro que lo tenemos—le sonreí.

—Perfecto. Sabía que podía contar contigo, además quien dice, tal vez si logramos resolver este caso  y los culpables terminan tras las rejas, tu puedes ser ascendida. Puede que haya un oficina que se muere por ser ocupada por ti— bromeó.

Lo miré sorprendida.

— ¿Lo hace?

—Me sorprende, Irwin—comenzó a decir— Que con lo buena que eres en tu trabajo, no creas que eres merecedora de un ascenso. Le has traído nada más que victorias a esta agencia, es lo menos que podríamos hacer por ti y tu ardua labor. Así que sí, claro que si las cosas salen bien, tú pasarás de ser una sencilla agente, y podrías convertirte en un subjefe.

Mi mente era incapaz de procesar todo aquello que él me había dicho. No podía entender que me tuviese en tan alta estima. Solía creer que yo no era más que un simple peón allí dentro, que se movía a su propio ritmo.

—Muchas gracias, señor. Por sus palabras y por tenerme en cuenta para esto.

—No tienes nada que agradecer, aunque déjame decirte que no será nada fácil. El señor Jones es conocido por ser un gran casanova, puede que en más de una ocasión quiera propasarse con usted, pero estoy seguro de que sabrá cómo ponerle un alto a su conducta, ¿o no?

—Por supuesto—afirmé— Espero que tantas horas aprendiendo defensa personal sirvan de algo.

—No tengo dudas de ello. Ahora—rebuscó dentro de la carpeta que había colocado frente a mí— Su trabajo comienza esta misma noche. El señor Jones dará un pequeño concierto en el bar irlandés “The four leaf clover”. Debes estar allí antes de las 10 de la noche— hizo una pausa— Y siento mucho decir esto, realmente me apena hacerlo, pero deberá usar algo… Llamativo. No sé si comprende lo que digo.

Frunció el ceño al imaginarme a mí misma vestida como una groupie desesperada por la atención de su estrella favorita.

—Cre… creo que sí— titubeé— Trataré de hacer lo mejor que pueda—le aseguré.

—Genial—asintió— ¿Alguna otra pregunta?

—Una sola—levanté mi dedo— ¿Cómo se supone que me acercaré a él?— inquirí.

—Pues… Tiene dos alternativas— buscó algo en su cajón y me entregó dos pedazos de papel— Puedes o bien hacerte pasar por una de sus fanáticas, que creo que no le cueste demasiado, ya que me aseguró que conoce su trabajo. O bien, puede hacer un profundo estudio del sujeto y ver que si puede hacer algo con lo que obtiene.

Pensé unos segundos en lo que me había dicho. Y decidí descartar rápidamente la opción de hacerme pasar por una de sus fans, teniendo en cuenta que podría hacer uso de su poder y aprovecharse de eso.

—Haré un estudio exhaustivo de este sujeto— respondí— Creo que es la mejor opción y la menos peligrosa de todas.

—Es una buena idea—sentenció— La espero aquí, mañana a primera hora para que me tenga al tanto de lo que ha obtenido.

—Aquí estaré – dije antes de pararme del asiento— No le fallaré—agregué a la vez que tomaba los documentos que me había entregado.

Prescott bajó la cabeza en modo de saludo y eso fue lo último que vi cuando desaparecí por la puerta.

Cuando estuve lo suficientemente lejos de su oficina, me di el  lujo de soltar la respiración que había estado aguantando desde que había cruzado aquella puerta. Era como si hubiese estado aguantando la respiración desde que había entrado a su despacho.

Y recién ahora estaba siendo consciente de lo que le había dicho que si.

— ¿Y?— preguntó Emmerson corriendo hacia donde estaba— ¿Qué ocurrió allí dentro?— miró su reloj— ¿Por qué te tuvo tanto tiempo allí?

Suspiré y moví mi cabeza en círculos en un intento para descontracturarla.

—Tengo un nuevo caso— respondí— Uno que parece ser bastante jugoso— meneé la carpeta frente a sus ojos— Debo investigar a una supuesta estrella de rock, que al parecer es aliado o esta sospechado de ser socio de un caza fortuna quien parece estar metido en asuntos turbios.

— ¿Asuntos turbios?—me miró confundido.

—Trata de blancas—afirmé.

Los ojos de Emmerson se abrieron como platos.

— ¿Qué sucede? – pregunté al ver que no decía nada al respecto.

—No creo que esto sea buena idea. ¿Y si te sucede algo? ¿Y si tú eres la próxima víctima?

Fruncí el ceño ante su preocupación exagerada.

—No dejes que esta cara de bebé— hice un círculo en mi rostro con mi dedo índice— Te engañe. ¿O acaso olvidas que soy cinturón negro?— atiné a golpearlo pero él se movió demasiado rápido, por lo que mi pie acabó golpeando con fuerza el suelo.

—De nada te servirá si él es más fuerte que tu— masculló— Pero en fin. ¿Quién es tu nueva víctima?

—Douglas Jones.

Su boca se abrió de par en par al oír esto.

— ¿Do… ¿Douglas Jones?— titubeó— ¿El vocalista de “Lompty Dumps”?. ¿La banda que te pedí durante meses que escucharas?

—Si…Supongo que estamos hablando de la misma persona— alcé los hombros— Esta noche debo conocerlo, dará un concierto en ese bar irlandés que está de moda—rebusqué en mis bolsillos el sobre con las entradas— ¿Te gustaría acompañarme? Puedes llevar a Phoebe.

Emmerson se mordió el labio y pude ver como sus ojos brillaban al imaginarse en el show de su banda favorita. Al parecer era realmente difícil conseguir una entrada para verlos, ya que estaban en su auge.

—Por supuesto— me arrebató el sobre— Phoebs enloquecerá al enterarse— afirmó y pude ver como luchaba para no dar pequeños brinquitos por todo el lugar.

—Bien, entonces los espero allí antes de las 10. Yo llevaré a Sophie.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.