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REGRESO
Ahora Asher le debía explicaciones al fiscal si deseaba tomar alguna decisión, así que pidió una reunión con él para notificarle que Hayat volvería a la mansión como parte de sus planes.
Se comunicó con Seren a través de un mensaje de texto solicitando la reunión, y en menos de diez minutos, inició la videollamada con Khalil Darwish.
El hombre parecía de mal humor. Su corbata estaba desajustada y sus cejas canosas estaban fruncidas.
A su lado se encontraba Seren, mordiéndose los labios con ansiedad.
Omer y Hayat estaban en la oficina de Asher también.
—¿Qué es lo que pretenden? —preguntó Khalil con reproche—. ¿Quieren dañar la operación con sus niñerías? ¿Creen que estamos jugando?
—No me hable de ese modo —replicó Asher con extrema seriedad—. Yo no trabajo para usted, trabajo con usted.
Khalil, apretó los dientes con disgusto.
—Hayat volverá hoy a la casa de su padre —continuó Asher, ignorando los reproches—, ella nos facilitará la entrada la noche del saqueo.
—¿Y cuál es la excusa? —preguntó con rigidez—. ¿Ella está contigo?
Asher le hizo una señal a Hayat para que arrastrara la silla y tomara asiento frente a la cámara junto a él.
—Buenas tardes, fiscal —le dijo Hayat, mientras se acomodaba los cabellos.
—Buenas tardes, hija —replicó, con una sonrisa amigable—. Tu ayuda y tu valentía han sido admirables.
Hayat asintió con la cabeza en señal de agradecimiento, y saludó a Seren con la mano, y esta le guiñó el ojo.
—Entonces, ¿cuál será la excusa para que vuelvas? —preguntó el fiscal de nuevo.
—Diré que estoy cansada y que ya no soporto a Asher y no quiero estar en la mansión Iskandar —explicó.
—¿Tu padre creerá eso?
—Haré que lo crea —aseguró.
—Entonces, ¿irás y le dirás a tu padre que ya no amas a tu esposo? —preguntó Seren, con la ceja alzada.
—Diré que quiero divorciarme —afirmó, Hayat—. Diré que desde que mataron a Murad, Asher ya no es como antes y que ya no puedo soportar más vivir así... También puedo decir que después de la muerte de mi bebé he odiado mucho la mansión Iskandar.
—Pero si haces eso, harás que la Pantera asesine a Asher —intervino Seren con preocupación.
—No lo hará hasta que no le entregue el plan —aseguró Khalil, conociendo muy bien a Musa.
Hubo un silencio, todos esperaban que Khalil dijese que había aceptado.
—Está bien —dijo el fiscal con tranquilidad—, pero nada de llamadas desde la mansión y borra todos los mensajes que escribas. Debes fingir muy bien todo.
—Lo hará bien —intervino Asher—. Si logró engañarme a mí, logrará hacerlo con su padre.
El fiscal chistó burlón, hecho que hizo que Asher entrecerrara los ojos con desagrado.
—Ahora, dame el plan —ordenó Khalil, ajustándose la corbata.
—¿El plan? —dijo Asher con una sonrisa hilarante—. Fiscal, creo que usted no me conoce bien, pero soy muy bueno negociando. Tengo casi la misma experiencia que usted.
—¿Qué quieres decir?
—No le daré el plan hasta que no me asegure y me explique detalladamente como pondrá a salvo a mi familia.
El fiscal soltó una bocanada de aire, e intentó mantener la calma. Se notaba que Asher no le agradaba para nada, pero el sentimiento era compartido.
—Sacaremos a tu hermana y a tu madre un día antes de la operación para que nadie sospeche de nada —explicó con rigidez—. Saldrán sin maletas para no llamar la atención y lo harán a través del distrito 2, allí le diremos a los puntos de seguridad que faciliten su salida y luego los pondremos a salvo en una casa secreta de protección de testigos.
—¿Y luego?
—Legalizaremos sus documentos, mientras elegimos donde se quedarán.
Omer se frotó las manos con evidente nerviosismo. Él también se encontraba en la oficina aunque fuera del lente de la cámara.
—¿Y qué pasará con mi hermano y Hayat?
—Como Hayat estará en la mansión ese día la sacaremos como detenida. —Jugó con su bolígrafo—. Y en cuanto a ti y a tu hermano... Estamos solicitando un cambio de identidad y protección por cooperación con el Estado, pero aún no recibo una respuesta precisa.
—Pero el fiscal trabaja arduamente en ello —aseguró Seren, advirtiendo el desagrado en las facciones de Khalil—. Haremos lo posible.
—Ahora, dime cuál es el plan —ordenó Khalil con rigidez.
—El día del saqueo toda la atención estará en los límites de La Guarida, nadie sospechará que entrarán a ella, así que esa misma noche, puede ser la intercepción.
—¿Y el plan es? —Alzó la ceja, ansioso.
—Les daré acceso a La Guarida mediante el túnel que mencioné antes —explicó con las manos entrelazadas—. Imprimí todos los planos y las vías subterráneas de la ciudad, también tengo todos los atajos para llegar a la mansión de la Pantera.
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Editado: 19.10.2024