La Guerra de Ángeles

4. Aventura

Henry sonrió al mirarme algo preocupada por mi sangre saliendo de mis ojos para luego informarme que era "normal" ¿para qué clase de bicho raro era normal que salieran gotas de sangre cuando lloraba? A esperen para él si era normal, yo jamás había llorado lágrimas rojas, pero Henry me dio toda una explicación científica. No era lógica pero era la pura verdad. Él solo dijo:

—Lloramos sangre porque esta ciudad está llena de un polvo en el aire llamado prízgene, hecho con unos elementos de tierra y piedritas microscópicas, totalmente desconocido por cualquier ser humano en la Tierra. Es conocido en toda la ciudad de Shadow.

Explicó que el polvo prízgene se encontraba en todo el aire, no era dañino para nosotros. Todo lo contrario eso nos ayudaba a obtener poderes, a poder sentirnos bien, a purificarnos todo por adentro tanto para los ángeles del bien como del mal. Este aire tenía sus desventajas porque un humano jamás podría inhalar el aire con prízgene, este aire si era dañino logrando incluso la muerte para los humanos.

Me encontraba completamente cansada, débil, no me sentía bien, no quería decirle nada a Henry porque seguro me iba a hacer tomar sangre, por más rica que fuera me daba miedo de volverme adicta a eso. Henry con solo mirarme me obligó a tomar.

—Tenes que beber sangre si no vas a debilitarme —indicó que no me preocupara por nada.

Al principio era normal tener un poco de adicción a ella aunque uno después se acostumbraba, pudiendo ingerir otros alimentos como un ser humano pero al mismo tiempo tomando sangre, explicó. Si uno ingiere los alimentos antes sin tomar sangre corre riesgos de tener una enfermedad llamada pílus en donde cada vez el estomago se va cerrando no teniendo nada de hambre, tus defensas van bajando al mismo tiempo, te pones pálida, vas perdiendo peso, hasta morir.

—¿Cómo sabes todo eso? —pregunté algo curiosa.

—Muchos en el lugar donde vivías van a colegios y universidades. Acá es diferente —aclaró el chico.

Henry había explicado algo muy interesante. Cuando uno de los integrantes de nuestra familia muere, la persona libera su alma que es invisible, llena de energía acompañada de todos los conocimientos, aquella alma va a parar a los cuerpos de los bebes que recién nacen; en otras palabras cuando un familiar muere otro familiar está naciendo. Esto para nosotros es un gran beneficio porque a medida que vas creciendo, encontramos respuestas a nuestras propias preguntas logrando desarrollarnos y madurar. El secreto de todo es concentrarse.

Henry luego de explicarme se fue dejándome con dudas ¿yo de qué familiar había obtenido mi alma? me hubiera gustado conocer en persona al familiar que murió. Después de haber encontrado respuestas a mis preguntas logré entender mis pesadillas, ¿dónde podía encontrar los objetos? Fui hacia la habitación en busca de ayuda de Diana, llevó varios minutos pensar lo que hacer. Diana se veía muy concentrada viendo un libro algo viejo de color verde, con las hojas todas viejas, tenía un olor a humedad, lo había encontrado dentro del baúl de mi habitación entre todas aquellas cosas de pintura, donde logramos encontrar un hechizo, para recordar dónde se encontraba el objeto.

Mente negra e insaciable 
Ayúdame a recordar
Lo que creo inolvidable
Muestra mis recuerdos.

Unas cuantas veces logramos repetir ese hechizo, resultó, al terminar de decirlo las 3 veces como lo indicaba el libro de hechizos se escucharon unos ruidos desde el pasadizo secreto. Ahí recordé, el objeto se encontraba en ese lugar. Dejé a Diana en la habitación dirigiéndome al jardín, mirando para todos lados, luego entré en ese mismo momento, deseé tener un encendedor, por una luz brillante logré ver un pasillo. Las paredes estaban hechas de piedra, cada vez se hacía más y más claro hasta llegar a una cosa que brillaba mucho; se encontraba en la pared, era celeste, me acerqué, lo agarré entre mis manos con mucho cuidado. Estaba segura, era el primer objeto, tal cual como el de mi sueño.

Comencé a escuchar la voz de mi mamá llamándome, indicándome que había encontrado el primer objeto. Pero estaba en un gran problema, la puerta se había cerrado, no sabía cómo salir, ella me aclaró que solo tenía que concentrarme. Cerré mis ojos con la mayor creencia de que podía abrir la puerta, con la confianza y energía suficiente dije <<¡ábrete!>>, pero nada pasó, tomé mayor volumen e intensidad, logrando concentrarme del todo, me paré firme frente a la puerta repitiendo la misma palabra nuevamente; por arte de magia se abrió una puerta permitiéndome salir de ahí.

Al cerrarse la puerta, Henry se encontraba detrás de mí, por suerte no se había dado cuenta que había entrado al pasadizo. Él solo confesó que quería estar conmigo, no quería dejarme sola. Hacía un poco de frío así que él me ofreció ir a su cuarto para buscar una manta, con mucha intriga de saber cómo era su cuarto lo acompañé; la habitación era muy grande, hermosa, no tenía ventana me llamó la atención, me explicó que de día no le gustaba el sol, entonces puso ladrillos en la ventana. Agarré la manta, se encontraba en la cama, él me tomó de la cintura, recostándome entre las sabanas frías y susurrándome al oído:

—Dentro de poco vamos a estar en esta cama —dijo con un tono picante y fogoso—. Amo todo de vos, tu ángel de luz hasta el ángel oscuro, sos hermosa de las dos formas —dijo Hen en una voz ronca. En mi provocó las ganas de besarlo intensamente.

—Que lindo escucharte decir eso —susurré en su oído derecho.

—Si tenes que elegir a uno de los dos ángeles ¿cuál sería?

—No me puedo decidir porque el ángel oscuro, es peligroso fuerte pero el ángel de la paz es tranquilo y apasionado, son diferentes pero me gustan los dos.

Estuvimos hablando un rato, tapados con la manta, sentados en el jardín, me enteré que tenía 19 años, un año más que yo. Tenía ganas de salir del castillo, era tarde para mí pero no para Henry aunque tenía la energía suficiente para quedarme despierta. Me cambié con un vestido negro en donde resaltaban mis ojos verdes y mi pelo ¿Celeste? era raro ver mechas celestes, <<¡pelo celeste!>>, me mire al espejo algo extrañada y no me quedaba mal. Me encaminé hacia Henry, él estaba mirándome boquiabierto para luego hacerme el cumplido de que me quedaba bien.  Nos dirigíamos al bosque en busca de una aventura, pensamos en trepar un muro del castillo <<va a ser más divertido cómo más aventurero>> pensé.




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