La Guerra de Ángeles

13. ¿Zac?

Escuché su voz detrás de mí, era algo grave, dulce al mismo tiempo. Volteé hacia mis espaldas, desperté del sueño sobresaltada. Me encontraba con mi esposo diciéndome buenos días, despertándome con besos dulces por el cuello, él se quejó diciéndome las mismas palabras que en el sueño, inmediatamente salí corriendo para la ventana; se veía una sombra, estaba viviendo mi sueño pero en la realidad.
 


 

Salí al jardín en busca de la persona, el falso zorro, no sabía quién era pero estaba por averiguarlo. Tal cual como en el sueño una voz grave pero dulce dijo:— Hola linda. Me di vuelta para encontrarme frente a frente con la persona que jamás iba a pensar ver en Shadow Zac, el chico de ojos marrones, apuesto para cualquier chica, el chico popular del que todas se enamoraban, incluyéndome, aunque siempre fuimos mejores amigos.
 


 

Toda la vida desde chiquitos habíamos ido a la escuela juntos, comenzamos a ser mejores amigos; estuvo para mí, me ayudó en todo, fue muy bueno conmigo y jamás tuve la oportunidad de agradecérselo o de siquiera decirle que me gustaba mucho.
 


 

Tenía tantas preguntas por ejemplo ¿cómo hizo para encontrarme?, ¿cómo hizo para no hacerse polvo?, ¿acaso era una criatura mágica como un ángel o un vampiro?, ¿él era con el que me había dado el beso? Tenía tantas preguntas que me daban miedo de preguntar.
 


 

—¿Sos ángel, vampiro que sos? 
 


 

Pregunté no entendiendo mucho lo que quería Zac, trabajando de jardinero. Él tenía una cara sonriente como siempre, la verdad era muy contagiosa.
 


 

—Sentate, yo te voy a explicar todo —expresó mi mejor amigo de la infancia.
 


 

—¿Por qué me besaste? 
 


 

Pregunté insegura de lo que él iba a responderme, seguro lo iba a negar pero si metía trampas en mis preguntas, en algún momento iba a pisar el palito.
 


 

—¿Cómo sabes que era yo? —sorprendido ante mi pregunta directa.
 


 

—No estaba muy segura si habías sido vos, pero lo acabo de confirmar —sonreí.
 


 

—¡Mierda! —exclamó Zac.
 


 

Al ser la elegida, tenía que protegerme, entendí que estaba para cuidarme a pedidos de mi mamá. Eso quería decir, Zac era un ángel de la paz, quedamos hablando un rato de muchas cosas, aproveché para agradecerle la rosa. No estaba muy segura de lo que me estaba protegiendo pero me lo confirmó con sus nombres Henry y Des. 
 


 

Estuvimos hablando también de las chicas que se enamoraban y para conquistarlo movían su pelo, lo acariciaban, también se hacían las lindas. Zac me daba mucha risa, cuando imitaba a las chicas que no paraban de mirarlo. Me comentó que una vez estaba en gimnasia, como tenía calor se sacó la remera y una chica lo vio; al rato se desmayó, en vez de gritar, reí ante su comentario. Luego admitió que había una chica, le gustaba mucho, eso no me agradaba. Si bien estaba casada las cosas que sentía por Zac no se habían ido, ese beso lo tenía tan conmigo. Con respecto a la chica del beso, ella estaba de novia; estaba por matar a la chica esa, lo hacía sufrir, podía notar en sus ojos ese dolor y tristeza mezclado con celos y rabia por alguien o por algo.
 


 

—Vos sos esa chica, mi ángel linda y hermosa. Te quiero mucho espero que puedas entenderme.
 


 

Sin darme cuenta después de decirme lo que me dijo me encontraba besándolo como loca. Él seguía mi beso, lo estábamos disfrutando. Yo me encontraba más confundida, no sabía lo que pensar o cómo reaccionar, paré el beso. Él parecía que se estaba acercando para darme otro beso pero lo paré, Zac asintió entendiendo que estaba casada, me fui corriendo rápidamente.
 


 

—¿Qué hacías hablando con el jardinero? —preguntó mi esposo curioso, sin sospechar nada.
 


 

Inmediatamente cuando el ángel de la oscuridad me hizo esa pregunta me concentré para bloquear mi mente; así no podía escuchar mis pensamientos, le inventé una excusa sobre que estaba preguntándole el nombre de una flor que me llamaba la atención. Ni bien terminé de hablar con Henry, fui junto con Zac; nadie podía enterarse de quién era él realmente, todos pensaban que era un ángel oscuro y debía seguir así o al menos por un tiempo.
 


 

—Zac cuando estaba en el colegio, me gustabas demasiado, si te sirve de algo.
 


Parecía que estaba disfrutando lo que le había dicho y al mismo tiempo lo estaba procesando ¿acaso era tonta? No controlaba lo que decía pero era lo que sentía.
 


 

—Me sirve mucho —respondió él.
 


 

—¿Todavía seguís usando el collar que te regalé?
 


 

Preguntó fulminándome con la mirada; sacando su collar, era la mitad de un corazón y decía Tessa; el mío decía Zac. Los dos unimos la parte del corazón.
 


 

Justo en el momento en el que yo estaba con Zac; Henry regresó, me vio, comenzó a hablar un poco con el jardinero sobre las flores de adelante para luego retirarnos juntos y besarme detrás de un árbol, justo estaba Zac mirándonos, me daba cosa besarme con mi esposo frente al jardinero.
 


 

Junto con el ángel de la oscuridad que ahora también era mi esposo; fuimos hacia el cuarto, donde lo agarré del cuello, lo acerqué más a mí, cerré la puerta con llave, saqué su remera que tenía puesta. Mi chico de la oscuridad ponía sus manos bajo mi remera, acariciándome los pezones duros, me estremecí por el contacto suave de su mano contra mi piel, comenzó a quitarme la remera y a succionar el pezón, se sentía bastante placentero, cerré mis ojos. Acerqué mi mano a su bulto, quitamos nuestros pantalones lo más rápido posible. Se acercó más a mi provocando la caída de ambos en la cama. Él arriba mío y yo abajo, comencé a acariciar sus rulos mientras con la otra mano acariciaba sus hoyuelos tan hermosos de su hermoso rostro, acaricié con mi dedo por arriba de su bóxer. Hen largó un gemido, hizo algo con las piernas, en un cerrar y abrir de ojos yo estaba arriba de él. Él se levantó, me agarró por la cintura y dijo:
 




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