La historia

"Amelia no podía olvidar lo que Carlos le había dicho ese día. Unas palabras que a simple vista podrían parecer insignificantes..."

El amor parecía ser tan bonito para Carlos y Amelia... Es una lástima que no fuera para todos así. Carlos estaba enamorado de Amelia, y Amelia lo estaba de Carlos. Eran el uno para el otro...

— No, no lo eran —taché algunas palabras que había escrito y empecé a escribir otras diferentes.

"Carlos miró a Amelia y le dijo: "Dime que estás bromeando". Amelia negó estar bromeando. Él parecía cada vez más molesto: "Creo que deberíamos dejar de hablar por un tiempo". Amelia estaba confundida por las palabras de Carlos, no lograba comprender la situación".

— Vaya, esa historia parece muy intensa —escuché una voz y me eché en la mesa escondiendo la cara en mis brazos. Pensé que ya estaba hasta empezando a escuchar voces—. ¿He dicho algo que te haya molestado? Perdón si es así, no era mi intención.

Levanté mi cabeza y, delante de mí, vi a una chica de ojos marrones y cabello rubio que le llegaba hasta los hombros. Parecía sorprendida.

— Hola... Lo siento. Es decir, no me has molestado ni nada. Solo pensaba que me estaba volviendo loca o algo. No, no loca, pero... —respondí nerviosa.

— No te preocupes, supongo que no me esperabas —sonrió—. Igualmente no debería de haber leído lo que estabas escribiendo, pero parecías estar escribiendo de manera tan intensa que no pude evitarlo. Aquí tienes. 

Aquella chica colocó en mi mesa el helado que había pedido hace unos minutos. Aparentemente, era una trabajadora de la heladería a la que me había acostumbrado a ir desde hace unas semanas, aunque era la primera vez que la veía allí. Afortunadamente, no sería la última vez que la vería.