Prologo.

Tiempo:

10:16 am, 6 de febrero de 1432.

Lugar:

Taberna, Pueblo de Askachar, Sector uno, Continente Ranmer:

El viento soplaba levemente y la arena estaba revoloteando alrededor de un pequeño tornado que se había formado. La arena se introducía por las chancletas de Luxon, un anciano tenía unos sesenta años cara un poco arrugada, bastante conservada para sus años. Piel blanca y ojos marrones pequeños puntos de su barba estaban creciendo en su rostro. Tenía una túnica bordo junto con su capucha, debajo llevaba una ropas harapientas parecían haber tenido años de duro trabajo en su hombro viajaba una cabeza ovalada y cortada por la mitad sus ojos resplandecian de color celeste cuando hablaba, su cuello era un fino cilindro de metal, al igual que su cara su cuerpo era un piramide pequeña (Más que su cabeza) tenía dos ruedas para desplazarse y de la piramide salian dos brazos de metal que terminaban en dos pinzas.

—RJ te parece si buscamos allí —expresó Luxon, señalando una casa hecha de barro. Tenía muchos caballos afuera. Debe de haber mucha gente, pensó el anciano.

—Permiso concedido, vamos para la cueva de barro —contestó RJ45.

Los dos compañeros abrieron la cortina de entrada, había algunas mesas dispuestas y a una derecha una pequeña barra de madera, tres tipos estaban apoyados en aquella barra. Luxon se acercó a ellos.

El cantinero tenía un mameluco blanco era el doble de grande que Luxon y también más alto. Unos cortes en la parte izquierda de su cara, tal vez arañazos de algún lobo.

—¿Qué quiere tomar? —preguntó el cantinero.

RJ45 se escondió debajo de la túnica de Luxon.

 —Algo que no embrague tanto es la primera vez que vengo por este sector…

—Entonces un poco de Cardejigi te será tranquilo —contestó el cantinero, dando media vuelta y tomando botellas y juntandolas—, ¿De que sector vienes compañero?

—Del sector cuatro, está un poco lejos. Ando buscando a mi nieto, ¿Sabes donde queda una casa de madera con un puerto?

—Estás lejos de casa anciano. ¿Llevas contigo dinero? ¿Piedras del sector uno?

—No. Llevo algunas piedras del sector dos y tres.

Luxon sacó de su bolsillo piedras comunes, chatas como discos que llevaban los números dos y tres en su base. Pocas personas podían llevar piedras consigo, por lo usual eran usadas por la realeza, como la mayoría de personas no sabía contar, se comercializaba con trueques.

—No te quedes mucho tiempo aquí dentro —aconsejó el cantinero tomando dos piedras del sector dos—, la casa que buscas está a un par de horas de aquí, el sol ya está saliendo y es mejor que te resguardes. Las temperaturas suelen ser altas… anciano. 

—De acuerdo —accedió Luxon. Acto seguido le dió un sorbo a su bebida, la cuál escupió al siguiente segundo. Esto es horrible, más feo que lo que nos daba lord Vilurian los primeros años, pensó el anciano.

—Es un poco fuerte para extranjeros —dijo riendo el cantinero, en ese momento un par de hombres agarraron al anciano por el hombro.

El cantinero se quedó callado.

—¿Tienes permiso para estar en el pueblo? —preguntó uno de ellos.

—Permiso, creo que ninguno —contestó Luxon.

—¿Te crees inteligente hombre de alta edad? —dijo el otro hombre.

En ese momento RJ45 salió de debajo de la túnica de Luxon, realizando un pequeña pero contundente descarga eléctrica en los pies de ambos hombres. RJ-45 se volvió a esconder por dentro de la túnica. Uno de los hombres gemía a duras penas.

—Es un brujo, sacó rayos de sus piernas. ¡Un brujo!

Luxon se rió.

—Descuiden, creo que ya ha bebido demasiado —vociferó Luxon para todos los allí presentes. Todos continuaron comiendo y bebiendo, sin prestar atención.

Luxon y RJ45 salieron de la taberna de barro y se dirigieron a su primer destino.

—¿Quién es el primero Luxon? —preguntó RJ45.

—RJ ya te lo he dicho treinta veces en una semana, Amvaquar es el primero de los muchachos.

—Amvaquar, lo tengo.

No tiene caso dentro de un par de horas volverá a preguntárselo, ¿Por qué tuve que venir con un compañero tan incompetente? Se preguntó dentro de su mente el anciano Luxon.