La hermandad de Delrich - Máleran 2 | libro 2.

Parte 15: Venganza y alcohol.

Tiempo:

6:56 pm, 13 de agosto de 1432.

Lugar:

Océano de Taff.

 

—Ya estoy cansado de ver mar y mar y más agua —se quejó Nailuj mientras cerraba nuevamente sus ojos y colocaba sus dos manos sobre su cabeza con sus dedos totalmente extendidos para mayor alcance de sus poderes. Esta vez solamente tuvo que inhalar y exhalar una vez para que su oído dejará de captar ruidos externos, un aura blanca de una figura que se encontraba sentada se presentó ante él. Era el aura de Elaisa, el chico de flequillo negro logró disipar el aura de su amiga otra imagen se proyecto como si de una pelicula o un sueño se tratase, pero Nailuj sabía que estaba a punto de entrar en una de sus caracteristicas visiones.

—Sí —contestó de repente, en voz tan baja que solo él se pudo escuchar. A través de sus visiones había visto que Elaisa acudía a él para preguntarle acerca de una línea de un diálogo. En ese momento Elaisa se estaba levantando e iba hacia donde se encontraba Nailuj—. Sí —volvió a contestar el muchacho.

—Pero si no sabes que voy a decir —contestó la chica de prensa verde al escuchar la contestación de Nailuj.

—Me ibas a preguntar si aquella línea de diálogo está bien, ¿No es así? —afirmó Nailuj. Todavía no lo sé, mis premoniciones todavía no son muy exactas, pero al menos las controlo, pensó contestando a la pregunta que aún Elaisa no había generado.

—Tus poderes me están empezando a dar miedo, pero estás en lo correcto —contestó Elaisa—. ¿Durante cuánto tiempo puedes mantener esas pequeñas premoniciones?

El chico de flequillo negro repitió sus pensamientos.

—Aún así ya es un avance muy grande Nail —contestó la chica mientras terminaba de bordar una de las orejas de uno de los osos. Nailuj abrió los ojos y quitó sus manos de su cabeza.

—Aún le temo a Las Buscadoras, ¿Y si no es suficiente para prevenir sus movimientos?

—Lo haremos bien Nail, ya verás que ellas no aparecerán en Delrich. 

—Puede ser una posibilidad, ojalá que no haya muchas cosas terribles en Delrich —contestó Nailuj soltando un suspiro.

—O también puede haber aliados que nos ayuden a encontrar las ruinas de la ciudad —añadió Elaisa.

—Realmente eres muy positiva en todo, ¿No es así?

—Siempre tengo que ser positiva.

El chico de flequillo se levantó y se dirigió a su camarote mientras pasaba pudo ver como Nedra estaba entrenando su velocidad.

—Con todo respeto Nedra —soltó Zacarias que estaba apoyado contra uno de los barandales del barco—. A pesar de que estás entrenando más duro, no veo que tu velocidad mejore, ¿Luxon te explicó algo?

Nedra seguía concentrado en su muñeco de madera dando vueltas a su alrededor e intentando atinar a los puntos de articulación, era muy complicado por los vaivenes del barco, pero hacia lo que podía, eso le frustraba. Soltó un grito y se dejó caer al suelo acostándose en la fresca madera, miró hacia un costado y pudo ver como el sol ya se estaba ocultando y el atardecer naranja desaparecía. Estaba muy agitado y cansado, para que no, había estado practicando durante más de una hora. Zacarias cerró sus ojos y llevó sus dedos frente a su estómago poniéndolos como si fueran una pinza disipó todos los sonidos sin necesidad de inhalar y exhalar. 

El aura de Nedra se hizo presente frente a su vista totalmente negra y pudo observar que su aura era de color gris oscura, el gran monje soltó un prolongado suspiro, Nedra abrió uno de sus ojos y miró a su compañero de tragos, este solamente se limitó a revolver sus pupilas en tono de desaprobación ya sabía lo que Zacarias había hecho.

—¿Me dirás algo? ¿Mi aura ya está en negro? ¿Ya me puedo morir? —preguntó Nedra.

Zacarias soltó una risa. 

—Todavía vas a vivir Nedra, ¿Y sabes la respuesta?

—¿Qué respuesta? Lo siento no te escuché estaba concentrado en mi objetivo.

—Se nota —contestó el monje, cortante. — Que si Luxon te explicó algo acerca de porqué no mejora tu velocidad. 

—Oh eso, no es culpa de que no me esfuerce, lo puedes ver —dijo señalando con la vista al muñeco que él mismo Zacarias le había hecho, el muñeco a pesar de que era de madera parecía que fuera de algodón por los múltiples pozos que tenía en sus articulaciones, con la forma de los dedos del chico de cabello rubio—. Es solamente que estás manos, no funcionan muy bien. 

Zacarias vio que las manos de su compañero tenían numerosos cortes, la dejó extendidas, pero no podían dejar de moverse por más que lo intentara.

—Los médicos de la prisión de Grieta —comenzó diciendo Nedra—, si es que se le puede llamar médicos, más bien parecían unos carniceros como curaban las heridas de otros reclusos. Terminaban peor que antes… El punto es que el líder de la prisión estaba al tanto de mis habilidades y sabían que provenían de mis manos, así que el último día que estuve allí, a lo mejor fueron los últimos dos, realmente no recuerdo. El tiempo pasa muy raro cuando estás en prisión.

Los médicos de allí investigaron mis poderes, o más bien de dónde provenían. Así fue como me dejaron prácticamente con estos problemas en mis manos, ahora me cuesta mucho más atinarle a los puntos de articulaciones, aunque Luxon me haya enseñado, que curioso —dijo Nedra haciendo una pequeña pausa—, cuando por fin obtengo más poder o la llave para conseguir más… me cuesta dejar estas manos quietas. 



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En el texto hay: poderes, poderes y fantasia, trauma infancia

Editado: 28.10.2022

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