La hermandad de Delrich - Máleran 2 | libro 2.

Parte 17: Bitácora.

Tiempo:

12:16 pm, 11 de septiembre de 1432.

Lugar:

Playa costera, Parte Este, Continente Delrich.

 

A duras penas Makkia logró arrastrar tirando de la camisa a Amvaquar a través del océano de Oyro, la olas no les dejaban ver su destino. Los años de experiencia nadando aquellas largas piletas en los baños del castillo del rey del Sector Seis habían parecido servir de algo, la Alidaria daba grandes brazadas a pesar de que sus brazos no eran extensos, el picar del mar no era desventaja para su majestad y mucho menos cargar con un cuerpo del doble de peso, después de todo estaba debajo del agua y todo parecía más liviano allí dentro.

Mientras sacaba afuera su cabeza del agua pudo divisar la costa del continente Delrich, luego de haber hecho un par de metros, decidió sacarse su vestido, era un peso con el cual no merecía cargar. Desprendió su vestido gris el cuál cayó hacia el fondo del mar como si fuera un roca, puso a Amvaquar en su espalda y comenzó a desatar su corset, realmente en esos momentos le dió miles de gracias al dios Narelam por saber como quitarse uno sin ayuda de nadie más, todo gracias a los pedidos de su aya Bahaz por que aprendiera. Nadó a través de otras cinco olas que la hicieron volverse al menos cinco metros de distancia, con cada brazada que ponía sobre el agua parecía que menos avanzaba o que el continente Delrich se movía por sí solo, pero no era así, luego de quince minutos luchar contra las olas y corrientes (mínimas) pero al fin y al cabo no le eran de mucha ayuda, pudo pisar tierra firme.

Se paró sobre la playa y tiró del cuello de la camisa del muchacho, comenzó a presionar con sus manos sobre su pecho pero no lograba reaccionar, lo hizo nuevamente y nada, se acercó para sentir su corazón y por suerte todavía estaba latiendo. Se corrió su cabello y le dió respiración boca a boca, tapando su nariz, repitió las mismas dos maniobras, Amvaquar no respondía. Volvió a realizar las mismas maniobras pero en orden diferente, y por fin el chico pescador logró toser y sacar el agua de sus pulmones, se giró por sí mismo y quedó mirando hacia la fina arena de aquel lugar aún escupiendo agua. Makkia lo abrazó. 

—No puedo creer que estés bien —dijo la Alidaria abrazando con más fuerza la espalda de Amvaquar, el chico se giró y Makkia continuó abrazándolo. Hasta que por fin lo soltó, Amvaquar parecía estar sofocado, no solo por el fuerte abrazo de Makkia sino porque su garganta todavía estaba escupiendo el agua, los dos se levantaron mirando hacia el mar. El barco parecía ser una diminuta mancha entre tanto azul y celeste, y parecía que se iba alejando más y más. 

—No entiendo porque se alejan —dijo Makkia.

—No es que no pueda llegar hasta aquí —el chico pescador tosió expulsando el agua salada de su cuerpo, por fin se recuperó y dejó de apoyar sus manos en las piernas para escupir hacia la arena, alzó la vista y señaló con su dedo hacia el costado del mar, Makkia siguió con la vista hacia donde estaba apuntando Amvaquar y pudo ver por qué lo decía. Una corriente salía desde el costado de la playa, parecía estar a varios kilómetros, pero igual la presión que demostraba tener era abrumadora.

—Esa es una de las corrientes que Luxon nos dijo el barco debe estar siendo arrastrado mar adentro a culpa de eso, debemos seguir hacia la corriente y ver la manera de cruzar —dijo Amvaquar comenzando a caminar por el costado de la playa, se detuvo al ver que Makkia no le seguía el paso, se giró y vió a la Alidaria simplemente vestida con su enagua y bolso marrón, Amvaquar se sintió incómodo e inmediatamente desvió su mirada hacia algunos de los árboles que se encontraban más adentro de Delrich.

Su cara se puso roja, jamás he visto a una mujer debajo de su vestido, pensó el muchacho ruborizándose aún más, el sudor se hizo presente hasta en su frente. Acabo de salir del helado mar, debería tener frío. ¿Por qué siento calor? Se preguntó dentro de su mente retóricamente, estaba claro que sabía porque estaba sudado de esa manera.

Makkia por fin de dió cuenta al ver la cara de Amvaquar y se intentó cubrir con sus dos manos dándose vuelta en el instante, ¿Qué hago? ¿Y si intento recuperar mi vestido? Pensó la Alidaria caminando otra vez hacia el agua, luego de dar unos pasos recapacitó. ¿Qué estoy haciendo? ¿De verdad voy a volver al mar para buscar mi vestido? Por Narelam, ¡Sería como buscar vida inteligente en Delrich!

Buscó y rebuscó en su pequeña bolsa marrón pero no encontró el objeto que buscaba.

—¿Qué estás buscando? —preguntó Amvaquar sin mirar a la chica. 

—Algo filoso —contestó esta.

—¿Una piedra? 

—No, no. No creo que sirva —dijo Makkia e inmediatamente cortó con sus manos parte de su prenda de vestir más concretamente la parte inferior dejando al descubierto hasta sus tobillos, hizo dos huecos en aquella tela y se la colocó en los hombros para cubrirlos—. ¿Vas a quedarte allí parado o vas a caminar Amva? ¿Y vas pasar todo el trayecto sin mirarme? Digo para hacerme la idea. 

Amvaquar aligeró el paso y alcanzó a Makkia, aún no podía ver a la chica de pelo negro y desvinado su mirada hacia las grandes plantas, altos pastizales e inmensos árboles. 

—¿Tú crees que nos buscarán? —preguntó Amvaquar, ¿Por qué estoy tan nervioso? Pensó e inmediatamente bufó.



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En el texto hay: poderes, poderes y fantasia, trauma infancia

Editado: 28.10.2022

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