La hermandad de Delrich - Máleran 2 | libro 2.

Parte 22: Comprensión y superación.

Tiempo: 

4:36 pm, 20 de septiembre de 1432.

Lugar:

Aldea de los Wolonchis, Parte Sur, Continente Delrich.

 

La Hermandad de Delrich estaba nuevamente reunida.

Elaisa y Nailuj habían llegado.

Se habían bajado de Rusi y Uki, corrieron hasta dónde se encontraban los demás. 

—Nail, quédate aquí —dijo Elaisa quién se había quedado un par de pasos detrás de su hermano y había cerrado sus ojos, el aura de Nailuj se manifestó frente a su vista totalmente oscura, efectivamente era de color gris clara—. Has usado gran cantidad de energía —volvió a repetir como si Nailuj ni siquiera la hubiera oído.

—Que ya te he escuchado Elaisa —contestó de mala gana el preadolescente—, pero quiero ayudar a los demás. 

—Si sigues así, no podrás sobrevivir —dijo con un suspiro mientras se reunían con los demás—. Pero está bien, respeto tu decisión.

Los seis estaban frente a La Buscadora, la pequeña caminó unos pasos hacia atrás haciéndolo con cierta gracia, como si estuviera jugando, mientras sus pies se iban elevando con cada paso, intentando ponerse en punta de pies.

Cuando se encontró a cierta distancia de los seis se quedó totalmente quieta con sus dos dedos más grandes de cada pie posado sobre el suelo, los demás estaban sobre el aire y su pie parecía otra extensión de su pierna en un ángulo totalmente recto. 

Amvaquar dejó de mirar a La Buscadora, solamente necesito un cruce de miradas con Elaisa para que ella hiciera guardia, el chico pescador desvió su mirada hacia Nedra. 

—¿Qué te ha hecho hermano? —preguntó Amvaquar. 

—Me ha torturado, diciéndome que me cortaría los dedos si no le decía donde estaban las llaves —contestó Nedra intentando contener sus lágrimas de dolor físico, Amvaquar miró la mano de Nedra, el dedo índice y anular habían sido revanados por completo en un corte tan perfecto que parecía haber sido efectuado por la hoja de una espada y alguien con una fuerza y práctica increíble, Makkia se cortó la mitad de su pantalón y pronto comenzó a vendar como pudo la mano de Nedra quién no dejaba de perder sangre. Nailuj corrió hacia Zacarias, estaba consciente afortunadamente, solamente tenía un golpe en su nuca y estaba sangrando. Los Wolonchis lo habían ayudado y estaban tapando la herida con sus hojas y un brebaje que ponían rápidamente.

—¿De qué llaves está hablando? —preguntó Elaisa sin dejar de mirar a La Buscadora. 

—Es que no tengo idea —contestó Nedra— no se de que llaves me estaba hablando, ¡Qué me ha cortado dos putos dedos Elaisa, te aseguro que si supiera de que Espíritus me estás hablando habría hablado! —el chico de cabello rubio se ayudó con el hombro de Makkia para levantarse, en ese momento llegaron Nailuj y Zacarias. 

—¿Qué haces Nedra? —preguntó Amvaquar cuando vió que su hermano se estaba levantando. 

—También voy a pelear, es mi culpa que estemos en ésta situación. Nunca tendría que haber intentado detener a La Buscadora de una forma pacífica —expresó Nedra.

—De ninguna manera —contestó Amvaquar—. Tu plan era muy bueno, pero simplemente no funcionó por quién tenemos enfrente, confío en tí, y sé que diste uno de esos discursos cursis acerca de la amistad y ayudarnos entre nosotros. Pero simplemente no funcionó, la próxima vez lo hará, recuerda que no se puede salvar a todos Nedra —Amvaquar miró a su hermano con una sonrisa. 

—¿Ya terminaron de hacer las paces? —preguntó Nailuj, quién de inmediato desenvainó su espada y cubrió su ojo izquierdo, con otro pedazo de tela arrancado de la manga de su camisa verde agua. Adoptó la postura del León Anaranjado. 

Elaisa cerró sus ojos y solamente necesitó respirar dos veces para que todos los sonidos del exterior desaparecieran sin dejar rastro, la chica de prensa verde se sacó las vendas de sus manos y la sangre comenzó a salir lentamente de sus dos brazos tiñéndose de un color rojo brillante a medida que salía, la sangre serpenteó sus manos y dedos formando un par de espadas, la sangre dejó de tener aquel color brillante. Se tornó de un rojo oscuro y se coaguló en el acto.

Makkia tomó unas cuantas semillas en sus manos y cerró sus ojos respirando calmadamente hasta cuatro veces, sus manos brillaron (en realidad estaba brillando el objeto que estaba absorbiendo su poder, en este caso las semillas) Amvaquar invocó a seis pequeños espíritus, que salieron de la tierra y se personificaron delante de la Hermandad de Delrich.

Nedra cerró sus ojos y verificó todos los puntos de articulaciones que tenía La Buscadora, frente a su vista totalmente oscura se presentaron un total de cuarenta y dos puntos que parecían pequeñas llamas, colocó sus dos dedos de cada mano como si fuera el cañón de una pistola y apuntó hacia Suzy. 

Zacarias invocó sus poderes cerrando sus ojos y poniendo sus palmas de pelea, moldeó un poco de tierra del suelo y cubrió sus grandes manos con aquel sólido elemento. 

—Ya se como funcionan sus poderes de telequinesis —susurró Nedra, al ver que todos estaban listos para la batalla, todos lo miraron en aquel momento, si La Buscadora hubiese decidido actuar en ese preciso instante habría sido un buen golpe de partida, por suerte Suzy todavía se encontraba en la misma posición con sus pies totalmente rectos pisando solamente con la punta de sus dedos grandes—. Ella solamente puede controlar objetos menos pesados que ella misma, por eso mismo nunca nos lanzaba a mi o a Zacarias, ya que somos más pesados que ella, también eso explica porque no nos lanzó una piedra gigante contra nuestras cabezas, eso habría sido sencillo. Por eso siempre nos atacó con objetos pequeños como piedras o palos. 



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En el texto hay: poderes, poderes y fantasia, trauma infancia

Editado: 28.10.2022

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