La Hija De Dos Mundos

Prologo

Eso es lo que eres, acéptalo- dijo el que ahora se suponía era "mi padre".

-no. Yo no aceptare nada, no viví diecisiete años para terminar así-

-tienes que escoger. Hija lo tienes que hacer- dijo aquella dulce mujer.

-acéptenlo de una vez, ustedes son lo peor, y de sus actos nací yo. Un error, y ahora me buscan por ello-

Me desperté bruscamente y sudando frio. Otra vez. No más, he tenido este sueño desde hace unas semanas.

¿Qué rayos significa? Una vez leí un artículo en una de las revistas de la señora Mari, -ella era como una de esas brujas de tarot y todo eso- decía que "a veces los sueños nos muestran el futuro, así como el pasado, con pequeños recuerdos de nuestra antigua vida".

¿Será eso? ¿Recuerdos?

Pero los únicos recuerdos que tengo son de mi vida en el orfanato y ahora aquí con el mugriento de Michael.

-veo que ya despertaste...- Entra en mi habitación con una amplia sonrisa- linda ve por las compras y esta vez trae más cerveza...y luego recibes tu premio- sonrió mas y yo me quede estática.

Trate de mantenerme, tranquila y no mostrar mi repugnancia y miedo de aquellas palabras que había salido de su sucia boca.

-si Michael. Ya voy- me levante rápido pero él tomó mi mano y la beso.

Yo la aparte apenas sentí sus asquerosos labios en mi piel, y me golpeo en la cara. Debido a su fuerza termine en el suelo.

-se mas delicada. Se una dama- me tendió la mano, pero como yo no aceptaba su ayuda me jalo de mi brazo. - no sé cómo te entraran las palabras por ese estúpido cerebro tuyo. Entiéndelo, eres mía- dijo y me lamio el cachete.

Me soltó y dio un portazo. Yo salí corriendo al pequeño y estrecho baño, solo estaba el retrete, una pequeña ducha, un tocador y un espejo roto en la pared.

Tome el jabón y me limpie las manos, la cara y mi brazo. Tratando de así quitar su horrible olor, su saliva, su tacto, su todo de mi.

Pase mis dedos por la marca roja que se hallaba en mi cara, un poco más arriba y me deja un morado en el ojo.

Solo me coloque aquella vieja sudadera gris, la cual ya se notaba un poco el deterioro por su uso, unos tenis que ya tenían pinta de romperse, y mi pelo oscuro recogido en un moño no muy estilizado.

Salí de mi "habitación" y sin decir nada. Hace diez años, cuando me dijeron que alguien estaba interesado en adoptarme estaba feliz, creyendo que al fin iba a salir de aquel feo orfanato. Pero ahora prefiero mil veces volver y quedarme allí para siempre, a estar con este demonio.

-hola Raquel- salude animadamente a la señora.

-hola pequeña Alis. ¿Vienes por lo de siempre?-

-claro Raquel, pero esta vez Michael quiere dos paquetes más de su cerveza- dije pasándole el dinero.

-ese hombre debería dejar de tomar tanto, eso le hace daño a su salud. Y tú te quedarías sin padre- la señora puso una cara de lastima y se fue al almacén.

《Por mí que ya estuviera muerto》 me dije a mi misma, pero borre ese pensamiento rápido. Él es quien me mantiene, me compra ropa -algo usada-, me da de comer...pero eso no cambia el hecho de que sea el ser más repugnante de la tierra.

-¿eres Alissa Lassarre?-

Me gire ante la persona que me había preguntado, y sacado de mis pensamientos. Nadie conocía mi verdadero apellido, ni siquiera Michael.

Una joven de cabellera roja y ojos avellana esperaba impaciente mi respuesta.

-¿Si? ¿Cómo es que sabes...?-

-de parte de L- me interrumpió la chica.

Fruncí el seño. Y mire las manos de ella, donde me tendía una carta, con mi nombre en ella. La tome con algo de miedo, no debía aceptar cosas de extraños. Pero el hecho de que esta chica supiera mi nombre, y el verdadero, me picaban curiosidad.

-¿qué es esto?-

-son cartas. Solo abre la del sobre con tu nombre, la otra se la tendrás que entregar a él- la chica me mostro el otro sobre.

Este tenía el nombre de "Erick Schell", escrita de la forma más delicada y fina posible, igual que la del sobre con mí nombre.

-Alis querida, ¿quieres algo más?- dijo con una sonrisa tierna, típica de ella.

Fijé mi vista donde estaba Raquel, negué con la cabeza y volví mi atención a la pelirroja, pero ya no estaba. Mire a todos lados pero no se encontraba.

-Raquel. De casualidad...sabes si ¿alguien se mudo por aquí? Una chica de cabello rojo, por ejemplo- dije tomando las bolsas con las compras.

-dudo que alguien se mudaría a este lugar Alis. Y no, no ay ninguna chica de cabello rojo, ¿Por qué?-

-pero... ¿tampoco ha venido una chica así a comprar algo?-

-no pequeña.-

-oh...está bien. Gracias Raquel- la señora me sonrió y me fui de la tienda.

Esas dos cartas ocuparon inmediatamente toda mi atención.

¿L?

Alguna inicial de una persona. ¿Liam?, no conozco a nadie llamado así. ¿Será la inicial de un apellido? Aunque conozca el nombre de "L", ¿cómo sabe mi nombre?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.