La hija de dragones

Capítulo 2.

Narrador omnisciente.

El dolor llega a hacer agonizante cuando pierdes a la persona que siempre viste toda tu vida con amor, los dos hijos del rey hefesto se encontraban devastados por la muerte de su madre pero su padre estaba peor su bella mi reina a la que siempre vío como su más grande pilar el amor de su vida y la única mujer que robó su corazón entre miles de jóvenes de cunas nobles y por la cual hubiera echo cualquier cosa había muerto, está vez era diferente no podria ir al lugar donde ella descansaba aquel al que siempre le han temido las personas por quitarle las personas más importantes ahora se había llevado a su preciosa reina y la muerte ya no se la devolvería, shaera la pequeña niña que habia perdido a su madre y no sabía afrontar su dolor estaba furiosa por qué sus padres no hicieron caso a sus palabras y su padre se lamentaba el no haber escuchado a su pequeña niña ojala hubiera más atención a sus palabras pero no, no hizo nada y solo dejo que su reina se fuera creyendo que eran simples sueños los que su hija tenia el subestimaba el poder de su pequeña niña y eso es y será su mayor error no podemos subestimar a una que niña que es la hija de una diosa y menos teniendo tal poder en su sangre.

Los cinco reinos de la ya casi olvidada Sacrá estaban juntos de nuevo desde que esta paso a la extinción y aunque fueran circunstancias dolorosas todos los reyes se habían compadecido del rey y sus hijos dejando de lado cualquier enfrentamiento e intentando llevarse mejor solo por un instante, se lo debían a la difunta reina la cual siempre tuvo una esencia única y la que tenía una amistad fuerte con las otras reinas y nunca paso desapercibida dejando claro que siempre estará en sus memorias.

Eros que apenas entraba en su etapa de pubertad con catorce años había perdido a la mujer más importante en su corazón, el apenas adolescente se encontraba con los hijos varones de los reyes los cuales solo con dos tenía una amistad pues el tercero le caía muy mal pues la enemistad que tenian sus padres la habían heredado sus hijos haciendo que los hijos del rey hefesto y el rey áres heredarán un odio y desprecio por el otro, algo muy diferente con shaera que se sentía ciertamente atraída por damián, y el, por ella, y como no, si shaera era la niña mas bella de su reino con esos ojos morados, su cabello negro y su piel casi bronceada era una niña que no pasaba desapercibida en aquel campo en dónde le daba el último adiós a su madre.

los demás reyes nunca habían conocido a la pequeña niña que pintaba ser la heredera del reino pues no importa quien viniera al mundo primero, si no el más capaz, y más fuerte para gobernar y el que la pequeña princesa ya tuviera dos dragones hacia que está tradición tomara más fuerza, pero a el príncipe no le importaba en lo absoluto gobernar lo que quería el siempre sería ir a la vieja Sacrá aquella que siempre se contaba en los rumores y las viejas habladurías de los ancestros las cuales decían que era un reino tan próspero y hermoso que era imposible de creer que una vez hubiera existido y muy pocas personas sabían de su paradero, entre ellos los reyes y algunos navegadores del reino.

Aquellos niños veían como poco a poco las personas se iban de aquel campo ellos decidieron ir a montar a sus dragones e intentar no pensar más que lo que sería su vida de ahora en adelante.

- ven, vamos hermanita volar eso hará que olvidemos todo un momento - y aunque su hermano mayor intentará darle ánimos no conseguía nada por parte de su hermana pequeña el sabía que este era un momento muy doloroso pero con el tiempo ya no lo sería tanto

- de verdad crees que el volar hará que olvidemos esto - la voz dulce de su hermanita le da un poco de ánimos de seguir intentando que ella sonría aunque sea un poquito

- si verás que olvidarás todo cuando volemos por los aires, anda en cual dragón vas a llevarte - su hermano había quedado más que encantado con sus dragones, el hermoso aleteo de la dragona de color morado y el hermoso resplandor de la cresta dorada de la dragona blanca hacia que aquel joven adolescente le encantaran ambas dragonas pero su favorita era la de color morado

- está bien, me llevaré a Saphira por que es tu favorita - su hermana sabía que Saphira era su favorita desde que la vío

Ambos alzaron el vuelo dejando todo atrás, sintiendo como todo lo que los entristecía poco a poco se iba desvaneciendo, su tristeza quedó de lado y estan disfrutando de sus dragones y la felicidad que empezaron a sentir por estar encima de las nubes dejando que los dragones volarán a su antojo recorriendo todo lo posible del cielo, su tristeza ya no estaba ahora solo eran dos hermanos disfrutando de su momento de felicidad antes de volver a la tormenta que había entierra, desde la distancia estaba su padre observando todo volando detras de ellos, cuidando a sus hijos podía ver esas sonrisas que adornaban los rostros de sus hijos eso lo mantendria de pie hasta que el pudiera irse con su amada reina.

Los segundos, minutos, horas, días, semanas, meses y años pasaron poco a poco dejando ver que ya habían pasado doce años desde aquel día dejando ver que la pequeña niña ya se había convertido en una joven de veintidós años, su belleza habia ido hasta lo mas alto, en los reinos se escuchaba el rumor de que aquella pequeña niña ahora traía enamorados a casi todos los hijos de los reyes y muchos más de cunas nobles y que sus dragones eran los más grandes de cualquier reino dejando en claro que como ella no había ninguna otra joven y que muchos jóvenes competían por su mano.

Narrador: Shaera Másserattí

La adrenalina de volar no se compara con nada, el estar en los cielos sobre las nubes y que el sol pegue directo en la cara es simplemente indescriptible, pensar que en algún momento podrías caer al vacío lo hace mas emocionante un poco loco si, pero no hay nada como esto y Moonfire lo sabía muy bien mi hermosa dragona de cresta dorada sabía hacer muchos trucos que con los años le fui enseñando su agilidad es impresionante pero no comparado con Saphira que volaba tan rápido que siempre hace que la cabeza me de vueltas ambas dragonas me encantaban aún recuerdo el dia que las vi, íbamos a la cascada cuando me desvíe y terminé dando con ellas ese fue el día más feliz y más triste de mi vida.




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