Reino de Unitra.
Narrador: Shaera Másserattí.
Los dioses me quieren llevar al Inframundo, quiero llorar.
Cuando desperté pensé que solo había tenido un muy, pero muy mal sueño pero resulta que no, no había sido un mal sueño y ahora iba de camino al comedor a ver a mi futuro rey del que sin duda estoy profundamente enamorada《que se noté mi sarcasmo con esta situación tan denigrante e insípida》.
Esto debe ser algún tipo de maleficio por que de verdad no entiendo nada de esto, unos pasillos más y siento que voy a lanzarme de un acantilado, no puede ser
— princesa como amaneció — trato de ignorar al imbécil.
— muy buen y usted — nunca de los nunca había puesto una sonrisa tan, pero tan falsa como ahora, que horrible caso.
— me permite acompañarla a desayunar — este imbécil no había desayunado ya?,al parecer no había sido así.
— si eso quiere acompáñame, por favor — esto no creo que pueda ser peor o si?.
Pues si puedes ser peor.
Al llegar al comedor estan mi padre, hermano, el rey Darío con sus hijos y el rey Áres. tomo asiento al lado de mi padre, Ambos reyes hablan sobre la divina boda que tendré.
— yo opino, rey hefesto, que nuestros hijos deberían casarse al finalizar esta semana. —¿ ya va, que ?. ¿Escuché bien ?, ay no,no,noooo. Me niego a esto.
— no, no me voy a casar ni con ese engendro, ni con el otro, ni con nadie — me levanto, mi furia superaba todo y en cualquier momento podía estallar.
— no es algo que usted princesa pueda decidir "y ¿quién se cree este para decirme qué puedo hacer y que no ?
— disculpe, rey Darío, si yo no puedo decidir sobre un matrimonio que me corresponde a mi, usted menos puede decidir si me caso o no con uno de sus hijos — me levanto de mi silla y me doy vuelta para irme.
— alto hay shaera másserattí — volteo mi cuerpo viendo a mi padre. Su semblante no es nada amigable.
— te vas a casar con el hijo mayor del rey Darío y no podrás hacer nada al respecto — mi cuerpo se queda inmóvil, sin poder pestañear siquiera. Esto debe ser una vil mentira, el no podría obligarme a casarme, el no sería capaz de eso o tal vez sí.
No puedo negarme o hacer un berrinche, eso solo pondría mi sucesión como heredera en duda para los ciudadanos y los otros reyes. Pero eso pasará a segundo lugar si me obligan a casarme por estupidez de ellos.
Por eso tendría que hacer algo y no sería casarme.
Solo faltan dos días para que finalize la semana y yo no estaría casada al final de esta, eso no lo permitiría jamás, no dejaría que me humillaran con ese matrimonio.
— está bien — me volteo, dejando el salón atrás. Me dirijo a los grandes jardines para volar con Saphira, eso me dejara pensar mejor que voy a hacer y como lo haré.
Me subo al lomo de Saphira, y me conecto ella.
— Vuela rápido Saphira, debemos ir a la isla un rato — ella nota mi molestia.
— ¿ Que ha pasado niña ?, no es normal que estés tan enojada — veo su preocupación por mi y me hace recordar a mi madre.
— Saphira me quieren casar a la fuerza — se que eso no le gustará, ella es muy cercana a mí.
— y que haremos al respecto — intento centrarme en lo que dice Saphira pero volteo mi rostro viendo otro dragón cerca de nosotras, es verde con toques negros, no es el de mi padre y el mi hermano tampoco. Es casi de mismo del mismo tamaño que Saphira pero esta es más grande.
— algo malo, vamos mas rápido — Saphira comienza ir más rápido y cabemos en picada hacia la isla que está cada vez a menos distancia, y cuando ya casi estamos en el suelo, despliega sus enormes alas.
Ambas vemos como aquel dragón desciende y de el baja su jinete, valla nada más y nada menos que Damián es el jinete de ese dragón, bajo de Saphira acercándome a Damián.
— ¿ por que me seguiste ? — hablo cuando estoy lo suficientemente cerca de el.
— porque yo, te ayudaré a no casarte — esto es muy raro.
— ¿ y por qué tú harías eso ? — esto está igual que cuando tenía 15 años y quería ponerme uno de cuando tenía ocho, en pocas palabras no me queda.
— porque quiero hacerlo princess, no hay nada malo en eso, además podrás pagarme después de ayudarte — se acerca como si estuviera cazando alguna presa, y toca mi mejilla. Que tentadora es esa mirada que tiene con razón lo llaman el dios del amor y el caos.
Me siento eclipsada por su mirada, es tan atrapante que siento que estoy en algún lugar, donde se me olvida el odió que le tengo, debo estar loca.
— ¿ Que tienes en mente y cual será el precio a pagar? — que este tan cerca de mi solo me pone más nervioso.
— que te cases conmigo — abro mis ojos todo lo que puedo al escuchar eso, ¿ dejo de casarme con el otro, para casarme con este ?.
— ¿ por qué quieres que yo me case contigo, sabiendo que nos odiamos?—
¿ Es así no? ¿Ambos nos odiamos?.
— princess solo tu me odias — se volvió loco ?.
— como que solo yo ? Y la vez que nos encontrámos volando y casi nos matamos, y todas las veces que jóvenes de cunas nobles recibieron amenazas solo porqué tu querías ? — si, esta completamente loco.
— princess, hay cosas que todavía no sabes — no entiendo, ¿que tipo de cosas no se ?.
— y cuales son esas cosas — su mano pasa de estar en mi mejilla, a estar en mi cintura, su agarré es fuerte.
— debes descubrirlo con el tiempo — y yo lo que menos tengo es tiempo.
— como harás que mi padre acepte un matrimonio contigo — es mejor cambiar ese tema de conversación.
— tu padre pensaba en casarte conmigo primero, pero el sabe el odio que me tienes y por eso eligió al hijo del rey Darío — El lo dice tan tranquilo que parece cualquier cosa, pero yo estoy en medio de un volcán.
— esto es increíble. Cómo puede ser esto posible yo no me quiero casar con lyonel pero mucho menos contigo — me suelto de su agarre y me dirijo a una piedra que está cerca para poder sentarme.