Reinó de Unitra.
Narrador: Damián Vasileíou.
Han pasado casi tres días desde que la princesa desapareció, su padre y hermano no salen de sus recamaras, el reino entro en una tensión que nadie puede olvidar. Las habladurías dicen que la princesa ahora es una bruja ¿ Debe ser una broma ? De todo lo que pudieron decir lo primero que se les ocurrió fue decir eso, considero que lo mejor es quemar a todos los que hablan de su princesa así, empero no es mi reino, por lo que no debo meterme en asuntos que no me conciernen en lo absoluto.
Debo dirigirme al salón para tomar el desayuno, pero con solo pensar que están los dos hijos del rey Darío me quitan cualquier tipo de apetito que yo tenga, mis pasos resuenan en los pasillos del castillo. Y los sirvientes bajan sus cabezas como si yo fuera el príncipe de Unitra pero no pongo objeción alguna, al llegar al comedor el rey Darío, sus hijos y mi padre ya estan sentados.
— vaya pero miren a quien tenemos aquí, a nada más y nada menos que al príncipe y rey ejemplar de váloria — ignoró su comentario sarcástico y me tomo asiento.
— Exacto lyonel el mejor rey y príncipe de todos los reinos — mi ego es algo que nunca bajaría por nada ni nadie.
Justo en ese momento entra el príncipe éros, algo que al parecer impresiona a las personas « si se pueden llamar así » con las que estaba hablando, se sorprenden como si no estuviéramos en su castillo y territorio, procede a tomar asiento a mi lado derecho.
— Bueno, al menos alguien tiene fe en ti — replicó el rey Darío, con un tono que mezclaba burla y resignación. Su mirada cansada delataba la preocupación que pesaba sobre sus hombros, aunque estaba rodeado de su familia.
— La situación es difícil, lo sabemos — interrumpió mi padre, sacudiendo la cabeza en un intento de desviar la conversación. — Pero no podemos permitir que los rumores sigan alimentándose. La desaparición de la princesa es un problema de todos, y más vale que actuemos con cautela.
Éros se inclinó hacia adelante, sus ojos brillando con una mezcla de furia y desesperación. — ¿Y cómo piensas que podemos actuar con cautela cuando hay quienes insinúan que mi hermana es una bruja? Su ausencia ha desatado la locura entre los súbditos.
— Lo que necesitamos es un plan, no más comentarios irónicos — respondí, intentando mantener la calma. La tensión palpable en la habitación hacía que el aire fuera denso, y pronto la preocupación se tornó en frustación. — Si la princesa ha desaparecido es por nuestra culpa, debemos encontrarla antes de que la situación se complique aún más.
— ¿Y qué propones? — preguntó Darío, cruzando los brazos, su escepticismo era visible.
— Debemos enviar un grupo de exploradores, personas de confianza que puedan infiltrarse en los pueblos y descubrir si han visto alguno de sus dragones en el cielo — sugerí. — No hay alguna verdad detrás de esos rumores, necesitamos salir y desmentirlo todo antes de que el pánico se apodere de Unitra.
Éros asintió lentamente, aunque su rostro seguía cubierto de preocupación. — Sería un primer paso, pero… ¿quién se atreverá a ir a buscarla en tales circunstancias?
Hice una pausa, mi mente viajando a los caballeros más valientes de mi reino, aquellos que no temían enfrentarse a la adversidad. — Tal vez podamos infundir valor en aquellos que han jurado lealtad a nuestras casas. Después de todo, no luchamos solo por la corona, sino por la familia, la unidad y la verdad, pero iré yo.
La conversación se detuvo por un momento, mientras los demás consideraban mis palabras. La incertidumbre continuaba flotando en el aire, pero había una chispa de determinación en mi interior que empezaba a encender la llama de la esperanza. Al final, solo necesitábamos un pequeño empujón hacia la acción.
— Entonces, ¿están listos para enfrentar esta tormenta juntos? — pregunté, levantando mi mirada desafiante. — No podemos permitir que el miedo nos paralice.
Después de unos momentos de silencio, el rey Darío se enderezó, su expresión más firme. — Tienes razón. No podemos dejarnos llevar por los rumores. Todos, buscaremos a la princesa y la traeremos de vuelta.
Éros sonrió débilmente, pero era un comienzo. Una decisión había sido tomada. El destino de Unitra estaba en juego, y la búsqueda de la princesa shaera sería un desafío que nos uniría, o desgarraría para siempre el tejido de nuestro reino.
La mañana avanzaba, pero la tensión en el aire no mostraba signos de disiparse. A medida que el consejo se cerraba y todos comenzaban a levantarse de sus asientos, la inquietud se hacía cada vez más intensa. El rey Darío se giró hacia el príncipe Éros, la mirada firme que había mostrado antes ahora se transformó en preocupación.
— Éros, escoge a los hombres que consideres capaces. Necesito que al menos una docena de caballeros dispuestos a explorar los límites del reino. No solo necesitamos buscar a tu hermana, sino también aplacar el temor creciente entre vuestro pueblo. Cuanto más tiempo pase, más fuertes se volverán esos rumores.
Éros asintió, su expresión mostrando una mezcla de determinación y tristeza, dejando claro que la misión era más que solo una búsqueda. Era un viaje para recuperar la fe, la estabilidad y, lo más importante, a su pequeña hermana.
Mientras salíamos del comedor, un grupo de sirvientes se movía rápidamente, limpiando las mesas y recogiendo los platos. Pasé junto a ellos, deseando que pudieran olvidar, aunque fuera un momento, la agitación que reinaba en el castillo. En su lugar, forjé mi camino hacia la biblioteca, un antiguo lugar lleno de historias, mapas y secretos. Allí, quizás, podría encontrar pistas sobre la desaparición de la princesa y el porque su cuerpo expulsó aquella llama morada.
Los estantes estaban repletos de volúmenes que abarcaban la historia de Unitra y más allá, pero en mi búsqueda había una sección que me intrigaba particularmente: aquella dedicada a la magia y profecias. Siempre había sido escéptico sobre tales cosas, pero el hecho que la princesa hiciera tal acto de magia, quizás había algo de verdad en ellos. Busqué un libro titulado “Mitos, Realidades y profecías de los Dragones en la Magia”, esperando encontrar algún indicio que pudiera ayudarme a entender mejor que paso más a fondo hace tres días.