Capítulo 8

Padre: para que el amor sea para siempre se debe de cuidar como si fuera lo más importante en nuestra vida. Ahora lo único que tengo que decir es que esta ceremonia se ha terminado y los declaro marido y mujer, pero para poder terminar con esto llego el momento de que beses a tu esposa.

Él se acerca a su esposa para besarla. Este beso que le estaba dando significa que ella era suya y cuando lo termina se separa de ella y sus familiares se acercaron a ellos para felicitarlos por su boda.

Michael: debes de tener mucho cuidado si te atreves hacerla sufrir. Jamás me cansare de hacerte esta advertencia, ya que mi princesa es demasiado delicada.

Mateo: su hija ahora es mi esposa. Ella no sufrirá a mi lado y eso nunca pasará, porque tengo el propósito de que sea feliz a mi lado.

Fernando: mi hermana tuvo una boda extraña y lo que menos debes de hacer es celebrar en tu casa con un brindis. Aunque eso no compensara lo que hiciste.

Mateo: tenía pensado celebrar nuestra boda de esta manera, cuñado. Seguramente todavía sigues enojado conmigo por haber visto a tu hermana con otros ojos.

Fernando: por supuesto que lo estoy. Sera mejor que no sigamos hablando de esto en otro momento y quisiera preguntarle a ella como se siente.

Alma: me siento feliz de haberme casa. Pero me hubiera gustado hacerlo bien y no de esta manera que seguramente será demasiado escandalosa ante la sociedad.

Fernando: no te preocupes por lo que piense la sociedad. Porque nosotros nos encargaremos de controlar este escándalo que tu esposo provoco sabiendo que podía actuar correctamente.

Ellos se despiden de los recién casados para salir de la iglesia y ellos también lo hacen de la misma manera. Mateo ayuda a su esposa a subirse a su carruaje y el hace lo mismo, el chofer empieza a conducir para después dirigirse rumbo a su destino igual que lo demás.

Mateo: ya estamos casados como corresponde y te prometo que nuestra unión jamás nadie se atreverá a romperla. Necesito que estes consciente de que eres mía.

Alma: cada vez que hablamos siento que me hablas de una manera diferente. Pero por tus palabras puedo percibir que sientes una obsesión conmigo.

Mateo: en verdad no debería de importante eso. Porque te prometí que te amaría y me gusta que seas mi esposa, ahora solo quiero adorarte.

Alma: te recuerdo que me robaste de mi propia casa y acepte casarme contigo para evitar que existieran problemas entre nuestras familias.

Mateo: eso no cambiaría nada, ya que volvería hacer exactamente lo mismo para que fueras mi esposa. Hablando se otra cosa me faltaría conocer el nombre del caballero que iba a ser tu prometido y espero que no sea el que estoy pensando.

Alma: cumpliste con el propósito de convertirme en tu esposa y no es necesario que hagas esto. Aunque yo tampoco sé cuál es su nombre.

Mateo: mi esposa solo debe de pensar en mí. No quiero que tengas a nadie más en tus pensamientos y no quiero molestarme por eso.

Alma: tus celos jamás cambiaran y me di cuenta de eso cada vez que asista a los bailes con mi familia. Aunque los únicos que me invitaban a bailar eran los demás amigos de mi hermano, pero siempre te presentabas ante mi para que bailáramos juntos y pensaba que lo hacías por lastima.

Mateo: me gusta bailar contigo y por esa razón lo hacía. Me molestaba verte bailar con alguien si yo estaba contigo y no tenías ninguna necesidad de hacerlo.

Alma: estoy segura de que falta muy poco tiempo para que lleguemos a tu casa y necesitas controlarte primero. No quiero que nuestras familias se den cuenta de que eres un caballero celoso.

Él se acerca a su esposa para besarla nuevamente y recordar eso le molestaba. Mateo termina de besarla antes de que lleguen, él mira a su mujer para después sonreír y se baja del carruaje para ayudarla, ellos entran a su casa y sus familiares los estaban esperando para celebrar con ellos.