COMIENZO

5000 años no habían sido nada, comparados con lo que ahora el espirítu de la sortija buscaba, siempre que podía molestaba a Seto Kaiba, no era para variar, sus ancestros llegaron a conocerse. Yami Bakura, deseaba volver a tener esa experiencia con el castaño, deseaba tanto ese amor prohibido que no le importaba en lo absoluto romper las reglas, el no las conocía. Mientras tanto el presidente de la corporación Kaiba, tenía claremente otros asuntos, los cuales involucraban a Yugi y Atem. Este solo quería la revancha, después de tanto, su anhelo aun sigue firme, claramente digno de admirar.

Era un día nublado, por lo general las calles se ven vacías cuando llueve, como si no hubiera ningun alma, los torneos de duelo se habían cancelado, Kaiba se hallaba en su oficina mientras su hermano Mokuba, observaba. Ayudaba en lo que podía a Seto, hasta que de nueva cuenta este cae inconsciente al suelo, Kaiba se levanta rápidamente para ir en su auxilio, pero unas extrañas sombras lo habían merodeado.


-( Que fastidio, de nuevo tengo que lidiar con otro de esos trucos egipicios. )-- Pensó el castaño tosiendo un poco por la bruma, tratando de buscar a su hermano pero el lugar se veía algo borroso, le dificultaba la vista.

"Jejeje, Seto-sama, es bueno verte de nuevo, lamento decirte que ahora estás atrapado en las sombras, mas bien estas bajo mi jurisdicción, jajajajajajaja " Añade Bakura de forma burlesca y desenfrenada observando con diversión al Ceo.

-Esa voz... ¿Pero si es Bakura?... ¡Bastardo! ¿dónde está mi hermano? lo quiero de regreso ahora, no me hagas que haga esto mas difícil, sabes que esta vez vengo preparado. - Exclamaba el castaño molesto, haciendo puños con sus manos mientras estiraba su disco de duelo del brazo para corroer la magia del artículo milenario de la sortija.

"Creo que vas a tener que esperar, Seto-sama, por que no te lo voy a permitir... además, ¿por qué te quieres ir tan rápido? o acaso , ¿piensas largarte con el faraón de nuevo?, no lo voy a permitir de nuevo, esta vez yo pondré las reglas. Más te vale que aceptes el duelo o no volverás a ver a tu hermano, y también vas a tener que recordar... " -- Amenaza el albino mientras cinícamente le muestra al castaño al menor por un lado de las sombras, mientras este salía de ellas para mostrarse ante él.

-Estas loco, no se de que demonios estas hablando pero con gusto, acepto el duelo, y una vez que te derrote, vas a liberar a mi hermano. ¿Quedó claro? - El castaño se veía amenazado por las sombras que lo sostenían para que no alzara el brazo.

"Oh claro, te devolveré a tu hermano jajaja, sino es que pasa algo durante el duelo que refresque tu memoria. Como sea, ya se el resultado de esto, Seto-sama" -- Contesta burlón el albino.


El ceo castaño no tuvo mas remedio que aceptar, mostrando mostrando su disco de duelo, mientras esperaba al otro sonriendo de forma extrana, Kaiba se sentia extraño, reconocía esa mirada, pero no podía explicar de donde,sus sueños siempre le revelaban algo de su pasado que el ni siquiera entendía, un pequeño dolor en su cabeza aparecía pero trataba de no mostrarlo, no quería darle la razon al albino. Al comienzo del duelo todo empezó normal,Kaiba tenía a su caballero de Mar Kaiser, usandolo como forma de invocación para su dragón blanco de ojos azules, mientras tanto Bakura confiado , ni siquiera se inmutó. Este invocó un monstruo y después de eso esperó que el castaño accediera atacar para activar su trampa. Tenía varias posibilidades en ese momento, esperó su turno. Seto se hallaba observando pensativo, si bien sabía que Bakura tenía algo en mente decidió colocar una carta boca abajo, decidió atacar al monstruo mientras este volvía a tener una visión, escuchando gritos en su mente :

"""¡Seto! ¡Seto! ¡No te vayas! ¡Seto! ...¡¡ahhhh!!

El castaño casi se desploma en el suelo al escuchar esas voces en su mente, lo volvían loco, la frecuencia de la voz era mas alta conforme Bakura se acercaba a el, este solo rió cinícamente viendo al castaño aturdido y cerrandose sus oídos mientras este solo lo empuja bruscamente y le jalonea de los brazos obligandole a que lo viera a los ojos. Los ojos azuleos del pelicafe se llenaron de lágrimas sin saber porque. Este se vió obligado a recordar por el albino,viendose vestido de ropas egipcias. Era la misma visión, estaban en el antiguo egipto, Kaiba solo se veïa forjado a observar mientras Bakura le señalaba ,estaban en el palacio del faraón, habían remontado cuando Atem era solo un niño, Thief el ancestro de Bakura , se hallaba como un niño ladrón que robaba algunas frutas para subsistir ya que sus padres de hecho pertenecían a una banda de ladrones.

La aldea, todo se veía para ellos normal, las vendimias a cambio de oro, hasta que un pequeño de ojos azules merodeaba por el lugar acompañadi do de su padre, Aknadin, quien lo había ofrecido a cambio de unas monedas, suscitandolo como esclavo, pero su hermano impidió aquella venta , adoptando a su sobrino para que viviera en el palacio, el niño sin embargo no aceptaba que no lo dejaran juntarse con personas del pueblo, el quería idealizarse por si mismo y divertirse como cualquier otro, pero Aknadin no lo permitió, se dedicó hacer la vida del nino miserable, forjandolo a estudiar. Este niño para sorpresa del castano, era el en ese entonces, un niño desmotivado y aburrido, hasta que en una de sus escapadas nocturnas mientras salia del palacio, se topo con un nino de tez morena, ojos púrpuras, cabellera blanca y alborotada. Los niños se presentaron, dandose a conocer como Seto y Thief, estrecharon su mano mientras el peliblanco hacía comentarios bromistas para animar al otro menor,claramente el castañito no sabía que su amigo era un ladrón,este le mostraba el lugar donde vivía, aprovechando que la noche los escondía muy bien, los niños jugaron como si no hubiera mañana, hasta que Thief decidió entrar al área principal, Seto se puso nervioso y siguió al moreno para detenerlo, porque sabía que se meterían en problemas si algo era tocado, Thief sonrió explicandole con calma al menor que el robaba comida porque su familia pertenecía a una banda de criminales. Seto se quedó tieso al escuchar eso, había dejado entrar a un ladrón al palacio, seguro recibiría un severo castigo por ello, estaba entrando en crisis pero en ese momento el moreno le tomó las manos y le vió prometiendole que no pasaría nada si regresaban justo a tiempo, en ese momento el castaño prometió no decirle a nadie, aunque a decir verdad, esa noche había sido divertida para el, había encontrado algo interesante para variar.