La Historia que Nunca Tuvimos

LA VERDAD DUELE EN SILENCIO

“No… no puede ser.” Mi voz apenas era un susurro.
Pero lo repetía una y otra vez.

“No… no puede ser.”

La habitación temblaba. O tal vez era yo. El reloj en la pared marcaba las 10:14. Otra vez. Siempre las 10:14.

Todo comenzó a deshacerse en mi mente, como si alguien hubiera quitado la cinta adhesiva que mantenía los recuerdos pegados en el orden que yo creía real.

Y entonces llegaron. Los destellos. Las verdades.

Dany riéndose conmigo en el jardín. David abrazándome en el sillón mientras veíamos películas. Mi mamá cocinando hot cakes con una sonrisa perfecta. El álbum de fotos vacío. La pancarta escrita a mano.

“Todo se sentía tan real.”

Pero ahora lo veía. Ahora entendía. El reloj que no avanzaba, la misma luz entrando por la ventana, las flores que no se marchitaban. Las respuestas que nunca llegaban.

Y Dany… Cómo evitaba ciertos temas. Cómo desviaba la mirada cuando hablaba del accidente. Cómo me decía que todo estaba bien con esa sonrisa triste.

David… Su voz temblando cuando decía que me amaba.
Su forma de mirarme como si se fuera a romper en cualquier momento.
Como si me estuviera diciendo adiós desde el primer día.

Mi respiración se hizo más rápida. Me llevé las manos a la cabeza.
Y entonces vi la escena completa. El coche.
Las luces cegadoras. El crujido del metal. El dolor.

David gritando mi nombre.

Y después… el rostro. Una cara tras un parabrisas.
Ojos fríos. Cabello recogido. Una expresión que no era de miedo.
Era de decisión.

Valeria. La exnovia de la hermana de David.
Al volante, apretando el acelerador. Vi cómo se alejaba, girando por la curva. El coche tambaleante, desapareciendo de un momento a otro.

Ella lo había hecho. No fue un accidente, fue una elección.

Mi cuerpo cayó al suelo de la habitación.
Pero mi alma se quedó suspendida.

“No… no puede ser.” “Se sentía tan real.”

Pero lo era. Solo que de otro modo.

A lo lejos, escuché pasos. David, Dany. O tal vez solo mi mente rompiéndose un poco más.

No podía respirar. No podía entender cómo algo tan hermoso había nacido del dolor más grande.

Y en ese momento supe que nada volvería a ser igual.

Ni siquiera yo.

-Natalia por favor escúchame, vuelve conmigo amiga por favor, despierta-

-No está funcionando Dany, se está muriendo- la voz de David sonaba desesperada, su voz se entrecortaba y solo me aferraba a su pecho

-No va a morir, Natalia por favor, trata de encontrar calma y despierta, te prometo que todo estará bien, te amamos-




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