Parte Cuatro.

El lugar donde estaban reunidos era muy grande, se trataba de un anfiteatro con forma de C lleno de asientos capaces de albergar a todos los habitantes del castillo. En el centro del lugar estaba el escenario y en la pared detrás había puertas que permitían entrar a los camerinos y bodegas llenas de utilería y varias cosas más, se trataba de El Teatro, un área del Noveno Nivel la cual estaba orientada al entretenimiento.

     Dentro del videojuego de Leyenda Mitológica el lugar tenía una función meramente decorativa, era una de las áreas que los intrusos deberían pasar para llegar a la sala del trono custodiada por Ludwig. Por eso el sitio era protegido por nueve Licántropos, seres con la capacidad de transformarse en un animal en específico.

     No obstante, con la llegada del clan y tres de sus miembros a un misterioso mundo todo se había vuelto real y las creaciones encargadas de proteger el lugar cobraron vida y conciencia. Actualmente los ocho Licántropos se encontraban sentados cada uno en una silla con hojas de partituras delante de ellos.

     Este equipo es la Orquesta Sinfónica de Metales y cada uno de los miembros estaba sudando y dando todo de sí para dar el mejor espectáculo, aunque en realidad se trataba de una mera práctica.

     En frente de todos ellos estaba el Vigilante de Área quien cumplía la función de director de la Orquesta, el cual estaba guiando a sus subordinados en una práctica de rutina. Su apariencia es la de alguien bastante joven, su cabello era de color marrón claro y sus ojos y uñas celestes.

     La Orquesta Sinfónica de Metales estaba compuesta por, como lo dice su nombre, instrumentos de viento de la familia de los metales. En total se encontraban dos trompetas, dos trompas, dos trombones, un bajo y una tuba; aunque los Licántropos no solo eran capaces de esto, sino que también tenían clases de actuación y teatro.

     Bajando el palillo el director de la orquesta terminó la función, sus subordinados dejaron de tocar los instrumentos con rostros colorados y bañados en sudor por todos lados. –Excelente trabajo muchachos, al principio me preocupe un poco porque no practicamos hace tiempo, pero no han bajado el nivel ni una milésima, aunque si esperaba que hubiera subido un poco –los felicitó Rocco.

     Debido a que el Maestro del Nivel estaba fuera, se le encargó cubrir las necesidades de su Rey Soberano, no tenía tanto tiempo para practicar y pasarla con sus camaradas. En este caso podía hacerlo porque Theithir ayer le pidió que se tomase un tiempo libre, y fue muy insistente.

     Del interior de su bolsillo el licántropo con cola y orejas de perro sacó unos pequeños libros. –Ayer estuve en la Biblioteca de Registros Akashicos y tomé estos. –Les mostró a los demás–. Son obras de teatro que vamos a practicar desde mañana, hay unas tragedias y algunas comedias.

     Uno de los miembros de la Orquesta señaló a su superior. –Rocco estuvo leyendo un libro. –se burló y los siete demás empezaron a reírse a carcajadas.

     Las orejas de perro de Roxander se bajaron ligeramente. –Es mi trabajo, deben estar preparados en todo momento ya que no sabemos cuándo nuestros gloriosos superiores o el maestro de nivel querrán algo de espectáculo para entretenerse.

     Su tarea como protectores era muy secundaria ya que nadie nunca llegó tan lejos, la mayor invasión que recibió el Clan de Diwedd solo lograban llegar como mucho hasta el Séptimo Nivel. Lugar donde Hachi y sus NPCs masacraron a todos.

     Otro de sus subordinados se puso de pie. –Tengo hambre, así que ya vayamos a almorzar. –Al escuchar esas palabras Rocco observó su estómago y escuchó un crujido.

     –Sí, yo también tengo mucha hambre .–Pero antes de tomar una decisión analizó a sus ocho camaradas, ellos estaban muy sudados de tanta práctica, y, aunque no se percatara de seguro todo el teatro tendría un olor a transpiración muy fuerte.  

     Él pudo imaginarse a su compañera Lola regañándolo ferozmente si fueran al comedor en su estado actual. –Pero primero tenemos que ir a tomar una ducha –exigió a lo que todos se pusieron de pie para ordenar sus cosas y marcharon a la sala de baños. Ya que nadie más había reservado el lugar antes ellos podrían ocuparlo sin problema

     La sala de los baños era una gran habitación rectangular con suelo de losas de mármol blanco, en el centro había una gran piscina poco profunda llena de agua caliente. También existían otras pequeñas piscinas y saunas más individuales, sumado a un sector de la pared con toallas, jabones y espejos.

     Una gran cantidad de vapor se generaba y cubría todos los baños, las estatuas de personas desnudas a los costados estaban empapadas y era poco visible por este mismo. Ninguno de los nueve humanoides con ciertas características de distintos animales parecía estar avergonzado de estar desnudo con los demás, de todas formas, no tenía nada que preocuparse ya que sus sagrados superiores los crearon de la misma forma.

     Tampoco podrían haberse preocupado por la vergüenza ya que los miembros de la orquesta se encontraban haciendo de todo menos bañarse, quien si lo intentaba era Rocco que tomó un jabón para lavarse el cuerpo cuando repentinamente uno de sus subordinados tiró de su cola de perro sorprendiéndolo y haciéndolo tirar el jabón.

     El Vigilante de Área se ruborizo con una sonrisa temblorosa en su rostro mientras los demás se burlaban de su reacción, las actitudes de ellos eran tan revoltosas que recordaban a las de un equipo de algún deporte de contacto como el rugby, siendo molestos y casi incontrolables. Sumado a esto, el físico y apariencia de todos también se les asemejaba, teniendo cuerpos musculosos y bien definidos.

     Esto era debido a que el videojuego multijugador Leyenda Mitológica fue diseñado como un producto y como tal la empresa debía asegurar sus ventas, que sea rentable y generara dinero, es por esto que el diseño de los personajes tanto predeterminados como personalizados era muy estético con el fin de atraer más público. La gran mayoría era de jóvenes musculosos o mujeres de grandes atributos y poca ropa.