El cuaderno de flores amarillas

"Al pasar frente al espejo, mi cuerpo no veo.
.Busco señales, no las encuentro.
.Camino a la cocina.
.Las manecillas de la vida, siguen detenidas.
.La oscuridad de la casa, inunda mi alma.
.Las ventanas agarran lo poco del alma.
.El viento se lleva las pocas palabras.
.Silencio.
.De lo que más temía, ahora lo veía.
.La cama esconde los peores errores.
.Se ven salientes, sus dientes relucientes.
.Escucho sus manos posando a mi lado.
.El cuerpo no reacciona, la mente abandona.
.La veo saliendo, sonriendo contento.
.El pelo le tapa, el rostro empapado.
.Sus garras se agarran a las pocas sabanas.
.La vida se acorta, reacciona la persona.
.La mente reacciona, la cara decepciona.
.La escritora se desahoga.
.Debajo de la cama, las garras arañan.
.La puerta se abre, los sueños espanta.
.La Soledad alarma, la mente estresada.
.El estar despierto, produce el acelero.
.El corazón presiente, aquel ente.
.Que la mente no siente.
.Pero que el cuerpo consiente.
.El tacto fuerte.
.Del ser inexistente.
.Proveniente de la oscuridad.
.De que lugar?
.Tal vez la puerta.
.Tal vez debajo de la cama.
.Tal vez a tu lado"

Fue lo primero que escribí, esa tarde cuando estaba solo, en la mesa del comedor, con la tele apagada, completamente en silencio.
Podía sentir la fresca brisa que entraba por la ventana de la cocina, esa que daba hacia los departamentos vecinos.
La lluvia había comenzado durante la noche del día 18 de Abril, esa noche que de repente habia sido tapada por las nubes más oscuras que había visto cualquier persona de la hermosa ciudad de CABA.
Mis pies descalzos podían sentir el frío de los pisos, dando la bienvenida a unos días de frío.
Los pantalones grises combinaban perfectamente con la gran humareda que se podía ver unas calles más adelante.
Cerré el cuaderno negro, ese regalo que había recibido al cumplir los 17 la semana pasada. Ese que me había llamado mucho la atención.
La televisión, que ahora estaba encendida, mostraba la misma imagen que podía ver desde la mesada donde había dejado la tasa de café que, anteriormente, había preparado con la intención de que me ayudara a tener un día más productivo.
La noticias hablaban sobre un incendio en uno de los pisos de un edificio 2051 de la avenida Olazábal, que se encontraba a tan solo unas calles. 
El fuego había sido provocado por una adolescente, se creía que había sido intencional, los vecinos afirmaban un gran olor a nafta que provenía de ese piso, ya hace unos horas. También decían haber avisado a el encargado, pero que este por alguna razón, decidió no darle importancia.
Los padres de la joven se encontraban hablando con los oficiales, mientras que los bomberos intentaban apagar todo para que los demás del edificio puedan volver a sus actividades.

Decían que ella no era así, que lo sentían mucho, y que pagarían por los daños. Habían salido de compras cuando recibieron un llamado de los vecinos, luego de que todo el incendio había comenzado.

De un momento a otro, se encontraban los policías, tratando de separar a uno de los inquilinos, que se encontraba agarrado cual garrapata, dándole golpes, al señor responsable de la chica.
La imagen se cortó, era obvio que la violencia que pasaba no podía ser mostrada. Como si los Argentinos no estuviéramos acostumbrados a eso.

Desinteresado, camine hacia mi habitación con la idea de cerrar las ventanas. El ruido de mi celular me distrajo de esa actividad, el grupo de compañeros del colegio había mandado un video, uno que se había visualizado en internet hace tan solo menos de una hora. El video proveniente de Instagram se había propagado mientras el incendio de 2051 se comía el departamento.
Los comentarios fue lo que primero me llamo la atención; muchos decían que era falso, muchos que era una locura.
Este estaba catalogado como video con restricción de edad, y contenía un aviso de seguridad, de no realizar las acciones que se mostraban en este mismo.
A los dos minutos logre diferenciar esa casa que parecía antigua, justo en la esquina del edificio en el cual hace unos minutos presenciaba una escena de violencia, sea cual sea la razón.
El video era de la chica. El incendio