Introducción

Ilenia

Mientras el primer copo de nieve caía, susurraba secretos de un cuento invernal esperando desplegarse. No pude evitar levantar mi rostro al cielo, que se mostraba blanco inmaculado profetizando una larga nevada.

Hacía ya tres meses que me había alejado de mis seres queridos y de todo lo que amaba. Dejé como cara visible de mi empresa a Salma, la omega de la manada, y delegué las finanzas a manos de Will.

El aire se densificaba delante de mí con cada exhalación; sin embargo, el frío externo no parecía acercarse siquiera al que se había instalado en el fondo de mi alma.

Cada día que salía, a recoger leña o simplemente a pasear, esperaba poder conectarme con mi loba nuevamente, pero ella no estaba, su voz había desaparecido por completo. Esta no era la primera nevada del invierno, pero por algún motivo era más mágica que otras, lo sentía como un augurio, aunque ella, como tantas otras veces desde el último trimestre, seguía sin aparecer.

Por más que intentara superar el pasado, yo no podía dejar de rememorarlo, de sentir que todo lo había hecho mal. Incluso llegué a maldecir a la diosa por hacerme pasar por esta prueba tan dura…

Una y otra vez venía a mi mente aquel día, cuando lo encontré en la gala benéfica organizada para recaudar fondos por el Orfanato Estatal.