La loba en invierno

Capítulo 7

Ilenia

 

<<Aléjalo de ella.>> Gruñó mi loba, al ver a nuestra pareja hablando con la amiga de Janis.

<<Cálmate, ellos se odian, ya nos lo ha dicho Jan.>> Repliqué cuando me acerqué pausadamente a ellos.

 

— ...Jamás imaginé que volvería a verte en estas circunstancias — expresó Will luego de las presentaciones.

 

<<Le gustamos él siente el vínculo. Dile que la Diosa nos ha unido.>>

 

— A veces no sabemos qué vueltas dará el destino — sonreí ante las palabras de mi loba, imaginando qué diría él si le decía esas cosas, no creía que pudiera tomarlo de manera natural.

— Sí... es cierto — él también sonreía y pude notar que tenía roto el labio.

— ¿Qué te ha pasado? Pregunté con preocupación sincera.

— Discutí con mi padre, él... bueno, él... fue instigador de esto y no pude perdonárselo, Jan es una hermana para mí esta última aclaración hizo que mi loba se regocijara en mi interior.

— Desde cuándo, si eras su novio — refutó Lena.

Era evidente el desagrado de la rubia por Will; de hecho, si no fuera porque se trataba de mi destinado, yo también lo habría odiado. Después de todo, se había comportado muy mal con mi cuñada y ella era un amor de persona.

— Ya no, Janis y yo hablamos y nos dimos cuenta de que nuestro amor es solamente platónico — se defendió él.

— Lo importante es que pudieron quedar en buenos términos — intervine yo antes de que la discusión se volviera efusiva.

En ese momento llegaron varios vehículos policiales de fuerzas especiales, de inmediato comenzaron a desplegarse por el bosque mientras nosotros observábamos sin decir nada.

Lena se apartó un poco y comenzó a hacer algo con su móvil.

— Pensaba llamarte el lunes — comentó Wilfred cuando nos quedamos solos. — Mi padre está muy interesado en manejar tus cuentas, pero ya no trabajo con él — en ese momento llegaron varios autos negros de los cuales descendieron personas vestidas con ropas oscuras, con los cuales el padre de Janis se internó también en el bosque.

— ¿Y si no trabajas para él, qué harás? Indagué con interés.

— Pronto me graduaré y comenzaré a ejercer de manera particular.

Él no parecía muy feliz con la situación que vivía, pero sí parecía convencido de lo que haría en adelante.

— En ese caso, tal vez sí, deberías llamarme — lo reconvine. Alberta sabe que no me gusta trabajar con corporaciones, pero necesito un contable y pronto.

— Sería un placer — aceptó con una sonrisa que denotaba que él coqueteaba conmigo de manera abierta, quizá como decía mi loba yo le gustaba, pero también existía la posibilidad de que lo estuviera haciendo por interés, después de todo las grandes corporaciones no tenían escrúpulos para conseguir sus objetivos, además debía tener en cuenta todo lo que sabía de él previamente y recordaba su voz gritando a mi cuñada por teléfono.

Claro que, si fuera cierto que ya no trabajaría con su padre, era conveniente para él llevar mis cuentas y ese podía ser otro motivo de interés hacia mí.

 

<<No entiendo por qué piensas tan mal de la bendición de la Diosa...>> Farfulló mi loba.

 

— Espero que la encuentren pronto — dijo la amiga de Janis, Lena, regresando hacia nosotros.

— También lo deseo, no sé qué podría querer ese anciano con ella — acotó mi destinado, refiriéndose al abuelo de mi cuñada.

— Nada bueno, pues él no es una buena persona — aclaré yo.

— ¿Lo conoces? — Preguntó Wilfred.

— Solo de oídas, nos movemos en un círculo cercano y nadie que yo conozca le tiene aprecio.

— ¿Y eso por qué? — Indagó Lena.

— Pues no sé... — maldije mi lengua larga, ahora no sabía qué decir para salir del aprieto. ¿Podría decirles a los humanos que era un mago negro? ¿Que hacía sacrificios humanos? — Se dicen cosas... oscuras...

Milo regresó, y junto con él, Niall y Bianca. En ese momento el padre de Janis había conseguido la localización exacta de su progenitor, por lo que mientras ellos avanzaban, nosotros nos quedamos a esperar a Aaron, para indicarles el camino, lo cual hicimos y permanecimos allí, pues debíamos mantenernos a la espera de la ambulancia que habían convocado por si acaso.

Después de algún tiempo, policías comenzaron a regresar, y las palabras "la encontraron" llegaron a mis oídos lobunos.

— Ya todo pasó — comenté aliviada.

— ¿Cómo lo sabes? — Preguntó la chica rubia.

— Por sus rostros — mentí. — Mira allí vienen, Milo la trae en brazos.

— ¡Está llena de sangre! Exclamó Will, horrorizado.

— Por Dios... — Lena comenzó a llorar corriendo hacia ellos con rapidez para comprobar el estado de su amiga.

 

<Milo, todo bien?> Pregunté por el enlace mental que poseía la manada.

<Sí, vayan a la manada, la llevaré allí después de que la revisen los médicos.>

 

La ambulancia ya había llegado, y cuando nos informaron que Janis no tenía heridas graves, hablé a los que me rodeaban y los insté a hacer lo que mi hermano me pedía.

— Vayamos a casa, luego de que la revisen los médicos, Milo la llevará allá.

— ¿Seguro? — Preguntaron ambos al unísono lanzándose una mirada de desagrado.

— Sí, ya lo hablé previamente con mi hermano.

Niall y Bianca ya me esperaban en la camioneta, pues habían recibido el mismo mensaje que yo.

— ¿Puedo ir con ustedes? — Preguntó Will para mi placer.

— Claro acepté.

— Yo los seguiré — aceptó Lena.

Nos subimos en la parte de atrás del vehículo, que era conducido por Niall, Bianca iba sentada a su lado.




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