Capítulo 1

A veces pienso que nada es real y que todo es un sueño.

Leo y releo la frase, una y otra vez.

Cojo una palomita y me la meto en la boca.

-Mierda.- Se me escapó cuando me di cuenta que al coger la palomita se habían caído migas colándose entre las teclas del ordenador.

Intento quitarlas pasando la mano por las teclas pero no da mucho resultado y lo único que consigo es que el ordenador haga un ruido raro y se salga de la aplicación del editor de video.

Por unos segundos me quedé mirando el ordenador que ahora mostraba la pantalla de inicio, pero me sentí aliviada al recordar cómo minutos antes lo había guardado mientras pensaba en que título ponerle a mi proyecto de clase.

Suspiré y cogí impulso dando con la pierna en un lado del escritorio haciendo así que la silla de escritorio empezase a girar primero rápidamente y después menguando la velocidad.

En ese momento sonó mi teléfono.

Lo empecé a buscar por todas partes siguiendo el sonido hasta que vi que lo había tenido delante todo el rato, en la balda de encima de mi cabeza de la estantería que tengo en mi escritorio.

El sitio ideal para que no tengas la tentación de cogerle ya que no lo ves, pero lo suficientemente cerca para saber si alguien te llama.

-¿Sí?-Pregunté una vez que lo había descolgado.

-Hola cariño.-Rodé los ojos con una sonrisa en la cara, ¿Quién iba a ser sino?- ¿Te pillo muy ocupada?-

-Hola mama.-Contesté mientras me levantaba de la silla dirigiéndome a la cama para estar más cómoda hablando con ella.- No, solo estaba intentando encontrar un título para mi proyecto de presentación, debería ser un crimen mandarnos deberes la primera semana de clases.-

-Tampoco te comas mucho la cabeza, no te van a tomar muy en cuenta un video de presentación.- Comentó mientras de fondo sonaban platos chocando, supuse que estaría haciendo la cena mientras hablaba con migo.

-Claro que lo tomaran en cuenta, será para saber los que son buenos para esto y los que no. Por eso tiene que ser algo que diga aquí estoy y esta soy yo. Ya estoy empezando hasta a dudar de lo que es el video en si.-Suspiré, ya cansada de estar comiéndome la cabeza por el trabajo.

-Bueno pues piénsalo de otra manera, aunque este no diga eso los siguientes puede que si.-

-Ya bueno, pero...-Empecé dubitativa.

-¿Quieres un consejo?, relájate duérmete y ya verás cómo mañana a última hora se te ocurre un gran título.-

-¿Arriesgarme a que se me ocurra a última hora?-Suspiré mientras me tumbaba boca arriba en la cama, no pensaba que eso fuese buena idea. Si esperaba al último minuto seguramente pusiese un título mediocre y sin sentido y sobre todo que no tendría nada que ver con el vídeo.

-A veces hay que vivir la vida al límite.-

-Nunca pensé que eso saldría de tu boca.-Reí.- ¿Qué tal papá?- Hacía tan solo un par de semanas que había dejado mi ciudad natal, pero ya parecían siglos.

-Bien, ya sabes, te echamos de menos.- Nos quedamos unos minutos en silencio.

Yo escuchaba su respiración a través del teléfono, y sentía como todos mis músculos se destensaban y una sensación de calma me envolvía completamente.

Solo saber que estaba ahí me tranquilizaba.

-¿Has hecho algo más que ir a la universidad?-Solté un suspiro.

-He estado terminando el trabajo mamá, ¡Para lo único que he salido ha sido para comprar comida!, aunque hay una chica muy maja que se llama Blanca está haciendo un doble grado y tiene algunas asignaturas con migo.-

-Me alegro de que por lo menos estés bien alimentada.-

-En realidad solo he comprado porquerías.-

-No sé porque ya me lo imaginaba...-

-Para que mi cerebro funcione más rápido necesita comida.- Dije divertida, además ahora me había entrado hambre de hablar de comida.

-Mañana come algo de verdad anda.-Dijo con reproche.

-Vale...-Por un momento deseé que estuviese aquí, desee no haberme ido. Pero la decisión ya había sido tomada y llevada a cabo. Aunque huir de tu pasado nunca es lo mejor, los recuerdos allí me atacaban, y sentía que no podía progresar emocionalmente.

El problema es que ahora no estoy tan segura de haber tomado la decisión correcta.

-Noa...-Me quedé en silencio esperando que dijese lo que tenía que decir y despedirme.-Relájate las ideas vendrán.- Yo humedecí mis labios nerviosa sin saber muy bien que contestar a eso.

-Gracias mama.-Nos quedamos unos segundos en silencio.-Bueno voy a hacerte caso e irme a dormir. Hablamos mañana-

-Querrás decir te dejo tengo que ver una película.-

-Se llama tomarse en serio las clases, es parte de mis deberes.-

-Buenas noches Noa.-

-Buenas noches mama.-Y colgué el teléfono dejándole encima de la mesa.

Me levanté y caminé perezosamente hacia el ordenador, cerré mi trabajo habiéndolo guardado otra vez por si acaso y le apagué.

Me tiré en la cama boca abajo quedándome por unos minutos con los ojos cerrados y notando una sensación de relax.

Abrí los ojos y giré la cabeza mirando hacia mi mesita. Ahí estaba uno de los libros que había escrito Lisa.

Con pesadez y casi dejando caer el brazo muerto sobre el escritorio, lo cogí incorporándome al momento y lo abrí por la página en la que le había dejado.

Intenté leerlo, lo intenté de verdad. Pero no conseguía concentrarme. Lo único que pasaba por mi cabeza es como sería el día de mañana, desearía tanto que Lisa todavía estuviese aquí... Una lágrima se escapó sin yo percatarme de que eso estaba a punto de pasar.

Aunque a veces llorar me liberaba, ahora mismo no me apetecía perderme en los fantasmas del pasado. Así que lo único que me salió hacer fue quitarme las lágrimas con rudeza.

Con dificultad volví al ahora y decidí volver a pensar en un nombre para mi trabajo Por lo que terminé por alejar el libro de Lisa de mí, me dolía tanto que nunca más escribiría más libros, pero sobre todo me dolía el hecho de que yo no fuese capaz ni de leer media página cuando antes básicamente los devoraba.