Capítulo 12

-Hasta luego mamá. -Había estado hablando con mis padres durante media hora poniéndonos al día, estar tanto tiempo lejos de ellos todavía se me hacía duro.

Estaba a punto de llamar a Laura porque se supone que tenía tiempo, se supone.

-¡Noa!-Escuché gritar a Blanca seguido del sonido de la puerta principal cerrándose. Miré la hora, me extrañó verla aquí ella me dijo esta mañana por teléfono que se iba a quedar a dormir a casa de sus padres de nuevo. Ya que había sido la famosa cena, a la cual obviamente fue con el vestido.

Pero aquí estaba entrando a casa casi a medianoche cuando mañana había clase.

Cuando llegué al salón me encontré con Blanca con señales claras de que había estado llorando. Entonces se acercó a mí y me abrazo, yo la apreté fuerte y acabó volviendo a llorar.

Sé que mi hombro estaba siendo llenado de mocos y lágrimas, pero al verla así de mal no me importó. Estuvo llorando en mi hombro un rato más, hasta que la aparte suavemente y secándola las lágrimas la pregunté qué, que había pasado pero ante su negativa a contármelo acabe desistiendo. Cuando me cansé de preguntarla, me levanté a por helado que por suerte había comprado esa misma mañana, y lo comimos mientras veíamos una película de comedia que a Blanca la encantaba y siempre la hacía reír.

Había pasado un mes desde eso.

Blanca no especificó muy bien que pasaba, tan solo dijo que había discutido con su madre. Y Diego tampoco me lo explicó aunque yo se lo pidiese.

He tenido que turnarme para estar con Blanca y para estar con Hugo. Gracias al tiempo pasado con Hugo me he empezado a llevar mejor con Sara y Enzo.

Con Blanca solía tener planes más tranquilos, pero Hugo no podía adivinar nunca con que iba a salir. Y no era a mí a la única que arrastraba.

Sara y Enzo también eran arrastrados. Y Debían llevar siendo arrastrados por dichos planes por años.

Así que aquí estoy ahora recorriendo los pasillos de la universidad junto a Blanca. Ella no tenia clases hasta dentro de media hora así que me acompañaba mientras hablaba con migo de otra cena a la que tenía que acudir con sus padres, esta vez con otro vestido. Ella era demasiado correcta para quejarse abiertamente de esa cena, las dos sabíamos que no quería ir. Pero ella no me lo decía a mí en voz alta como para decírselo directamente a sus padres.

En ese momento me estaba enseñando una foto del vestido que iba a llevar en esta cena que en mi opinión era bastante feo.

Pero bueno para gustos los colores.

El color también era muy feo...

-Bueno me tengo que ir-Dijo Blanca sonriente y dándome un abrazo.-Hasta luego.-

-Hasta luego.-Me despedí de ella. Entré a la clase, y me sorprendí al ver una persona conocida al lado del ordenador seguramente preparándose para dar una charla.

Me fui acercando a él, y le di unos golpecitos en el hombro ya que estaba de espaldas a mí.

-Hola Oliver.-Dije yo, pero más bien por cortesía ya que tampoco me hacía especial ilusión verle aquí. Él por unos minutos pareció no reaccionar pero de un momento a otro me abrazó.

Yo sentí como un escalofrío me recorría la espalda, pero rápidamente lo ignoré y le correspondí el abrazo.

-¿Qué tal estas Noa?-Dijo una vez el abrazo se había roto. No le veía desde el funeral de Lisa, él es uno de sus ex novios pero aún así no se guardaron rencor por muy raro que parezca se querían mucho no sé ni porque cortaron si no lo hubiesen hecho...-Noa.-Volví a la realidad.

-Muy bien ¿y tú? ¿De qué nos vas a hablar?-

-De como he trabajado en un nuevo corto, ya sabes de que estudie para ser guionista.-Yo asentí.-Y estoy bien supongo, nada nuevo que contar. Me interesa más como estas llevando tú el tema de Lisa.-

-Poco a poco.-

-El dolor ira a menos.-

-Pues espero que sea pronto.-Nos interrumpió el profesor entrando por la puerta y por un lado lo agradecí.

Unas horas después las clases habían terminado.

Oliver aquí lo único que hacía es traerme recuerdos de mi hermana, y que dentro de poco fuese a hacer un año de su muerte no ayudaba.

Un año ya, parecía mentira que ya lleve prácticamente un año sin ella a mi lado.

No podía ir a casa necesitaba entretenerme así que después de clases me vi sentándome en la barra de la cafetería, la cual no abría hasta media hora después pero yo allí ya me sentía como en casa, Gloria había colaborado en que me sintiese así.

El único que estaba era Enzo cosa que por un lado lo prefería, Enzo no hablaba mucho y eso significaba que no me haría preguntas si por algún casual notaba que estaba rara, le pedí un café y enseguida me lo trajo, dándole igual que la cafetería supuestamente estuviese cerrada.

Me quedé por unos segundos mirando a la nada y suspiré.

La verdad no estaba de muy buen humor, aquí había empezado de nuevo no había nadie quien conociese a mi hermana ni a mí, y ahora aparece Oliver.

Suspiré de nuevo apoyando la cabeza en mi mano mientras removía el café con una cucharilla.

Noté como alguien se paraba frente a mí, al otro lado de la barra levanté la vista encontrándome con la mirada extrañamente preocupada de Enzo.

-¿Estás bien?-Yo volví a bajar la mirada al café suspirando.

-Si.-Dije con un hilo de voz que más bien parecía que estaba a punto de llorar.

-Hey.-dijo para llamar mi atención, y sorprendentemente poso su mano sobre la mía y me dio un apretujón y cuando levante la vista me miro fijamente a los ojos. Todo esto hizo que me hormiguease todo el cuerpo y sintiese cosquillas en el estomago.-Sea lo que sea se solucionara.-

-Es imposible que se solucione.-Dije.

-Bueno pues entonces mejorara.-Dijo dibujando círculos con su dedo pulgar en mi mano mandando escalofríos por todo mi cuerpo.

La campana de la puerta sonó y rápidamente soltó mi mano, volviendo a su actitud de siempre. Puede que fuese borde, pero Enzo era humano y como todo humano tiene sus debilidades. Y al parecer verme triste, fue suficiente para que dejase su actitud habitual de lado para consolarme.