Eran las 4:30 A.M, y aunque aún estaba oscuro, en todas las casas del barrio habian luces encendidas y ruido; personas caminando de un lado a otro, con cestas de comida en mano y canastas para el corte de café en la espalda, las mujeres con pañueletas de colores y los niños bien abrigados porque aún se sentía la neblina de la mañana; niños jugadando; comadres conversando ruidosamente y esposos animando a sus mujeres para apresurar el paso; la época del corte de café era muy especial para todos; eran oportunidades de trabajo para grandes y pequeños; porque en familia podían obtener mas ingresos para la familia cortando más arrobas de café por día, que al final de quincena aumentaba los ingresos familiares; por supuesto una época muy buena para todos.
David salió de su casa, con su mochila con el bastimento (recipientes con comida para el desayuno y el almuerzo) que su madre le preparaba todos las mañanas y su canasto en la espalda, vestido con un jeans azul, sueter gris y un pañuelo amarrado a la cabeza; era evidente que su aspecto no parecía el de un campesino, en otra circustancia podrían pensar que era un chico de "buena familia"; sus rasgos eran la de un hombre verdaderamento apuesto, de piel morena como la de su madre, labios rojos, hoyuelos en las mejillas y su particular mirada, con esos ojos verde intenso que atraía a cualquier chica de su edad o a las mujeres un poco más grandecitas. A sus 16 años no parecía un jovencito debilucho, el trabajo duro en el campo y los trabajos de albañilería, carpinteria y cualquier otro en que le dieran oportunidad de demostrar su buena disposición de trabajar, lo habían hecho conseguir un cuerpo verdaderamente escultural; envidiable para los que se rajaran la espalda en los gimnasios.
David no era de muchos amigos, no porque fuera una persona poco amigable, sino porque siempre se encontraba buscando oportunidades de trabajo y dedicaba muy poco tiempo para la diversión; su segundo mayor sueño era volverse un empresario; negociar con compra y venta de vehículos, repuestos, etc.; soñaba con comprar su primer auto y para ellos tenía que trabajar mucho y concentrarse en su objetivo; de lo contrario se quedaría como un simple sueño. El primer sueño era evidente que estaba relacionado con Angy, aunque al final los dos tenian que ver con ella. Sabía que no habia persona en el mundo, con excepción de su madre y su tio, con la que quisiera disfrutar de sus triunfos, como con su "persona favorita"; la chica mas linda que había visto en su vida, como siempre se repetía.
Todas las mañanas David pasaba por la casa de uno de sus pocos amigos, Mario, el chico era muy amigable; de la misma edad que David, solo que un poco mas flaco y bajito; desde el primer momento en que se encontraron en una finca de corte de café, entablaron una bonita amistad, David le habia tomado mucho aprecio y siempre lo defendía de las bromas a los que los otros chicos de su edad lo sometían; en cambio Mario por su parte le enseñaba a David con su actitud, que la vida era demasiada bella para vivir pensando constantemente en el trabajo; por lo que su conversación y ocurrencias le hacian a David la vida más divertida. Mario conocía la historia de su amigo y esa mañana que David le comentó de la visita de Angy, se alegró de verdad por él.
-¿Porqué venís a la carrera?- dijo Mario sonriendo en la puerta de su casa. David se acercó colocandose correctamente el canasto y diciendo -Vamónos- con un gesto de desesperación. Mario soltó una carcajada. -¿Te vienen acosando de nuevo?- El chico no contestó pero el gesto de su rostro confirmó lo dicho por su amigo. -Así quisiera,pero que me acosara a mí- dijo Mario bromeando y dándole un golpe en la espalda al chico. -No entiendo a las mujeres- dijo en tono molesto. Mario volvió a sonreir. -Parece persistente la sipota- dijo.-Y muy decidida...- dijo de nuevo tocándose el mentón. -camina Mario- que vamos a llegar tarde- dijo David, caminando a grandes pasos e ignorando los comentarios de su amigo. David no quería parecer presuntuoso, por ello no le hablaba claramente a la chica que no tenía ningún interés por ella, quería que lo comprendíera sencillamente por su forma de tratarle; pero ella parecía obsesionada en obtener atenciones de parte del chico; a las horas de la comida, lo buscaba para ofrecerle parte de su almuerzo; por las tardes trataba de conseguir un puesto a su lado para la limpieza y el pesado de café; David se sentía cada vez más acosado e incómodo con esa conducta, por lo que esa mañana había tratado de escapar a las atenciones de la chica, ahora que además de acosarlo durante el dia, se había levantado más temprano para caminar cerca de él hacía el trabajo.
David al salir de casa había escuchado la voz de Sofía y había apresurado el paso, parecía que la chica habia convencido a sus primos para salir de casa a la misma hora que David lo hacía, por supuesto era como una hora antes de la hora usual; sabía que si no se largaba de allí, ella encontraría la manera de caminar a su lado y de coquetearle como de costumbre.
David parecía malhumorado, hasta que Mario mencionó a Angy y en ese momento los ojos de David tomaron un color diferente, parecía que el malhumor había desaparecido como por arte de magía y entonces en ese momento, le habia comentado a su amigo de la visita de la pronta visita de Angy; parecía que magicamente el sol había salido de repente y había iluminado el rostro y la vida del joven.