La Luz En La Oscuridad

4. Recuerdos Melancolicos

En lo que respecta al anillo, jamás había visto algo parecido, ni a mi padre, ni a mi abuelo ni a algún familiar mío, analizando la situación me di cuenta que la verdadera pregunta estaba en entender quién era el hombre que dejo la caja.

—¿Puedes ahora explicarme quien era ese hombre? —Satoi continuaba concentrada en su comida.

—No tengo idea, sabemos exactamente lo mismo estimada hermana —Dije con un tono elegante observando la sortija—. Lo único que sabemos es que conocía a papá.

—Realmente si conocía a papá no deberíamos ponernos nerviosos, ¿Verdad? —Preguntó Satoi con algo de nerviosismo en su tono de voz.

—Supongo. —Dije buscando tranquilizarle—. Dudo que vaya a suceder algo grave.

Decidí no decirle nada respecto al contenido específico para mí de la carta, eso con el propósito de evitar cualquier tipo de malentendido que haga incomoda la comida.

Terminamos de comer y me ofreci a llevar los platos sucios a la cocina para lavarlos, entrando a la misma, note que había una gran cantidad de postre aun sin comer, además de que note que no había nada más preparado.

—Oye, ¿Qué se supone que comiste en la tarde? —Pregunte observando todo el postre que quedaba.

—Hice demasiado Mousse… —Satoi rascaba su cabeza con una sonrisa—. Tuve que almorzar mousse.

—Deberías comer otras cosas, un mousse no cambia una dieta de comida balanceada —Mencione expresando preocupación.

—Tu eres el chico que come hamburguesas de tienda y pasta cuando yo no cocino, ¿Con que derecho moral me dices eso? —Cuestionaba Satoi mostrando seguridad en su misma.

—Bueno… —Enfoque mi mirada en ella—. Tienes razón.

Era totalmente cierto lo que decía mi hermana, aunque no quería aceptarlo, no podía decir mucho más.

Llego a ser bastante tarde, por lo que Satoi con su característica y cálida sonrisa me desearía una buena noche y se marcharía a su habitación, por mi parte, me dedique a dejar todo limpio para que Satoi no tuviese problemas mañana al usar la cocina.

Luego de dejarlo todo listo, subí a mi habitación y dediqué algo de tiempo a preparar las cosas para el día siguiente, mi uniforme, la mochila y esas cosas que uno debe llevar a la universidad.

Me puse mi ropa de noche y me quite el anillo y lo deje junto a la carta en el escritorio de mi habitación.

Comencé a observar la fría noche con algo de melancolía, recordé las palabras de mi padre en aquella carta, por lo que fue inevitable para mí el sonreír luego de unos momentos de tristeza.

Pese a que pasaron 7 años luego de la tragedia, no podía evitar pensar en lo sucedido más aun cuando fui principal espectador de la tragedia.

 

Hace 7 años…

 

—Karutto, Satoi estará con los abuelos durante 1 semana, ¿Quieres irte con ellos? —Dijo mi padre justo después de entrar a mi habitación.

—No papá —Dije con una mirada sincera—. Recuerda que mañana debo irme al instituto.

—Cierto. Olvide que tu si estas continuando tus estudios. —Papá sonreía algo apenado.

Mi padre se iría de la habitación con una sonrisa dejándome nuevamente solo y enfocado en mis cosas.

Pasaron unas horas y escuche el auto de mis abuelos llegar a casa por lo que, con emoción baje a la planta baja de casa para recibirles.

—¡Abuelos! —Exclame con alegría—. Que gusto me da verlos.

—Karutto, ¿Cómo está el chico más inteligente de la familia? —Mencionaba mi abuela mientras se acercaba a mí para abrazarme.

—Si Karutto es el chico más inteligente, ¿Qué soy yo abuela? —Se notaba una clara envidia en la actitud de Satoi.

—¡La más fuerte! —Intervendría el abuelo bajando de su auto.

—¡Abuelo! —Un gran salto de emoción acompañaría las palabras de Satoi.

 

Volviendo a la actualidad…

 

En ese entonces siempre quise creer que todo sería agradable, como ese día.

Luego de pensar y recordar mis tragedias, me fui a la cama ya que tenía que ir nuevamente a la universidad al día siguiente.

 

El mundo de los sueños es relativo.

 

—Por dios, oh por dios. ¿Karutto? ¡Has despertado por fin! —Hannah se notaba claramente preocupada.

—Estoy… vivo. —Dije despertando en el suelo del callejón—. ¿Por qué huele a carne ahumada?

Levante levemente mi cabeza para poder notar a la criatura junto con el cadáver. Note que estaba totalmente quieta y chamuscada, por lo que fue fácil deducir que estaba muerta.

—¿Qué fue lo que sucedió? —Pregunte confundido mientras me levantaba con ayuda de Hannah.

—Cuando se acercó a ti, note como una gran cantidad de energía que posaba en tu brazo, por lo que, al morderte salió disparado y chamuscado. —Respondería Hannah asegurándose de que yo estuviese bien—. Me alegra ver que despertaste.

—¿Energía? —Pregunte retomando el equilibrio nuevamente—. No controlo mi elemento aún.

—¡Ahora mismo no importa saber cómo!, solo importa saber que estamos bien. —Dijo Hannah tomando mi mano—. Vamos a llegar tarde si no nos apresuramos.

Comenzamos a correr rumbo a la universidad, pude notar que las calles estaban completamente desoladas y abandonadas, por lo que comencé a tener un mal presentimiento.

—¿Por qué las calles están tan solas? —Pregunte mientras continuaba corriendo.

—¡Por qué vamos 30 minutos tarde genio! —Gritó Hannah con una clara inconformidad.

Eso explicaba bastantes cosas, pude calmarme.

Llegamos a la puerta de la universidad, estábamos a unos pocos de pasos de entrar cuando notamos la presencia de una persona cerca nuestra, quisimos suponer que era un transeúnte que pasaba por ahí, por lo que nos apresuramos a entrar ignorándole.

—¿Podrían esperar un momento ustedes dos? —Mencionaba una voz masculina—. Solo quiero hacer una pequeña pregunta.

—No tenemos tiempo señor, lo lamentamos —Se notaba Hannah algo apurada por llegar.



#14515 en Fantasía
#2998 en Magia

En el texto hay: novela, batallas fantasticas, control elemental

Editado: 08.05.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.